Geoffrey Hinton es un científico británico-canadiense de 76 años, egresado de las universidades de Cambridge y Edimburgo, profesor emérito de la Universidad de Toronto y Premio Turing 2018. Es reconocido por sus pares como el “Padrino de la inteligencia artificial” debido a su trabajo en torno a las redes neuronales artificiales, pero al mismo tiempo, es una voz que ha denunciado los peligros que puede representar la tecnología que él mismo ayudó a desarrollar. Por eso renunció a Google en el año 2023.
Hinton, junto con el estadounidense John Hopfield, ganaron el Premio Nobel de Física 2024 por sus “descubrimientos e invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales” y desde entonces, el debate sobre la importancia de ponerle un límite a la inteligencia artificial no ha hecho más que encenderse, ahora que las grandes firmas de tecnología parecen inmersas en una carrera sin control.
“PRONTO SERÁN MÁS INTELIGENTES QUE NOSOTROS”
Cuando aceptó el Nobel de Física, Hinton reconoció que desde luego la inteligencia artificial será maravillosa para áreas determinadas como la atención médica, pero advirtió que está latente “la amenaza de que estas cosas se salgan de control”, no solo en cuanto a una revolución en el mercado laboral.
“No tenemos experiencia sobre lo que es tener cosas más inteligentes que nosotros”, declaró en conferencia de prensa. “No creo que deban ampliar esto más hasta que hayan entendido si pueden controlarlo”.
“En este momento, (los sistemas de inteligencia artificial) no son más inteligentes que nosotros, pero creo que pronto lo serán”, agregó en una entrevista que concedió a la BBC, donde estimó que en unos años, “habrá una probabilidad del 50% de que tengamos que afrontar el problema de que la inteligencia artificial intente tomar el control de nuestras vidas”.
RENUNCIÓ A GOOGLE
Geoffrey Hinton se unió a Google en el año 2013, cuando la compañía absorbió DNNresearch Inc., la firma que había fundado para continuar su investigación sobre las redes neuronales artificiales aplicadas al aprendizaje automático, la memoria y la percepción. Sin embargo, renunció en 2023. Según dijo, Google había estado procediendo “de forma muy responsable”, pero todo cambió cuando comenzó la carrera entre los gigantes de la tecnología, cuando Microsoft lanzó el chatbot de Bing.
“Me fui para poder hablar sobre los peligros de la inteligencia artificial sin considerar cómo afecta esto a Google”, explicó al mismo medio de comunicación.
“Algunas personas creían en la idea de que estas cosas podían volverse más inteligentes que las personas. Pero la mayoría pensó que estaba muy lejos. Yo pensé que estaba muy lejos, que faltaban entre 30 y 50 años o incluso más. Obviamente, ya no pienso eso”, sentenció.
¿SOLUCIÓN?
La esperanza que tiene Hinton es que los principales científicos del mundo se unan y colaboren para encontrar formas de controlar el desarrollo de la inteligencia artificial. De lo contrario, el futuro puede ser muy desolador.
“Espero que ganar el Nobel haga más creíble mis advertencias cuando digo que estas cosas realmente entienden lo que dicen”, concluyó.