El pasado 31 de enero de 2020, Tracie y Myles Albert compraron una casa con cuatro habitaciones en Riverside, California (Estados Unidos) por la que pagaron cerca de 560 mil dólares. Sin embargo, ya pasó más de un año y ambos no han podido ni siquiera entrar a su propiedad. Su historia se volvió viral y difundida por diversos medios.
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¿Qué ocurre? Pues según cuentan ambos a FOX11, el anterior dueño se niega a irse y la ley, hasta cierto punto, se lo permite. Es que en el estado de California existe una moratoria durante la pandemia del COVID-19 con relación a los desahucios. Es por eso que el antiguo dueño tiene permitido quedarse en la propiedad hasta el 30 de junio.
“Somos dueños de la casa por completo. Es nuestra casa y todo está en un contrato, escrito, legal y firmado. Se le ha pagado el dinero en su cuenta. ¿Cómo es posible que no tengamos derecho a entrar a nuestra casa”, manifestó Myles Albert en declaraciones a FOX11.
La historia viral toma otro matiz luego que el agente inmobiliario, Chris Taylor, quien coordinó la venta, asegura que el anterior propietario le indicó que quería vender la casa lo más rápido posible y dejó entrever que necesitaba el dinero en efectivo, por lo que la pareja utilizó los ahorros de su vida y pidió una hipoteca.
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El agente inmobiliario asegura que la situación es completamente incomprensible. “Tienen este caso bajo una situación de inquilino COVID-19 de no desalojos, cuando no es eso en absoluto. Esta transacción se llevó a cabo en enero de 2020 antes de todo eso, por lo tanto no es un inquilino que estaba siendo expulsado. Es el que cobró todo este dinero”, añade Chris Taylor.
“Intenté regar el césped una vez y él vino y me arrancó las líneas de los aspersores, arrancó todos los cables. Las palmeras se están muriendo, todo era hermoso y todo se está muriendo”, señala Tracie Albert. Y es que el hombre que ocupa su propiedad, como ya no es dueño, decidió no hacerse cargo de la casa.
Tracie y Myles Albert piden ayuda al gobernador de California y demás autoridades, pues continúan pagando por una casa en la que no pueden vivir y la ley no intercede por ellos. De no mediar solución lo más pronto posible, tendrán que esperar hasta finales de junio para comprobar si la moratoria expira y el anterior dueño abandone la propiedad.