Emoliente. (APEGA | Flickr)
Emoliente. (APEGA | Flickr)
Redacción Mag

El emoliente es una bebida tradicional consumida principalmente en , aunque también se puede encontrar en , y . Es tradicional su consumo por las mañanas o por las noches. En Lima se llegó a popularizar a tal punto que prácticamente había un puesto de emoliente en cada esquina. A continuación una de una versión casera del emoliente.

Ingredientes

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  • 200 gramos de cebada tostada
  • 3 litros de agua
  • 1 piña, la cáscara
  • 50 gramos de cola de caballo
  • 4 ramitas de canela
  • 6 clavos de olor
  • ½ naranja, la cáscara
  • 2 membrillos trozados
  • 1 atado de hierbaluisa
  • 1 atado de manzanilla

Para la linaza

  • 1 litro de agua
  • 8 cucharadas de linaza

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Preparación

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  1. Cierne bien la cebada para quitarle las impurezas. En una olla grande coloca el agua, la cebada, la cáscara de la piña, la cola de caballo, las ramas de canela, los clavos de olor y la cáscara de la naranja. Mezcla y deja hervir por cerca de 20 minutos.
  2. Agrega el membrillo trozado, la hierbaluisa y la manzanilla. Déjalo hervir a fuego lento por cerca de 40 minutos.

Para la linaza

  1. Coloca el agua en una olla y vierte la linaza. Deja hervir a fuego lento por 20 minutos.
  2. Cuela la linaza y reserva.
  3. Sirve el emoliente caliente y agrega linaza al gusto.

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Ficha

Tiempo total: 60M

Tiempo preparación: 10M

Porciones: 20

TRUCOS DE COCINA QUE TE AYUDARÁN A AHORRAR

Muchas veces ahorrar es mucho más fácil de lo que creemos. La clave es comprar bien y barato, planificar lo que se hará en la  y no desechar nada. Recurrir a  económicos y sanos como las  y preparar en cantidad, siempre pensando en nuestro presupuesto de guerra.

Al final casi todo se resume en cocinar más y comprar menos productos elaborados. Pero para quienes prefieran una guía un poco más minuciosa, hemos preparado bien sencillos de empezar a aplicar ya mismo. Apunta estos y aplícalos la próxima vez que vayas al mercado.

Evita las verduras ya cortadas

Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.

Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos

Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.

¿Unas fresas mustias? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. (PhotoMIX | Pexels)
¿Unas fresas mustias? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. (PhotoMIX | Pexels)

Haz caldos

No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.

Busca productos de temporada

El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.

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