Existen muchas razas de gatos, como mitos que se tejen alrededor de ellos. Algunos han hecho que los dueños adopten ciertas maneras de criarlos para lograr que tengan una mejor estadía en casa; sin embargo, no todos garantizan que la mascota se esté desarrollando de la mejor manera y disfrutando de su condición de animal.
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De los felinos se dice que son independientes y ariscos y algunos humanos llegan a afectar su carácter y salud siguiendo algunos consejos errados para su crianza. Aquí te dejamos los errores que puedes estar cometiendo con tu gato.
1. Calmarlo cuando está a la defensiva
Mediante sus posturas, expresiones faciales y la posición de orejas, cola, bigotes o mirada, los dueños pueden saber qué está pensado su mascota y es que el lenguaje corporal es clave para entenderlos y, sobre todo, para saber cómo actuar frente a ello.
Por ejemplo, si mantiene las patas traseras rígidas con el trasero elevado y la espalda inclinada hacia abajo, hacia la cabeza, está en posición ofensiva o si mantiene una mirada directa o las orejas en vertical, con la espalda ligeramente girada hacia adelante.
“La regla de oro es no tocar, ni intentar tranquilizar o castigar a los que muestran estas posturas”, señalan desde ASPCA (sociedad americana para la prevención de la crueldad animal). Esto puede ocasionar que el animal reaccione mal y termine arañando a su dueño.
2. Tener plantas en casa
Algunas plantas que normalmente están en casa pueden resultar tóxicas para perros y gatos. Las azucenas o lirios son peligrosas al producir irritaciones de esófago, vómitos y diarreas.
Las lilas también desencadenan malestar estomacal, depresión y temblores. Aunque para que se produzca la intoxicación, la cantidad que debe injerir el gato tiene que ser muy alta, es aquí donde resulta vital la prevención por parte de los dueños y no dejarlas a su alcance.
3. Darle órdenes
Desde La Vanguardia destacan que llamar al gato con palmadas, gritos u otros sonidos estridentes puede tener un efecto poco deseable, pues lo toman como una amenaza debido a la sensibilidad auditiva que poseen. El veterinario Manuel Lázaro Rubio, vocal Colegio de Veterinarios de Madrid, aconsejó “desarrollar hábitos, respetando sus necesidades” y nunca recurrir al castigo.
4. Alimentarlos sin agua
Es muy habitual alimentar a los gatos y perros con pienso o galletas balanceadas, sin embargo, a los felinos les cuesta ingerir una cantidad suficiente de líquidos, por lo que darle comida en seco puede favorecer a largo plazo la formación de cálculos u otras patologías. Lo mejor es combinar la dieta en seco con la húmeda para garantizar una mayor absorción de agua.
5. Darles leche
Este no es un alimento indicado para ellos, ni siquiera para los cachorros. Los gatos no la necesitan una vez superada su fase de lactación tras nacer.
6. Permitirles jugar con ovillos de lana o las manos
En muchos hogares es común darles estos elementos como juguetes; sin embargo, no son adecuados para los animales que pueden terminar tragando estos objetos y tener problemas estomacales por ingerir cuerpos extraños.
Aquí también es importante mencionar que existen juegos que simulan la caza y que son especiales para felinos. Esto es lo más recomendable y no que los dueños usen las manos o pies ya que se puede desencadenar algún tipo de agresividad más adelante.
Cómo enseñarle al gato a no subirse al sofá
Llámale la atención cuando esté en el sofá
Para que asocie que ese acto está mal, lo mejor es regañarlo cuando esté echado en el mueble, no luego de haberse bajado. La idea es hacerlo entender y no asustarlo con gritos, es por eso que se debe regular el tono de voz.
Usa técnicas básicas de adiestramiento
Los expertos recomiendan usar comandos de disciplina, es decir, palabras claves cortas como ‘no’, ‘baja’, ‘fuera’ siempre que se le encuentre en el lugar equivocado.
Acércate al animal y toma su cabeza con suavidad y dile el comando elegido. Luego tómalo y llévalo al sitio en donde quieres que se acueste como, por ejemplo, su cama.
Alternativas cómodas
Los gatos aman estar en el sofá; sin embargo, hay quienes buscan evitar a toda costa que eso suceda, pues los pelos y el olor se quedan impregnados. Es aquí donde debes tener una opción para enseñarle que no sea el piso. Puede ser una cómoda cama o un cojín de material similar al mueble de la casa.
Mantén tu postura
Si no quieres que el gato se suba al sofá, entonces no le permitas hacerlo cuando estés sentado ahí, de lo contrario se confundirá porque no logrará entender por qué sí puede subir en algunas ocasiones y en otras no. Debes ser firme en tu decisión.
Sé constante
En muchos momentos, el animal va a estirar su pata y colocarla lentamente en el sofá mientras te mira, esperando ver cuál es tu reacción, es ahí donde debes recurrir al comando de disciplina elegido y decirlo de forma firme. Acto seguido espera que se aleje o apártalo. Debes repetir las instrucciones las veces que sean necesarias hasta que veas buenos resultados.
Aleja el mueble de las ventanas
Uno de los motivos por los que suben a los muebles es para estar cerca de alguna ventana y así pueden llegar a ella para asolearse o mirar la calle. Lo mejor es que los apartes de ahí para que no se sientan atraídos.
Por qué tu gato te lame y después te muerde
Quiere jugar
Si desde que tu gato era cachorro has permitido que mordisquee tus manos con sus dientes puntiagudos, él interpretará que puede seguir haciéndolo cuando este adulto. Evitar esta conducta desde su edad temprana, es fundamental para corregir este hábito. Lo ideal es que incorpores juguetes en sus rutinas de juego, porque de esta manera estimularás su instinto cazador sin poner en peligro tu mano.
No quiere más cariños
Observar y entender a tu gato te puede ayudar a determinar qué tipo de cariños le gusta más, en qué momentos del día y con qué frecuencia le agrada estos mimos. Si lo estás acariciando y detectas que se muestra inquieto o irascible, es mejor que no continúes tocándolo y lo ignores. Seguro que, cuando menos te lo imaginas, volverá a buscarte para recibir más mimos y caricias. Así son los felinos.
Te quiere demasiado
Aunque resulte increíble, tu gato puede morderte la mano u otra parte del cuerpo como muestra de del gran aprecio que tienes. Así como lo lees. En este caso fija los dientes suavemente sobre tu piel, evitando hacerte daño. Ahora bien, si por circunstancias, cuando era cachorro, no ha podido desarrollar este conducta con su camada, es muy factible que no tenga control sobre la mordida y acabe lastimándote.
4. Tiene miedo
Los gatos son muy propensos a padecer estrés ante un sin números de situaciones que no controlan. Los cambios en su rutina o en el hogar, o la presencia de otros felinos en su territorio, acrecienta su miedo y los condiciona al ataque o a la mordida.
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Sea como fuere, si tu gato te muerde, evita apartar la mano bruscamente. Intenta distraerlo con un juguete y apartarte pero sin rechazarlo. Ten muy en cuenta estos aspectos, y si estás expuesto a alguna de estas situaciones contacta a un veterinario. Él te facilitará las pautas para evitar este comportamiento.