Betty Cartledge, de 81 años, emitió su voto por primera vez el miércoles. (WSB-TV)
Betty Cartledge, de 81 años, emitió su voto por primera vez el miércoles. (WSB-TV)
Oscar Guerrero Tello

La historia de Betty Cartledge, una mujer de 81 años de Covington, Georgia, , es un recordatorio inspirador sobre la importancia de ejercer el derecho al voto, independientemente de la edad. En un año marcado por la polarización política y el interés renovado en la participación ciudadana, el hecho de que Betty haya votado por primera vez es un testimonio del poder del diálogo intergeneracional y de la determinación personal.

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Un momento inesperado

Betty se sintió emocionada cuando recibió un sticker en el centro de votación que decía: “He asegurado mi voto”. Con orgullo, lo pegó en su abrigo. Era un momento histórico: nunca antes había votado en su vida, y justo antes de cumplir 82 años, decidió que era el momento adecuado para hacerlo.

A lo largo de sus 64 años de matrimonio con su difunto esposo William, quien falleció en abril a los 91 años, el tema del voto no había sido parte de sus conversaciones. Aunque no está segura de por qué él nunca votó, Betty menciona a que él nunca le dijo que no pudiera hacerlo. Esto refleja una realidad que muchas personas enfrentan: a menudo, el acto de votar puede ser una decisión personal influenciada por las experiencias de vida y las circunstancias familiares.

Betty Cartledge, votante por primera vez en el condado de Newton, Georgia. (WSB-TV)
Betty Cartledge, votante por primera vez en el condado de Newton, Georgia. (WSB-TV)

El impulso para participar

La idea de votar llegó a Betty tras una conversación con su sobrina nieta y un vecino sobre las próximas elecciones presidenciales. “Me gustaría votar,” confesó, “pero no sé leer ni escribir.” Este comentario destaca un desafío que enfrentan muchas personas mayores y aquellas que no han tenido acceso a la educación formal. La idea de ir sola al centro de votación le resultaba intimidante; no quería sentirse perdida en el proceso.

Sin embargo, su sobrina Wanda, quien ha votado en todas las elecciones desde que cumplió 18 años, la alentó en cada paso del camino. Juntas, fueron a la oficina de registro hace dos semanas. Con la ayuda de Wanda, Betty completó el formulario de registro utilizando su licencia de conducir. Este acto no solo representó un paso hacia la participación cívica, sino también un momento de empoderamiento personal.

La experiencia de votar

El día de la votación, Betty se dirigió al centro de votación con emoción. Nunca había visto uno antes y estaba ansiosa por experimentar el proceso. Al llegar, un trabajador electoral le explicó cómo funcionaba todo. Wanda la llevó a una cabina de votación y le leyó los nombres de los candidatos. Betty, sintiéndose segura, presionó el botón en la pantalla para elegir a su candidato. “Fue mi elección y mi decisión,” comenta, orgullosa de haber tomado el control de su voto.

La experiencia resultó ser más emotiva de lo que había anticipado. “Fue como tener tu primera cita, tu primer beso o ser bautizado,” describe Betty. Esos momentos quedan grabados en la memoria, y el voto fue uno de ellos. Después de votar, su sobrina la llevó a un almuerzo de celebración, y Betty lució su sticker con alegría. Familiares y amigos la contactaron para expresarle su orgullo, un apoyo que refuerza la importancia del acto de votar en la vida de una persona.

Reflexiones sobre el voto

A través de su experiencia, Betty se siente más conectada con su identidad como estadounidense. Aunque no sigue la política de cerca, entiende que es fundamental. Este año, enfrentó la pérdida de su esposo, un aumento en el alquiler y un incremento en el costo de sus medicamentos. Con recursos limitados, ella creyó que su voto podría ser una forma de generar cambio.

“Espero que otras personas como yo, que no pueden leer ni escribir, hagan lo mismo,” dice con esperanza. Betty no solo planea votar nuevamente en cuatro años, sino que también espera inspirar a otros a que hagan lo mismo. Su historia resalta que la participación en las elecciones no está reservada solo para aquellos que se sienten seguros o educados en el tema, sino que es un derecho que todos deberían ejercer.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.