Está a punto de cumplir 95 años y el pasado 9 de abril perdió al gran amor de su vida. La reina Isabel II del Reino Unido afrontó el sábado 17 el dolor de despedir a Felipe de Edimburgo y durante el funeral íntimo realizado en la capilla de San Jorge, que se encuentra dentro de los terrenos del Castillo de Windsor, le rindió un emotivo homenaje a su difunto esposo llevando algunos detalles que marcaron y representan su historia de amor de 73 años. La actividad que contó con solo 30 invitados fue transmitida en televisión y tuvo varios protocolos muy poco vistos para eventos de la realeza.
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El duque de Edimburgo murió a los 99 años y tuvo una ceremonia de despedida que reflejó sus afiliaciones militares e intereses personales. El ataúd estuvo cubierto con su bandera personal, su espada, su gorro naval y una corona blanca de flores con lirios, rosas y jazmín colocada en la parte superior que también contó con un pequeño y significativo detalle por parte de la reina Isabel II: una carta de despedida escrita por ella misma.
Según informa ‘HELLO!’, la tarjeta de la monarca tenía bordes negros para cumplir de esta manera con los rituales de duelo establecidos por la familia real británica. En ella puso: “En memoria del amor”.
Además, en la dedicatoria escrita a mano firmó como Lilibeth, nombre con el se refieren a ella en confianza algunas personas.
Detalle de su historia de amor
Si bien la reina Isabel II lució de luto riguroso y llegó a la capilla por separado, atendida por una dama de compañía, y se sentó sola durante el servicio fúnebre, Daily Mail afirma que llevó consigo un detalle muy especial en honor a su fallecido esposo: en el interior de su bolso guardaba una foto tomada en Malta, país importante para su historia de amor, puesto que allí pasaron la primera etapa de casados.
Una fuente cercana a la Corona británica agregó que también quería llevar algunos de los pañuelos de tela que tenía el príncipe, a quien se los hacían los sastres Kent y Haste, proveedores reales.
El ataúd del duque fue bajado a la bóveda real, ubicada debajo de la capilla de San Jorge, donde muchos miembros de la familia real han sido enterrados. Los restos mortales de Felipe de Edimburgo serán trasladados a otra zona del mismo templo el día que fallezca la reina Isabel II del Reino Unido para así descansar juntos por siempre.