Enhorabuena la cartelera limeña está llena de puestas en escena activistas, hechas a la medida de un mensaje claro y relevante. Sin embargo, prefiero aquellas que plantean interrogantes, las que invitan a cuestionarse y eluden las conclusiones. De allí que “Quemar el bosque contigo adentro” sea tan refrescante: Mariana de Althaus reflexiona sobre la violencia contra la mujer sin descuidar el lenguaje poético y con personajes llenos de matices y contradicciones.
En el teatro de la Alianza Francesa, De Althaus aborda el asunto desde una mirada transgeneracional. Hay victorias, derrotas, decisiones cuestionables, pero también amor. Sobre todo amor, aunque a veces sea desmedido e incomprendido.
Todas las mujeres de la familia cargan con un pasado que las quema por dentro. No importa qué tanto se esfuercen por evitarlo -de hecho, se mudaron a una casa en medio del bosque para proteger a la nieta adolescente- o ignorarlo, sigue ahí. Los fantasmas se esconden dentro de la casa disfrazados de mascotas enjauladas -que aparecen poco a poco hasta que toman la palabra para contar sus penas-. Basta perderlos de vista para que se liberen y se saquen los ojos.
“Quemar el bosque contigo adentro” arranca cuando la adolescente (Macla Yamada) anuncia que su papá (Lucho Cáceres) la irá a visitar esa tarde. La noticia cae mal a su mamá (Alejandra Guerra) y abuela (Grapa Paola): ¿qué vela tiene en el entierro el hombre que se desentendió de su hija por tantos años? El contexto no podría ser peor: la mamá denunció a una autoridad municipal por violar a una niña y ahora su vida es amenazada. Está sola porque hasta la mamá de la víctima quiere ignorar el hecho para no sufrir las represalias.
De Althaus traslada al público a esa realidad con una escenografía llena de ramas de eucalipto colgados. El aroma es potente. No recuerdo otras obras en las que la autora utilice ese tipo de recursos, aunque si pienso en lo inmersivo tendríamos que regresar a “El sistema solar” y la sensación de hogar. Si a ello se le suman las actuaciones, entrar a la convención es muy sencillo.
El casting es preciso. Yamada -a quien hace poco se la vio en la vuelta de “Sobre lobos”- maneja bien los tiempos como Victoria y es capaz de aumentar y disminuir la tensión con facilidad asombrosa. Su personaje -atribulada por cuestiones ajenas a la razón- demanda cambiar de código de esa forma. La acompaña Guerra, quien se encorva y relaja los brazos para reflejar la angustia y resignación de Idara, tozuda y de valores infranqueables. Gran momento cuando vomita todos sus reclamos sin equivocarse ni cansarse.
También está Grapa, una de las mejores actrices de la escena peruana desde hace ya varios años. A Aurora -mujer que encontró cierta paz en la ceguera de la magia de las cartas del tarot- le imprime potencia y fragilidad sin necesidad de alzar la voz ni demasiadas líneas. Siempre es un gusto verla en escena.
El elenco lo completa Lucho Cáceres como David, personaje que, a pesar de querer reparar sus errores, es incapaz de notar que para lograrlo necesita, primero, liberarse de las máscaras. Cáceres ofrece una interpretación buena, pero que a pesar de sus aciertos -desarrolla con corrección a este personaje reprimido-, no logra destacarse dentro de una propuesta coral llena de picos. Aunque también es posible que la presencia masculina en “Quemar el bosque contigo adentro” haya sido pensada de esa manera.
Dramaturgia y dirección: Mariana de Althaus
En: teatro de la Alianza Francesa (Av. Arequipa 4595, Miraflores)
Elenco: Grapa Paola, Alejandra Guerra, Macla Yamada y Lucho Cáceres
Temporada: hasta el 10 de diciembre.
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