Se trata del viejo arte de narrar, solo que esta vez se hace con imágenes. Tiras dibujadas, historias en cuadritos, efigies en cadena y globos de diálogo. Una cascada de sensaciones en diferentes idiomas —animated cartoons, história em quadriños, bande desinée, banda desenhada, fumetti, llánhuánhuá— y usos del habla local —tebeos en España, muñequitos en Cuba, monitos y pepines en México, comiquitas en Venezuela, chistes en Perú— para una forma de contar cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos: de los murales egipcios a los códices precolombinos, los dibujos secuenciados obtendrían su carta de ciudadanía con la imprenta hasta apoderarse del planeta desde los desglosables de la prensa gráfica.
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Con la presencia de Internet el asunto, ciertamente, se disparó hacia espacios inéditos como el e-comic. Pero, en todos los casos, su sistema operativo permanece inalterable: contar dibujando. Verdaderas legiones de fanáticos pueblan los salones internaciones de la historieta en Japón, Estados Unidos y Europa —especialmente en Francia, Italia y España—. Juegos entre lenguaje escrito y visual que, entre nosotros, encontraron verdaderos emporios de creatividad en la Argentina de “Mafalda” e “Inodoro Pereyra”, México de “El Santo”, Chile de “Condorito” y un Perú del “Súper Cholo”, “El Cuy”, “Yungay”, “Zarkhan” y “Mario Cosmo”.
TRAZANDO CLÁSICOS
Pero el asunto, en el caso específico de nuestro país, no consiste en organizar un negocio editorial a secas. “Aquí es un poco más complejo porque siete de cada diez adolescentes y adultos peruanos no comprenden lo que leen”, dice Jorge Palao (Lima, 1966), editor general de Pop Fiction, empresa editorial especializada en cómics de superhéroes y que ahora busca enfrentar al analfabetismo funcional, el gran villano que traba las expectativas de nuestros educandos. “El Perú no ofrece un servicio de biblioteca escolar pública que asegure el acceso a la lectura a los estudiantes. Nuestros niños y adolescentes deben ser capaces de comprender lo que leen para ser funcionales en una economía basada en el conocimiento, el aprendizaje permanente y la creatividad”, añade.
Pop Fiction, en realidad, se dedica exclusivamente a la edición de comics, mangas y novelas gráficas. Un emprendimiento que, de ofrecer contenidos en pasta dura para los conglomerados periodísticos, en rápido desarrollo pasó a convertirse en licenciatario de importantes franquicias mundiales del cómic, TV, cine y videojuegos. Con títulos tan atractivos como “Volver al futuro”, “Alien”, “Godzilla”, “Tekken”, “Starcraft”, “Black Magick”, “Tomp Raider” o “Conan” alternando con entrañables íconos adolescentes como “Archie”, ha ido haciéndose un lugar en comiquerías, librerías especializadas, kioscos y ferias de gran parte de Latinoamérica gracias a una propuesta editorial que evolucionó hasta hacer partícipe del entretenimiento en globos y cuadritos a lo más graneado de la literatura universal.
Así, su catálogo incluye títulos como “La Iliada”, “La Odisea”, “La divina comedia”, “La metamorfosis”, “Alicia en el país de las maravillas”, “Doctor Jekill y Mr. Hyde”, “El retrato de Dorian Gray”, “El arte de la guerra”, “Robinson Crusoe”, “Cuentos de Navidad”, “La guerra de los mundos”, “Crímenes en la calle Morgue”, “Fausto” y, por supuesto, “El Quijote de la Mancha”. Frente a semejante derrame de tinta sobre todos esos superclásicos sin tiempo ni edad, el editor explica sus intenciones: “Pretendemos sensibilizar a la comunidad educativa para que padres, profesores y alumnos conozcan el peligroso destino de quienes padecen analfabetismo funcional y de esta manera decidan tomar una acción radical contra esa enfermedad social”.
EXTERMINIO FUNCIONAL
Es más, Palao y su equipo están terminando de afinar una propuesta especialmente diseñada para alimentar el plan lector del Ministerio de Educación. “No quisiera adelantar títulos específicos porque todavía estamos trabajando en ello, la pandemia frenó nuestra expansión. Solo me toca decir que no dejaremos de editar a todos y cada uno de los grandes clásicos de la literatura peruana y latinoamericana en cómics”, dice. ¿Y por qué en cómic? “Porque convierte rápidamente en lectores a niños y adultos: el lenguaje visual estimula la curiosidad natural del lector que se inicia y, para satisfacerla completamente, experimenta la necesidad de leer los textos que acompañan a las imágenes. Generaciones enteras han desarrollado su gusto por la lectura leyendo cómics sin que nadie los obligue a hacerlo”.
Es de esperar que esta apuesta por el llamado ‘cómic de autor’, si bien no tiene la demanda de los títulos más comerciales, funcione como el acicate ideal para crear el hábito de lectura entre nuestros estudiantes. Está felizmente probado que gracias a su dinámica interior –ese estímulo intelectual que supone encerrar situaciones cotidianas en un cuadro, administrarlas sintéticamente, dotarlas de una vida independiente con capacidad suficiente como para comunicar ideas, esta vez desde otro plano icónico— es un recurso educativo francamente invaluable. Y que el exterminio de la escasa comprensión lectora y el analfabetismo funcional opere sin medida ni clemencia.
EL DATO:
El catálogo completo está disponible en la página web de la editorial popfictioncomics.com/Peru
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