Una tienda de aspiradoras en Everett, Washington, causa furor en redes sociales por su curioso eslogan. | Crédito: Funny Roos Comedy / Facebook
Una tienda de aspiradoras en Everett, Washington, causa furor en redes sociales por su curioso eslogan. | Crédito: Funny Roos Comedy / Facebook
Ronie Bautista

“Everything we sell sucks”. Si bien en español esta frase puede interpretarse como “Todo lo que vendemos apesta”, en inglés tiene un significado distinto dependiendo del contexto y eso lo saben bien los dueños de una tienda de aspiradoras de ya que la emplean desde hace años en uno de sus anuncios que se han convertido en una sensación .

De acuerdo a , portal que publicó originalmente esta curiosa , este eslogan es con el que , un establecimiento ubicado en el 2318 de la calle Broadway en Everett, Washington, se promociona desde hace años y cada cierto tiempo cobra relevancia entre los usuarios de las redes sociales.

Esto quedó evidenciado en una foto de la fachada del local publicada el pasado 28 de marzo en la página de que obtuvo más de 32,000 compartidas. “Seguimos pasando por rachas de volvernos virales”, dijo el copropietario de la tienda, David Lane, en relación al aviso que colocó hace tres años.

Fueron buscando cobre y encontraron oro

Todo comenzó al volverse un éxito en y la tienda posteriormente apareció en el sitio de entretenimiento . Incluso, la sobrina de Lane que radica en Alemania le contó que se enteró de lo conocidos que eran en redes sociales, aunque el co-propietario del negocio asegura que no buscaba volverse famosos con su idea.

“Estaba buscando algo de publicidad irónica. Cuando tienes una tienda de aspiradoras, todo el mundo quiere contarte un chiste sobre estos electrodomésticos, y la mayoría incluye un remate con algo desagradable. Lo puse ahí más para adelantarme a las bromas”, señaló al citado medio sobre el letrero que antes solía cambiar cada cierto tiempo.

Si bien empezaron promocionando sus productos de origen alemán y estadounidense de la forma más convencional, la reacción que obtuvieron desde que usan el eslogan de “Everything we sell sucks” no fue tan favorable desde el principio, pero decidieron conservarlo al ver lo que provocaba en ciertos clientes.

“Lo más importante que pasó es que vinieron un par de personas que iban a Providence para sus tratamientos contra el cáncer y nos dijeron: ‘Saben que hay muchos momentos difíciles en mi vida, pero cada vez que paso frente a tu cartel me hace reír’”, dijo Lane sobre aquella experiencia, que no sería ni la primera ni la última.

En otra ocasión, una señora cuyo esposo había fallecido recientemente dijo que estaba llorando y, al pasar frente a la tienda, entró para agradecernos por el letrero porque su pareja “siempre se reía de él”. Esta ayuda visual, junto a una escultura de una aspiradora de casi 2 metros hecha de madera y fibra de vidrio, son las que caracterizan a su negocio.

Casi 80 años en el negocio

Este establecimiento es una parada obligada para aquellos que buscan comprar aspiradoras nuevas y usadas, así como sus diversos accesorios y su buen servicio. “También reparamos de todo”, dijo Lane, al tiempo que recomendó siempre hacerle mantenimiento a estos electrodomésticos para que les duren un largo tiempo.

Sin embargo, al parecer su tiempo en el lugar donde han permanecido por casi 80 años ya que la propiedad se encuentra en venta, pero anunciaron que se reubicarán en otro punto por determinar de la ciudad de Everett. Lane, de 37 años, y su padre, Mike (60), son la tercera generación de dueños que comenzó la familia Hagen.

Todo comenzó en 1944, cuando Ted Hagen mudó tanto su negocio como a su familia a estas instalaciones, que se ha venido expandiendo desde que el anterior dueño incluyó una sala de exhibición y un área de trabajo. Fue tal el éxito que tuvo Ted vendiendo aspiradoras puerta por puerta que necesitó un local para ampliar sus operaciones.

¿El futuro del negocio en buenas manos?

Laurie Steinberg, una trabajadora de la tienda desde que era una adolescente en la década de 1960, compró el negocio cuando el hijo de Ted se jubiló a fines del siglo pasado. Laurie era bien conocida en Everett, pero ya no se dedica más al negocio. Aun así, la gente todavía llega al establecimiento preguntando por ella.

Fue así que el emprendimiento se mantuvo en la familia ya que Lane se casó con la hija de Steinberg. “Mi papá y yo siempre habíamos querido trabajar juntos”, añadió el co-proprietario del negocio, quien antes de dedicarse al negocio de las aspiradoras trabajó para una compañía de prótesis tras servir en el Ejército de los Estados Unidos.

Su padre perteneció a la industria automotriz por 30 años, principalmente en el rubro de la mecánica y la atención al cliente. A la fecha, Samuel, el hijo de David de apenas 11 años de edad, trabajó con ellos durante sus vacaciones limpiando y aprendiendo a arreglar algunas cosas, y no descarta hacerse cargo de Everett Vacuum cuando sea el momento indicado.