Hace más de 20 años, Tara Wood entró a sala de parto para traer al mundo a Taylor y Jade, sus gemelas, pero complicaciones hicieron que las recién nacidas fueran internadas en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN); su estancia se prolongó por interminables 87 días, tiempo que a la madre de las pequeñas la marcó de por vida, al punto que dicha experiencia la inspiró a estudiar enfermería para salvar a otras personas como sus hijas lo fueron.
Tara es oriunda de Odenville, Alabama, Estados Unidos, y a sus 23 años dio a luz a las pequeñas prematuras y nunca en su vida se imaginó el vía crucis que experimentaría por casi tres meses.
A Good Morning America, la hoy mujer de 46 años reveló: “tenía 23 años, así que no tenía muchos factores de riesgo, además de la gestación múltiple, en cuanto a esperar un parto prematuro. Entré y me dijeron que venían y trataron de aplazar el trabajo, pero se me rompió la fuente”.
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Las hermanas England nacieron en las 24 hora posteriores a la llegada de Tara al hospital, para luego ir directo a la UCIN: “todos los días estuve allí y visité a las enfermeras y las practicantes estaban; las llamo mi salvavidas para mis bebés, porque estuvieron muy enfermos durante mucho tiempo y no pude sostenerlas. Pasaron casi seis semanas antes de que pudiera abrazarlas. Durante las visitas, me senté en una mecedora junto a sus camas y pasé horas conociendo personalmente a las enfermeras”.
Wood confiesa que lo vivido en UCIN le cambió la vida: “yo lo llamo vocación. No puedo explicarlo más que decir que algo no me sentó bien o no me sentí bien para obtener ese título. Le dije a mi familia lo que pensaba: ‘siento que necesito ser enfermera’”.
Luego de cambiar de programa y obtener su título, Tara sabía lo que seguía: “tan pronto como me gradué, fui directamente (a trabajar) a la UCIN e, inmediatamente, supe que ese era el lugar al que pertenecía”.
Descubriendo su vocación de servicio
Esto la beneficia a nivel personal y profesional: “creo que encontré sanación y procesé todo eso ayudando a otros y compartiendo mi historia, explicando a las madres, padres y familias que lloraban en toda la incertidumbre que sé cómo se sienten (gestantes con hijos prematuros)”.
Los objetivos de nuestra protagonista son obtener su maestría en enfermería neonatal, así como su doctorado en práctica de enfermería en la Universidad de Alabama, pero también es profesora asistente en su carrera en la Escuela de Enfermería de la UAB.
Hijas dedicadas a la medicina
Su ejemplo de vida inspiró a su hija Jade, de 22 años, quien acaba de graduarse de enfermería: “siempre me interesó la anatomía y cosas así, aprendí a suturar cuando era pequeña. Siempre estuve tan enamorada de las cosas médicas. Le dije a mi mamá ‘no puedo ver haciendo otra cosa’, y ella dijo: ‘así es como sabes que estás haciendo lo que se supone debes hacer’”.
Taylor, por su parte, pensó que podría ser enfermera también, pero terminó estudiando psicología infantil y está lista para graduarse: “todavía quiero ayudar a la gente. Ese es, definitivamente, un rasgo dentro de las tres que compartimos. Quería encontrar una manera diferente de hacer eso”.
La hija de la enfermera neonatal sentención con: “al ingresar a la UCIN, sé que puedo compartir mi propia historia y darles esperanza a estos padres y mostrarles que los milagros son posibles. También decirles que sé cómo se sienten como padres debido a la historia que mi madre me contó. Así que siento que puedo verlo en ambos sentidos y ayudar a las familias en ambos sentidos”.