Cuando un hombre de Nueva Zelanda no volvió a saber de sus médicos después de hacerse una prueba de detección de cáncer, creyó que todo estaba bien y que gozaba de buena salud.
Lamentablemente, al paciente, de unos 60 años y cuyo nombre no ha sido revelado, no se le programó una cita de seguimiento. Tampoco se le informó que tenía cáncer de vejiga.
Recientemente, el sujeto, oriundo de la ciudad de Nelson, se llevó tremenda sorpresa al descubrir que tenía cáncer terminal y que solo le quedaban dos años de vida, informó el medio neozelandés Stuff.
La historia del inesperado diagnóstico
A inicios de 2019, el hombre visitó a su médico de cabecera después de ver sangre en su orina. Tras someterse a una serie de pruebas, le dijeron que tenía un tumor no invasivo de alto grado en la vejiga. El especialista creyó que podría ser canceroso.
Dos meses después, el paciente fue operado en el Hospital Nelson Marlborough, donde se tomaron muestras de los tumores y se enviaron para su análisis.
El urólogo señaló que el paciente necesitaba una cita de seguimiento dos o tres semanas después de la cirugía para discutir los resultados.
Sin embargo, esa orden nunca se transmitió. En consecuencia, el paciente fue enviado a casa el mismo día, sin un resumen de alta ni información sobre la cirugía. Solo dijeron que el hospital se comunicaría con él en unas pocas semanas, pero eso nunca sucedió.
Cuando llegaron sus resultados, el informe histológico mostró que tenía “tumores de vejiga cancerosos que crecen rápidamente y es probable que se propaguen”.
Por su parte, el paciente señaló que si bien “pensó que podría necesitar que lo volvieran a ver, confiaba en el sistema y creyó que si necesitaba un seguimiento, recibiría una tarjeta de cita como lo había hecho en el pasado”.
Según el medio citado, el hombre no fue informado del diagnóstico terminal y no recibió tratamiento durante más de un año.
En mayo de 2020, el hombre volvió a experimentar molestias y sangre en la orina, por lo que regresó al hospital para un chequeo.
Durante la consulta, se descubrió que nunca tuvo una cita posterior a la cirugía y se le diagnosticó un cáncer de vejiga con invasión muscular de alto grado, que ahora es terminal.
El Hospital Nelson reconoció que “claramente no brindó la atención de seguimiento adecuada”. La institución de disculpó con el hombre y su familia por el “daño y trauma” causado por su fracaso
Una investigación determinó que, debido a la rotación del personal el día de su cirugía y a que su médico de cabecera no identificó que la cita de seguimiento no se había programado, el paciente no recibió el tratamiento adecuado.
El urólogo del hombre dijo que su tratamiento “se ha visto comprometido como resultado de la pérdida del seguimiento”, y que “tiene muchas menos posibilidades de sobrevivir incluso si se somete a una cistectomía”.
Tras el incidente, el hospital señaló que “avanzarán hacia la implementación de resúmenes de alta para todos los pacientes de la Unidad de estancia diurna”, en lugar de solo aquellos que tienen estancias más largas.
Qué es el cáncer de vejiga
El cáncer de vejiga es un tipo frecuente de cáncer que comienza en las células de la vejiga, señala Mayo Clinic. La vejiga es un órgano muscular hueco en la parte inferior del abdomen que almacena la orina.
El cáncer de vejiga comienza con más frecuencia en las células (células uroteliales) que recubren el interior de la vejiga. Las células uroteliales también se encuentran en los riñones y en los tubos (uréteres) que conectan los riñones con la vejiga. El cáncer urotelial puede ocurrir en los riñones y los uréteres también, pero es mucho más común en la vejiga.
La mayoría de los cánceres de vejiga se diagnostican en etapa inicial, cuando el cáncer es altamente tratable. Pero incluso los cánceres de vejiga de etapa inicial pueden volver después de un tratamiento exitoso. Por esta razón, las personas con cáncer de vejiga suelen necesitar pruebas de seguimiento durante años después del tratamiento para detectar la reaparición de un cáncer de vejiga.