Mientras más pequeño es el residuo menor es el tiempo que tardará en descomponerse. (Foto: Ben_Kerckx / Pixabay)
Mientras más pequeño es el residuo menor es el tiempo que tardará en descomponerse. (Foto: Ben_Kerckx / Pixabay)
Sandra Morales Gonzales

Adoptar hábitos sostenibles en la vida diaria se ha vuelto una constante para muchas personas que se preocupan por la crisis ambiental global. Esto pasan desde usar menos agua al bañarse, reciclar, utilizar menos plásticos, entre otros. Es aquí donde nace el con diversas técnicas para hacerlo exitoso. Es así que existe el método del puño y desde Mag te explicamos de qué se trata.

Al compostar evitamos que los residuos orgánicos se dispongan en botaderos, contribuimos a mejorar la calidad del suelo, reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero, entre otros beneficios para el ambiente.

Con esta técnica aprovechamos los residuos orgánicos para transfórmalos, a través de un proceso biológico, en abono natural o compost, el cual ayudará a nutrir las plantas de su jardín o biohuerto.

¿Cómo se hace el compost en casa?

Para empezar hay que seleccionar los restos de comida. Se pueden utilizar las cáscaras de frutas y verduras, filtrantes de infusiones (sin recubierta), café molido, cáscaras de huevo, inclusive flores viejas, cartones de huevo, periódicos, hojas secas y hasta agujas de pino. Ten en cuenta que la carne, los productos lácteos, la comida cocinada, aceitosa, mantecosa y huesos no forman parte del proceso de compostaje.

Otro paso importante es diferenciar residuos “frescos” de los “secos”, ambos ingredientes principales para la mezcla del compostaje. Los primeros son húmedos como restos de comida, cáscaras de frutas y verduras, poda fresca, etc., los cuales aportan nitrógeno al proceso de compostaje. En segundo lugar, están los residuos “secos”, como aserrín, paja, hojas secas, cartón, etc., los cuales aportan carbono. Estos dos elementos (nitrógeno y carbono) son muy importantes para el equilibrio del proceso asegurando una buena proliferación de microoganismos que ayudan a la descomposición de los residuos.

Para realizar el compost hay que reduce el tamaño de los residuos lo más pequeño que se pueda para que sea menor el tiempo que tardará en descomponerse. Luego hay que ponerlos en un recipiente de plástico con tapa. Puedes agregar una pequeña capa de aserrín con el fin de evitar atraer insectos y generar malos olores. Los residuos secos van en la parte inferior; y los frescos, en la superior. Esto permitirá que fluya el agua y el aire, y asegurará que los microorganismos puedan hacer su trabajo.

Debes mover y oxigenar la mezcla, con un palo o una pala, y así dejar que el aire fluya. Acerca de la frecuencia para girar la mezcla, al empezar, puedes voltearlo una vez cada 7 a 10 días, y según cambie de textura a una más seca, puedes moverla cada 10 a 14 días.

¿Qué es el método del puño para el compost?

“Para evitar el exceso de humedad o malos olores en tu compost, debes tener en cuenta la proporción de residuos “secos” a “frescos” utilizados en tu mezcla. Idealmente debes utilizar tres partes de secos por una parte de frescos. Para asegurar que la materia tenga la humedad adecuada, sujeta una porción de la mezcla de compost y procede a apretarla a modo de puño, si caen de 3 a 5 gotas de agua, estás yendo por el camino correcto”, explican desde Ambipar Environment Perú en el marco del Día Mundial de la Educación Ambiental (26 de enero)

¿Cómo saber que el compost está listo para usar?

Para confirmar que el compost está listo, debe desprender un olor agradable a tierra húmeda, con una textura esponjosa y un color marrón oscuro. De esta forma, estará listo para ser utilizado en tus plantas, jardín o biohuerto.


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