En una mañana aparentemente rutinaria del 29 de septiembre, una conductora de autobús escolar de Dallas se convirtió en una auténtica heroína al rescatar a un estudiante de primer grado de una situación potencialmente mortal. Raquel Radford Baker, con 17 años de experiencia al volante, demostró un coraje inquebrantable y un compromiso absoluto con la seguridad de los escolares que la convirtieron en un verdadero ejemplo a seguir.
El incidente ocurrió afuera de la escuela primaria Seagoville North, cuando Raquel se encontraba transportando a varios estudiantes a su destino matutino. Entre la algarabía de los niños, Preston, un niño de 7 años de primer grado, pareció llevarse algo inusual a la boca mientras reía junto a sus compañeros. En un instante de angustia, Preston alertó a Raquel de que se había tragado una moneda y necesitaba ayuda.
“¡Hay un centavo en mi garganta!”, gritó Preston, cuya voz de alarma resonó en el autobús.
Saltó en su ayuda
La rápida respuesta de Raquel fue fundamental. Formada en RCP y primeros auxilios, no dudó en entrar en acción de inmediato. Observó que el niño parecía enfermo y en necesidad de ayuda urgente, pero el escenario se tornó aún más crítico cuando el niño empezó a tener dificultades para respirar.
Raquel, consciente de la gravedad de la situación, bajó a Preston del autobús y lo colocó en la acera cercana. Sin titubear, comenzó a realizar la maniobra de Heimlich, mientras sus pensamientos eran un eco de determinación: “Él no puede morir en mis brazos. Tengo que salvarle la vida. Que Dios me ayude”.
Las maniobras de Heimlich se repitieron varias veces, y finalmente, la moneda, que resultó ser una de veinticinco centavos, fue expulsada, devolviendo la respiración y la seguridad al pequeño Preston.
“Ella es mi heroína”
Tras el incidente, Preston no escatimó en elogios para su conductora de autobús. “Creo que ella es mi heroína”, dijo el niño con gratitud. “Porque ella me salvó la vida”.
En una reunión que estuvo cargada de emoción, Preston, su madre Gia Bell y Raquel se encontraron por primera vez. Gia Bell, visiblemente agradecida, aprovechó la oportunidad para expresar su profunda gratitud a la conductora del autobús, a quien considera un “héroe” en todos los sentidos de la palabra.
En un emotivo gesto, Preston también compartió su perspectiva: “La veré en la parada del autobús. Siempre recogiéndola”, declaró el niño. “Ella es un ángel”.
Aunque Raquel ha dedicado 17 años de su vida a servir como conductora de autobús en el Distrito Escolar de Dallas, este fue el primer incidente en el que tuvo que enfrentar una emergencia de esta magnitud. No obstante, su valiente respuesta demuestra la importancia de contar con profesionales dedicados y capacitados en situaciones de crisis.
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