El pasado viernes 3 de septiembre, poco después de la medianoche, la central telefónica de los Servicios de Emergencia de Alemania recibió varias llamadas un tanto inusuales: al otro lado del auricular, solo se escuchaban ronquidos. Las llamadas provenían de la localidad alemana de Waldbröl, en Renania del Norte-Westfalia, según informa el medio local Bild.
Debido a que no se podía descartar que la persona que llamaba se encontraba en una emergencia real, la policía envió una patrulla a la dirección. Cuando los oficiales golpearon la puerta de la casa para ver de qué se trataba, un hombre abrió la puerta y quedó sorprendido de verse cara a cara con la autoridad. Él señaló que no había llamado a nadie pero sí, talvez, su roommate lo había hecho.
La explicación de los ronquidos era que un joven de 23 años había decidido tomar una siesta en el sofá con su teléfono móvil y se sorprendió mucho cuando de repente la policía aparecieron frente a él los agentes. El hombre se quejó alegando que no había llamado a la Policía y que todo era un pretexto para entrar en su domicilio, hasta que al ver el historial de llamadas en su smartphone quedó en shock.
Al entrar al apartamento había un fuerte olor a cannabis y los agentes encontraron en el lugar mucha marihuana, numerosas pastillas de estupefacientes y varias otras drogas como anfetaminas y cocaína. “No es una cantidad pequeña. Se sospecha que ambos hombres traficaban”, dijo un portavoz de la policía alemana al citado medio. Los dos hombres fueron detenidos y serán llevados a los tribunales.
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