Mary Bell se convirtió en una asesina cuando tenía 11 años. Pese a que estuvo en prisión fue puesta en libertad (Foto: Captura de Canal del Crimen)
Mary Bell se convirtió en una asesina cuando tenía 11 años. Pese a que estuvo en prisión fue puesta en libertad (Foto: Captura de Canal del Crimen)
Redacción Mag

Mary Bell era una niña de apenas 11 años que tenía una mirada angelical; sin embargo, detrás de ese rostro que causaba ternura se escondía un ser perverso que llegó a horrorizar a todo un país. Y no era para menos, pues la pequeña había a dos menores de 3 y 4 años en 1968.

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A continuación, te contamos la historia de aquella niña que en la actualidad es una mujer libre, de quien se desconoce su nueva identidad gracias a una ley que ella misma promovió para mantenerse en el más absoluto anonimato. Lo único que se sabe de ella es que se convirtió en abuela, según publicó .

LOS CRÍMENES DE MARY BELL

Transcurría el 25 de mayo de 1968 cuando fue hallado el cadáver del pequeño Martin Brown en una casa abandonada en el barrio de Scotswood, Newcastle. El menor de cuatro años había desaparecido luego de salir a jugar con sus amiguitos. Su rostro tenía sangre y saliva, y un frasco de pastillas cerca de una de sus manos, aparentemente era un accidente, pero la autopsia determinó que fue estrangulado y recibió un golpe en la cabeza. Tras la muerte del niño, Mary se acercó a la casa de su víctima y preguntó a su madre si podía verlo, luego que le dijera que había fallecido, ella le contestó: “Ya sé que está muerto. Lo quería ver en su ataúd”.

Para ese tiempo, Bell iba acompañada de su amiga Norma, de 13 años, quien era cómplice de sus maldades. Un día, ambas ingresaron a una guardería de la zona y destrozaron varias cosas, para finalmente dejar una nota en la que se culpaba de la muerte de Martin, pero nadie la tomó en serio. “Yo asesiné... así que volveré a hacerlo”, se leía en el papel encontrado por la policía.

A los dos meses de la muerte de Brown, el 31 de julio, otro niño apareció muerto. Se trataba de Brian Howe, de tres años, quien dejó de existir de la misma forma que Martin: estrangulado. Pero eso no era todo, pues le habían marcado el vientre con una hoja de afeitar la letra "M", además de haberle cortado mechones de cabello y los genitales.

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MARY BELL CONFIESA SUS CRÍMENES

Cuando todos buscaban a Brian, Mary Bell le dijo a la hermana del menor dónde podía encontrarlo, algo que encendió las alarmas en los agentes, quienes al notar su actitud sospechosa con la de su amiga las intervinieron para interrogarlas. A pesar de que Mary se mostró fría y manipuladora, mencionó las tijeras con las que hirieron al pequeño cuando nadie se lo había dicho. Pocos días después fueron arrestadas. Cada una en sus celdas se lanzaban acusaciones.

Al final, la niña de 11 años confesó que asesinó a los menores por “placer y la emoción de matar”, además de señalar que le gustaba “herir a los seres vivos, animales y personas que son mucho más débiles” que ella. Por su parte, Norma también relató lo que había hecho en la muerte de Brian. “Apreté su pescuezo y presioné sus pulmones, así es como lo matas”.

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La casa donde fue encontrado el cuerpo de Martin Brown (Foto: Chronicle Live / La Nación)
La casa donde fue encontrado el cuerpo de Martin Brown (Foto: Chronicle Live / La Nación)

JUICIO POR SUS CRÍMENES

El día del juicio llegó y fue el 5 de diciembre de 1968. Mientras que Norma se quebró, Mary Bell se mostraba desafiante dando respuestas astutas, pero por las pruebas en su contra era difícil obtener su libertad. A los pocos días, el 17 de diciembre, la menor de 11 años fue condena a cadena perpetua, según The Guardian, al escuchar la sentencia se echó a llorar. En tanto su amiga de 13 años fue declarada inocente, pues el juez considero que había actuado por influencia de Bell.

Tras ello fue enviada a un reformatorio. Pero a la edad de 20 años, en 1977, fue noticia luego de escapar de prisión para pasar la noche con dos jóvenes. Tres años después, en mayo de 1980, recuperó su libertad debido a que las autoridades consideraron que ya no representaba un peligro para la sociedad.

Mientras se reinsertaba, buscó en la justicia que los medios respetaran su anonimato. En 1984, se convirtió en madre y debido a esta condición la apoyaron a mantener en incógnita su identidad hasta que su hija sea mayor de edad.

Sin embargo, cuando en 1998 salió el libro de Gitta Sereny, “Cries Unheard, The Story of Mary Bell” (“Llantos ignorados, la historia de Mary Bell”, en español) todo se volvió a complicar, pues la sociedad se indignó por haber cobrado dinero para dar a conocer su testimonio y crímenes, al considerarlo indecente.

Debido a ello, un policía dio a conocer la identidad oculta y lugar de residencia de Mary y su hija, quien se enteró lo que había hecho su madre, por lo que tuvieron que huir. En mayo de 2003, ella logró que el Tribunal Supremo británico le renovara su derecho a preservar su intimidad, pero pidió también preservar la de su familia de por vida, algo que finalmente logró, el cual se le conoce como “la orden Mary Bell”, que permite preservar oculta la identidad de expresidiarios.

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MARY BELL VIVIÓ UN INFIERNO DESDE BEBÉ

Aunque Mary Bell fue la autora de dos atroces crímenes, quizá su perverso accionar se deba al infierno que vivió desde que nació. Su madre era una drogadicta y prostituta que la tuvo a los 17 años, aunque no se supo bien quién era su padre, ella siempre creyó que fue Billy Bell, un criminal arrestado por robo a mano armada.

Personas no pertenecientes al círculo familiar de Bell señalaron que su progenitora intentó en más de una ocasión asesinarla y hacerlo ver como un accidente. Algo que fue confirmado por la propia Mary, ya adulta, a la periodista Gitta Sereny, quien escribió un libro sobre su vida. A ella le contó que cuando tenía un año de vida, su madre le provocó una sobredosis por suministrarle drogas, pero ahí no quedó todo, ya que también le mezclaba pastillas en su comida. Incluso, una vez la arrojó desde la ventana.

Aunque lo peor estaba por venir. La propia Bell señaló que fue víctima de abuso sexual por parte de su madre más de una vez, diciendo que ella la obligaba a participar en actos sexuales con hombres desde que tenía cinco años.

Todo ello la habría llevado a convertirse en una niña que guardaba mucho rencor, cometiendo actos crueles con animales y otros pequeños, menores que ella.

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Mary Bell se convirtió en una asesina cuando tenía 11 años. Pese a que estuvo en prisión fue puesta en libertad (Foto: Chronicle Live / La Nación)
Mary Bell se convirtió en una asesina cuando tenía 11 años. Pese a que estuvo en prisión fue puesta en libertad (Foto: Chronicle Live / La Nación)

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