Una mujer de Estados Unidos generó opiniones divididas en las redes sociales tras dar a conocer que decidió dejar a su esposo cuando este batallaba contra una terrible enfermedad. Yana Fry tenía apenas 22 años cuando anhelaba formar una familia con su entonces pareja, pero todo se derrumbó cuando al sujeto le diagnosticaron cáncer testicular.
“Realmente no podíamos pensar en nuestro futuro”, dijo la estadounidense, en la actualidad de 40 años. “¿Cómo pueden planificar su futuro como pareja de recién casados cuando están luchando contra algo como el cáncer?”.
“La gente reacciona de dos maneras a las enfermedades críticas, lo he visto una y otra vez”, explicó. “El primer tipo fue cómo mi esposo desafortunadamente era: las personas que se ahogan en la autocompasión. El segundo tipo de personas son aquellos que, en cambio, se preocupan por todos los que los rodean”.
Fry, quien vivía en Nueva York con su esposo en ese entonces, dijo que, a pesar de que las personas se enteraban de su caso, nadie se ofreció a brindarle apoyo.
“Vimos diferentes tipos de médicos. Ni una sola persona me ofreció ayuda”, se lamentó. “Nunca preguntaron: ‘¿Necesita un sistema de apoyo? ¿Eres parte de un grupo de consejería?’”.
Aunque el hombre se sometió al respectivo tratamiento, la enfermedad empeoró. “Esperaba lo mejor con el cáncer de mi ex esposo, pero luego pasaron los años y comencé a perder la esperanza”, recordó. la mujer.
“Fueron cinco años con todos los tratamientos y comenzó a cambiar la dinámica dentro de nuestra relación”, agregó.
Durante aquella época, a Yana se le pasó por la cabeza el dejar a su marido, pero sintió que no podía hacer nada ya que se puso a comparar su sufrimiento y el de su pareja; sin embargo, todo cambió tras una terrible noticia: un amigo suyo se había suicidado.
“Fue mi primer funeral y fue muy impactante”, explicó la mujer. “En mi mente en ese momento, el suicidio se convirtió en una opción, aunque nunca antes lo había considerado. Estaba en tan mal estado”.
“Estaba muy claro para mí que si no me salvaba, probablemente iba a morir”, añadió. Posteriormente, solicitó el divorcio y dejó atónito a su marido.
“Al comienzo de su tratamiento, todavía me estaba controlando. Pero sintió aún más lástima por sí mismo debido al divorcio”, recordó. “No puedo decir que él fue un gran apoyo, pero lo más difícil fue la reacción de la sociedad, que no esperaba”.
La estadounidense asegura que, cuando se supo que quería divorciarse, las personas empezaron a enviarle “mensajes horribles” y que le decían que la familia “estaba decepcionada” de ella.
“La gente estaba adolorida y querían culpar a alguien”, indica Yana, quien supo tiempo después que su esposo, con el que dejó de hablar, volvió a casarse dos años antes de fallecer.
“De hecho, me enteré en Facebook de que falleció. Había una foto de él de un amigo común y decía: ‘Descansa en paz’”, recordó. “Mi primera reacción fue: ‘Debes estar bromeando. Alguien me habría llamado y me lo habría dicho. Pero nadie lo hizo”.
Tras este complicado episodio en su vida, Fry decidió dejarlo todo y se mudó a Singapur, donde trabaja como coach de vida. Se volvió a casar y afirma que no se arrepiente de haber dejado a su esposo moribundo. Por otra parte, admite que pasó varios años en terapia tratando de superar lo ocurrido.
“Siento que a nosotras, especialmente a las mujeres, generalmente nos criamos con la mentalidad de servir a los demás, pero cuando vas en contra, aprendes mucho sobre la resiliencia y la autoconciencia”, concluyó Fry.
“Tuve que tener años de terapia para aprender que no soy una persona horrible por tomar la decisión que tomé”.
Finalmente, la estadounidense que no tiene sentimientos negativos hacia su difunto exesposo, a pesar del difícil matrimonio que tuvo.
“Estaba tan feliz y tan emocionada de que se volviera a casar antes del final. Realmente espero que hayan tenido una hermosa vida juntos”, agregó.