En la tranquila costa este de Australia, un día de excursión se convirtió en una experiencia que un padre no olvidará fácilmente. La historia sucedió el pasado 1 de noviembre en Hill Top, Nueva Gales del Sur, cuando un hombre, cuyo nombre permanece en el anonimato, decidió llevar a casa una serpiente venenosa que encontró durante su paseo. Lo que inicialmente pretendía ser una lección sobre la naturaleza para sus hijos se transformó en una visita urgente al hospital.
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El relato de este peculiar incidente fue compartido por Ray McGibbon, un cazador de serpientes local que lidera el servicio de acorralamiento de serpientes Southern Highlands Snake Catcher. A través de las redes sociales, McGibbon detalló los eventos, advirtiendo sobre los peligros de interactuar de manera irresponsable con la vida silvestre.
Según McGibbon, el hombre pensó inicialmente que se había topado con una pitón diamante, una especie inofensiva que habita la región. En lugar de seguir el consejo común de mantener distancia de las serpientes y alertar a las autoridades, el excursionista decidió recogerla para llevarla a casa y enseñársela a sus hijos.
Terminaron en urgencias
La situación dio un giro dramático cuando la serpiente, en lugar de ser inofensiva, resultó ser venenosa. En un instante, la mano del hombre sintió la mordedura y la realidad se hizo evidente. Con la salud deteriorándose rápidamente, experimentando hinchazón y vómitos, el padre se vio obligado a buscar atención médica de urgencia.
Tras una visita a la sala de emergencias, la sorpresa y preocupación inundaron al hombre cuando le informaron que la serpiente en cuestión no era la inofensiva pitón diamante, sino una especie potencialmente peligrosa. Afortunadamente, el incidente terminó siendo un susto, pero McGibbon no dejó pasar la oportunidad de destacar la suerte del excursionista: “El excursionista tuvo mucha suerte de lograr salir después de haber sido mordido, envenenado y sin primeros auxilios”.
La moraleja de esta historia, según el experimentado cazador de serpientes, es clara y directa. “Por favor, si ves una serpiente o cualquier reptil en la naturaleza, admíralo en su propio hábitat. Toma fotografías o graba un video y NO intentes capturarlo ni llevarlo a casa”, enfatiza McGibbon. La anécdota del padre y la serpiente venenosa se ha convertido así en una historia viral que sirve como advertencia sobre los peligros de subestimar la naturaleza salvaje y la importancia de respetarla desde la distancia.
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Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.
