Fue probablemente el artista nacional que más conciertos virtuales ofreció desde que inició el encierro. A pesar de la distancia con sus seguidores, Daniel F siempre se mantuvo cercano. No solo a través de sus presentaciones en línea, sino también con las interacciones en redes sociales mediante comentarios y hasta videollamadas. El artista peruano se ha mantenido muy activo durante la pandemia, pero recién mañana volverá a un escenario con público en frente.
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“Nuestra idea era regresar para diciembre, pero apareció la posibilidad de tocar con toda la banda en La Cúpula (de las Artes) y dije que sí, no podía dejar pasar la oportunidad. Fue así que aceptamos volver un poco antes de lo previsto”, cuenta Daniel. “Hay un cruce de emociones, se mezclan la alegría de regresar y la tristeza más enorme de saber que muchos amigos, parientes y vecinos ya no están con nosotros. Han partido varios colegas y más que una festividad por el regreso, todos los recitales que vienen los tomo como un saludo para ellos. Con todo el respeto y mucho cariño”, añade.
—¿Cómo surge la idea de crear este espacio íntimo con tus seguidores en conciertos privados en línea?
Eventos privados he tenido desde los noventa, pero claro que eran presenciales. Me llamaban para matrimonios, cumpleaños y yo iba. La idea como tal existe desde mucho antes. No consideraba esto como una opción porque sinceramente no pensaba que alguien me fuera a llamar para esto. Con la pandemia avizoraba un futuro bastante desesperanzador, pero de pronto empezaron a escribir. Luego vinieron los recitales más abiertos, como conciertos, todo de manera virtual.
—¿Cuál crees que será el futuro de la movida de rock subterráneo postpandemia?
La pandemia ha detenido a mucha gente. Muchos proyectos se han ido al suelo, pero soy muy optimista con lo que viene después de todo esto. Muchos grupos han tenido la osadía, el atrevimiento, de seguir sacando discos y canciones. Yo creo que cuando la pandemia pierda su horrible letalidad, la movida de rock local no solo va a recuperar el tiempo perdido en los escenarios, sino que van a regresar con tal ímpetu y ganas que podrían terminar sorprendiendo a Latinoamérica en general y quien sabe al mundo.
—Pronto lanzarás una reedición en vinilo de “Kúrsiles romanzas” y “Kúrsiles sobrantes”, ¿cómo así te animaste?
Dentro de las cosas positivas de la pandemia están este tipo de decisiones, de sacar discos nuevos y reeditar cosas que ya han salido. Hay un deseo de poder llegar a más gente. Este tipo de material como el de las (Kúrsiles) romanzas, que originalmente estaba pensado para vinilo, pero nunca salió en este formato, ahora va a poder publicarse así. Yo ya había dejado de lado esto de sacar discos por los excesivos costos que esto implica o por la misma pereza que hay de mi parte, pero fue uno de mis hermanos mayores quien me animó a hacerlo. Me dijo que “teniendo los músicos que hoy tienes, mínimo deberías sacar un par de discos”. Y tiene razón, sería algo poco adecuado no hacerlo. Siempre estoy en plan de componer y escribir cosas. En los conciertos que doy siempre toco canciones que no están en ningún disco y esa suma de material se ha ido engordando tanto que ya necesita ser editado. Paralelo a esto saldrá el material en vinilo de romanzas y sobrantes.
—¿Has escrito mucho últimamente, mientras estabas encerrado?
Escribo todos los días, todo el tiempo estoy escribiendo, tanto canciones como textos que a veces comparto en las redes sociales. Tengo un libro que debió haber salido en 2020. Ahora espero que se pueda presentar en 2022. Es una autobiografía contada de una manera un poco distinta. La autobiografía de un músico en la que casi no hay música por ningún lado, pero cuento cosas que ocurrieron en paralelo a un evento, ya sea alguna canción o concierto. Hay un montón de historias desde los setenta hasta hoy. En teoría ya se había cerrado el libro, pero como todavía no se edita, le sigo añadiendo más y más cosas.
—Siempre has sido muy activo en las redes sociales, pero ahora con la pandemia este ha sido el único canal de contacto con tus seguidores, ¿cómo lo llevas?
Siempre que puedo trato de responderle a todos en la cuenta de Facebook. Me escribe un montón de gente, me cuentan un montón de cosas. Desde sus estados de ánimo hasta sus situaciones sentimentales, no me piden soluciones, pero sí quieren saber que tienen a alguien con quien conversar. Yo estoy encantado de poder escucharlos, poder conversar, de poder intercambiar alguna opinión. Yo suelo no solo contestarle a todos, sino que incluso los llamo por videófono. De pronto alguien pone algo interesante y digo ‘¡wow! ¿Quién será este pata? ¿Qué hace?’ Y ahí mismo lo llamo. La gente se sorprende y conversamos un rato. No sé si todos los que se dedican a esta cosa (los cantantes) hagan esto, pero es cuestión de tener tiempo. Yo tengo más o menos tiempo para poder brindar este pedazo de mi vida a poder entablar estos enlaces con los amigos que te escriben.
—Esa complicidad con tu público también la dejas ver en tus conciertos, siempre cuentas algo entre canción y canción
Sí, esto lo hago desde finales de los setenta, cuando salía a los parques aledaños a mi barrio y comenzaba a cantar. Cuando ya veía a tres o cuatro personas que se paraban alrededor les contaba la historia de esa canción, sobre cuándo o cómo la hice. Eso hacía que el interés de la gente que estaba ahí crezca un poco. Esa costumbre la tengo desde ese entonces y la he visto como algo normal. Yo pensaba que todos los grupos del mundo hacían eso, que contaban historias. De pronto fui a conciertos y vi que muchos grupos no decían nada, ni siquiera buenas tardes o buenas noches. Yo lo veía como una falta de respeto o de ganas frente a eso que te dedicas, que es la música. Entonces me dique que cuando tenga un grupo voy a seguir haciendo exactamente lo mismo antes de cada canción. Voy a decir algunas palabras. Y esto a pesar de que no tengo el don de la palabra. Es más, no se me nota mucho ahorita, pero yo soy tartamudo, tengo dificultades para hablar. Entre los colegas y amigos yo prefería quedarme callado y esto hizo que la gente me viese como alguien misterioso, circunspecto, cuando en realidad no hablaba porque tenía el miedo de que se vayan a reír.
—Ahora que vuelves a los escenarios presenciales, ¿seguirás con los conciertos en línea?
Sí, por supuesto, lo virtual ya quedó. Es una experiencia fantástica, te enlaza con gente que está muy lejos. Por ejemplo, una vez tuve un recital con una persona que está en Arabia Saudita y su familia nos contactó para celebrar su cumpleaños. Fue una conexión bien paja, bastante emocional, eso se debe y se va a mantener.
El dato
Daniel F se presenta este sábado a las 6:00 p.m. La Cúpula de las Artes y puedes conseguir las entradas aquí.
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