Neila Lara Baragchum es una mujer de Taguatinga, en el Distrito Federal de Brasil. Ella vivió una experiencia de la que puede sentirse muy bien por haber salvado vidas. El edificio donde tiene un taller con su esposo Rabib, colapsó, pero afortunadamente no les pasó nada, ni tampoco se registraron heridos ni fallecidos, todo gracias a Neila que pudo advertir el inminente derrumbe y evitar una verdadera tragedia.
Un día antes del derrumbe, ella no asistió a trabajar porque se sentía mal de salud, razón por la que se quedó en casa a descansar. Al día siguiente, quiso acompañar a su esposo al taller, pese a que aún tenía dolores. Cuando entraron, Neila se percató que había varios pedazos de cemento en el piso.
“Sentí un gran malestar y le dije a mi esposo que no quería quedarme adentro a morir con mi nieto, porque Dios había dicho en mi corazón que el edificio se iba a caer”, dijo la mujer a Correio Braziliense.
Pedido de socorro
Él no le creyó porque imaginó que un edificio de varios pisos no podía caerse tan fácilmente. Neila trató de convencerlo, pero se fue y llamó a los bomberos inmediatamente. Apenas llegaron, evaluaron la estructura y las autoridades de Defensa Civil locales dieron la orden de abandonar el edificio.
Para Neila fue difícil que le crean lo que afirmaba. “Le devolví la llamada a los bomberos y les dije que era urgente, cuando percibieron la desesperación a través de mi voz, entendieron la gravedad del asunto. Alrededor de las 11:30 horas llegaron y acordonaron el edificio. Era una señal”, contó la mujer.
Todos los residentes evacuaron la estructura, y si bien hubo pérdidas materiales, nadie salió lastimado. Tampoco se registraron pérdidas de vidas, por lo que la acción de Neila salvó más de 50 personas. “Perdimos todo, pero el Señor nos dio una nueva oportunidad. Eso fue lo que le pasó a cada uno”, comentó Neila.