El drama de la inmigración en Europa es un tema serio y no se ha detenido ni siquiera durante la pandemia; sin embargo, historias como la de la travesía de Marruecos a España de una niña con su gato en brazos a bordo de una patera nos demuestran los inquebrantables vínculos que llegan a formar los seres humanos con los animales.
La pequeña, que arribó a la ciudad de Motril con sus padres y sus tres hermanos, fue capaz de abandonar su tierra, pero no a su mascota. “Qué triste y, al mismo tiempo, qué bonito”, reflexionó Javier Morales del Centro de Rescate Animal del Zoo Castellar de la Frontera, que se ha hecho cargo del cuidado la gata, al portal NIUS.
Y es que el animal, que en realidad es una gata, actualmente se encuentra en cuarentena en las instalaciones del mencionado centro y recuperándose de “diferentes patologías porque llegó muy mal, deshidratada, mal nutrida y con diarreas”. “Afortunadamente, va mejorando, pero pensábamos que no iba a salir adelante”, agregó Morales.
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La minina, de pelaje color blanco con negro y ojos verdes, tiene entre 5 y 6 meses de edad. Además, por el estado en el que llegó, tanto el colaborador del Zoo Castellar de la Frontera como sus colegas se pudieron hacer una idea de lo duro que fue el viaje de más de 15 kilómetros que experimentó junto a su dueña a través del Estrecho de Gibraltar.
La historia de la niña y su gata –a la que, según NIUS, aún no le han puesto nombre “por prudencia” ya que no sabían cómo iba a evolucionar– tuvo su origen a mediados de enero cuando personal de Salvamento Marítimo trasladaba al puerto de Motril a 59 personas de origen magrebí, tras rescatarlos de seis pateras en las aguas del Mar de Alborán.
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Entre aquellas personas figuraba la pequeña que, durante las horas que duró el periplo en altamar, estuvo abrazada a su gata. Miembros de la Cruz Roja que participaron en el hecho aseguraron a NIUS que se veía “una conexión brutal” entre ambos y a cualquiera se le “partía el alma” al ver que la menor no quería separarse de su mascota.
A través de una publicación en su página de Facebook el pasado 10 de febrero, donde también compartieron los detalles de este conmovedor caso, el Centro de Rescate Animal del Zoo de Castellar de la Frontera expresó su deseo de que la gata vuelva a estar con su familia y en los brazos de la niña de 10 años que la trajo a España.