¿Alguna vez te ha pasado que llegas al control de seguridad del aeropuerto, ves tu botella de agua y te la quitan sin pensarlo dos veces? ¡Es frustrante! Pero, ¿y si te dijera que hay un truco legal para llevar agua contigo sin tener que comprar una dentro del aeropuerto? Hoy te voy a contar cómo pasar agua por los controles de seguridad en Estados Unidos sin romper las reglas. Así podrás mantenerte hidratado durante tu viaje sin gastar de más.
La solución es bastante sencilla: congélala antes de tu viaje. Y no te preocupes, no estarás infringiendo ninguna norma. La Administración de Seguridad en el Transporte de EE.UU. (TSA) aprueba este truco.
“Los artículos líquidos congelados están permitidos a través del punto de control siempre que estén completamente congelados cuando se presenten para la revisión”, confirmó un portavoz de la TSA a CNN.
“Si los artículos líquidos congelados están parcialmente derretidos, son fangosos o tienen algún líquido en el fondo del recipiente, deben cumplir con los requisitos de líquidos 3-1-1″, agregó, refiriéndose a la regla de la TSA que permite a cada pasajero llevar líquidos, geles y aerosoles en recipientes de menos de 100 mililitros y que puedan caber en una sola bolsa de un litro.
Si tu botella congelada empieza a derretirse, lo mejor es beberla antes de colocar tus artículos en la bandeja de seguridad. Así evitarás problemas con la cantidad de líquido y te aseguras de cumplir con las reglas.
Claro, como todo, hay excepciones a la regla 3-1-1: la TSA permite que lleves más líquidos, geles y aerosoles si son necesarios por razones médicas en tu equipaje de mano. Eso sí, debes declararlos a los oficiales en el control de seguridad para que los inspeccionen.
En última instancia, el mejor consejo es no empacar ningún alimento o artículo líquido congelado en tu equipaje de mano que te molestaría tener que tirar.
“La decisión final recae en el oficial de la TSA sobre si un artículo está permitido a través del punto de control”, dice el sitio web de la TSA.
Los viajeros que salen de EE.UU. deben revisar la política del país desde el que están volando antes de congelar sus botellas de agua. Por ejemplo, Canadá no es tan flexible con este tipo de trucos.