El divorcio puede ser una experiencia traumática y dolorosa para muchos, pero no para Abby Thompson, una mujer de Inglaterra de 26 años que celebró por todo lo alto el haberse separado de su ahora exesposo. Ella, armó una gran fiesta y la atracción principal era destrozar el vestido que usó el día de su matrimonio. A continuación, te contamos más detalles de esta curiosa historia.
De este modo, Abby se separó de su esposo y eliminó uno de los mayores recuerdos de dicha relación, lo cual no es algo fácil para las mujeres, quienes consideran que ese vestido blanco con una gran cola y velo es un enorme simbolismo y recuerdo de uno de los días más felices de su vida.
En las imágenes se puede ver que lo primero que hacen los invitados es tirar pintura encima del vestido, el cual estaba siendo usado por ella misma, así que también tuvo que soportar los colores en su cuerpo y cabello.
Para cerrar con broche de oro todo el ritual, la chica se sacó el vestido y lo dejó en el jardín para luego ser quemado y así no dejar nada de aquella vestimenta que usó el día que contrajo nupcias con su expareja.
Abby Thompson cuenta por qué celebró de dicha forma
En una entrevista con The Mirror, la mujer dio detalles de su separación y su matrimonio. Según ella, con su pareja tenía 7 años desde que eran novios y en 2018 se casaron, pero dos años más tarde pidió el divorcio porque sentía que su relación se estaba deteriorando.
Después de varios meses de trámites, en septiembre de este año se aprobó el divorcio, por lo que decidió celebrarlo a lo grande con una fiesta en la que todos sus seres queridos le ayudarían a destrozar el vestido del matrimonio.
“Tenía el dolor y sentía que debía sacarlo de alguna forma. Invité a vecinos, amigos, familiares, a cualquiera que quisiera tirar pintura en un vestido de novia. Afortunadamente, la vecina de al lado de mi hermana había estado decorando recientemente y tenía alrededor de cinco botes de pintura sobrante”, indicó.
Del mismo modo, dejó en claro que prefirió destrozarlo y no dárselo a otra novia porque considera que el vestido podría estar con la mala suerte y podría destruir otra relación.
“Lo quemé para que no quedara nada, ni vestido en un contenedor ni nada. Se había ido por completo de la tierra para siempre y todo lo que tenía adherido se fue con él. Esa parte de mi vida ha terminado y tengo toda esta nueva vida para experimentar y explorar”, finalizó.