Hace un par de días las redes sociales nos mostraron una imagen que resume la injusticia con la que la vida le paga a uno de los últimos íconos de la comicidad peruana. Sentado en su silla de ruedas, Guillermo Effio Ubillús o Guillermo Campos como llegó a ser conocido y reconocido en el programa Risas y Salsa, se ha visto obligado, nuevamente, a vender los CDs que grabó cuando aún las fuerzas se lo permitían. Con la voz ronca y quebrada lamenta “que el gobierno me haya desamparado después de darle al público tanto cariño y alegría”. Le recordamos que a finales del 2018 se le otorgó una pensión de gracia, pero su respuesta es contundente. “Esos S/1700 solo me sirve para pagar la casa -una cochera, en realidad, donde apenas cabe junto a su esposa-, comprar los alimentos y la medicina que necesito. Necesito una vivienda”. El reclamo podría resultar válido si se toma en cuenta que más de un deportista, por ejemplo, ha sido premiado por sus logros. “¿Y yo que he estado 70 años alegrando a mi pueblo?”, se pregunta con dolor.
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Amor del bueno
A sus 92 años, producto de la diabetes que padece desde hace más de 20 años, está perdiendo la vista, tiene los riñones dañados y no puede caminar desde hace un lustro. “Hay días en que realmente se siente muy mal, pero no quiere quedarse en el hospital. Tiene miedo a contagiarse de COVID-19 y quedar internado”, cuenta Julia Quispe, su esposa y compañera desde hace un cuarto de siglo. Además del escaso dinero, le urge un chequeo médico. El Programa de Atención Domiciliaria (Padomi), al que está inscrito, tarda hasta una semana en acudir a su llamado. “Para nosotros es muy difícil llevarlo a un médico particular, ¡cuánto se gasta! La mitad de su pensión es para comprar sus medicinas, lo demás hay que distribuirlo. Pero cuando se pone mal tengo que llevarlo a la clínica. En el hospital solo me dan paracetamol para el dolor o le hacen una nebulización”.
Doña Julia es 30 años menor que don Guillermo y es la única que vela por su bienestar, pues ninguno de sus seis hijos, como dice el propio cómico, lo visita. Se conocieron en Cañete “cuando tenía mi restaurante”, recuerda ella. “Él fue para un espectáculo y llegó a comer. Ahí fue el flechazo. Nos mantuvimos comunicados y luego de seis meses me vine a Lima”. Si alguien piensa que la idea de la estabilidad económica precipitó el romance, se equivoca. La enamoró con detalles y cantándole al oído. “Cuando nos mudamos juntos él no tenía prácticamente nada. Ni una cama. Alquilamos un cuartito por Faucett, pero aún estaba muy bien. Nunca pensé que iba a verlo así como está ahora”. Pese a las carencias doña Julia no se separa de él ni un minuto. Es testigo y soporte en los repentinos dolores de huesos y articulaciones. También en las lagunas mentales que han empezado a aparecer.
Su otra pasión
La historia de Guillermo Effio Ubillús se inició a los 16 años, no como actor sino como cantante. Empezó en la radio a pesar de la negativa de su padre. Por eso adoptó el apellido Campos, que en realidad le pertenecía a un amigo. Poco a poco el destino lo fue llevando hacia las lides del humor, que fue finalmente su trampolín al éxito. En 1990, con un nombre ya consolidado, conoce a Julio Andrade, por entonces, una joven promesa de la música. Veinte años después -pocos lo saben- grabarían un tema a dúo, el bolero “Miénteme otra vez”. Tras ese primer encuentro, Andrade se lo topó nuevamente en un local de moda donde don Guillermo hacía un show con cuatro o cinco canciones. Quedó impresionado. La oportunidad llegó con la teleserie “Chico de mi barrio”. Allí el actor interpretaba a don Honorio, un hombre bonachón y criollo al que el amor le era esquivo. “Aldo Miyashiro, el productor -recuerda Andrade- me dijo que se le había ocurrido hacer un tema para cada personaje protagónico. Así que decidimos hacerle un bolero a Guillermo”. Cuando llegó a grabar estaba sorprendido. “Parece que estoy entrando al Enterprise”, escuchó decir el cantautor de “Cada mañanita”. Fue la primera y única vez que un artista consagrado como Andrade convocó al llamado “feo que canta lindo”.
Música, actuaciones y regalías
Bajo su verdadero nombre, Guillermo Campos está afiliado a dos asociaciones de gestión colectiva: Inter Artis Perú y Soniem Perú. La primera agrupa a los actores de formato audiovisual (cine y televisión). La otra reúne a intérpretes y ejecutantes de la música. En ambos casos le corresponden regalías, ya sea por las retransmisiones de Risas y Salsa o por la reproducción de sus temas.
Al indagar sobre los derechos del comediante nos topamos con una buena noticia. Julie Freund, vicepresidenta de Soniem informó sobre un monto a su favor. “Don Guillermo no genera muchas regalías, pero tiene algo de dinero que no ha cobrado. Este año le corresponde S/ 239, pero tiene un acumulado de S/ 1390.25 por varios años. Lo único que tiene que hacer su esposa es enviar un número de cuenta”, nos dijo. Al cierre de esta nota, gracias a la rápida respuesta de la asociación, el monto ya había sido depositado. “A veces los afiliados no se enteran ni saben de esto y cuando son mayores más aún”, señala Freund, quien agrega que existen muchos más casos como el de Guillermo Campos. “Soniem siempre trata de hacerse cargo de ellos. Hay un bono de sepelio para el artista afiliado y desde la gestión socio cultural les brindamos un bono de ayuda social a quienes están mal, como fueron los casos de Gerardo Manuel, Carlos Postigo”.
Cecilia Tosso, vicepresidenta de Inter Artis, cuenta, por su parte, que debido a la pandemia en 2020 se pagaron por adelantado -entre junio y julio- las regalías que les corresponden a cada artista. “Este año hemos entregado un beneficio especial a don Guillermo y a los adultos mayores afiliados”. A pesar del incumplimiento de pago de las emisoras radiales y televisivas ambas entendidas continúan en la lucha y dan cuenta de la importancia de afiliarse a las asociaciones de gestión correspondiente. Como asegura Tosso “si los canales cumplieran con pagar habría mucho más dinero para repartir. De otro lado, hay un alto margen de actores que no están asociados. Más que renunciar a sus derechos yo creo que lo hacen por desinformación, muchos creen que esto es sindical, pero es un derecho de comunicación pública”. Da, además, una opinión personal y, en vista de las circunstancias, realista. “Muy pocos actores cuando están en su época de gloria piensan en el mañana. Hay que ser previsor porque el mañana llega muy rápido”. Demasiado.
¿Cómo ayudar?
Hay dos maneras de apoyar al actor cómico: comprar sus CDs de canciones a S/20 llamando al 99969-4372 (Julia Quispe) o con algún depósito a las cuentas BCP 191-92633293-0-80 y Scotiabank 1110014378 (ambas a nombre de Guillermo Effio Ubillús).
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