Los científicos están sorprendidos ante el descubrimiento de un sistema solar a 30 años luz de la Tierra que desafía la idea prevalente sobre la formación de los astros, ya que un planeta de gran tamaño, parecido a Júpiter, orbita una estrella diminuta conocida como enana roja.
Las estrellas generalmente son mucho más grandes que los planetas que las orbitan. Pero en este caso, la estrella y el planeta no difieren mucho en tamaño, según dijeron los investigadores el jueves.
La estrella conocida como GJ 3512 tiene aproximadamente el 12% del tamaño de nuestro sol, mientras que el planeta que orbita a su alrededor tiene una masa de al menos la mitad de Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar.
“Sí, es una sorpresa absoluta”, dijo el astrofísico Juan Carlos Morales, del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña y del Instituto de Ciencias del Espacio de España, que dirigió la investigación publicada en la revista Science.
“El descubrimiento ha sorprendido porque los modelos teóricos de formación sugieren que las estrellas de baja masa típicamente albergan planetas pequeños, similares a la Tierra o a planetas pequeños como Neptuno. En este caso, hemos descubierto un planeta gigante gaseoso similar a Júpiter alrededor de una estrella muy pequeña”, añadió Morales.
El planeta está compuesto principalmente de gas, al igual que Júpiter, y fue descubierto usando un telescopio en el Observatorio de Calar Alto en Almería, España. Se desplaza alrededor de su estrella en una órbita muy elíptica que dura 204 días.
Las enanas rojas son estrellas pequeñas, con temperaturas en superficie relativamente bajas. La GJ 3512 es mucho más pequeña que nuestro sol, siendo comparable en tamaño a un planeta muy grande, con una masa un 35% más grande que la de Júpiter.
“Emiten menos energía, por lo que son más tenues que el sol, y su temperatura superficial es más bien fría, por debajo de los 3.527 grados Celsius aproximadamente. Por eso tienen un color rojizo”, dijo Morales.
Hay evidencias de la existencia de un segundo planeta orbitando la estrella, mientras que un tercer planeta podría haber sido expulsado del sistema estelar en el pasado, lo que explicaría que la órbita del planeta similar a Júpiter sea elíptica, dijo Morales.
Los planetas nacen del mismo disco de gas interestelar y polvo que produce la estrella alrededor de la cual orbitan. Bajo el modelo más aceptado de formación planetaria, conocido como modelo de “acumulación de núcleo”, un cuerpo se forma inicialmente a partir de partículas sólidas del disco y el tirón gravitacional de este planeta embrionario permite que surja una atmósfera de gas circundante.
Un modelo alternativo, de inestabilidad gravitacional, podría explicar el inusual sistema descubierto.
“En este caso, el disco protoplanetario alrededor de la joven estrella podría ser ligeramente más grande de lo esperado y frío”, dijo Morales. “Esto hace que el disco se vuelva inestable, por lo que pueden aparecer algunas regiones densas. Estos grupos pueden crecer hasta que colapsen, formando un planeta”.