Las imágenes de cadáveres de civiles en las calles de Bucha provocaron una condena internacional a Rusia y más acusaciones de que sus fuerzas están cometiendo crímenes de guerra en Ucrania.
La Corte Penal Internacional ya comenzó a investigar si se están cometiendo ese tipo de crímenes y Ucrania también estableció un equipo para reunir pruebas.
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Aunque no lo parezca, “incluso en la guerra hay reglas”, como dice el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Estas reglas están contenidas en tratados llamados Convenios de Ginebra y una serie de otras leyes y acuerdos internacionales.
Los civiles no pueden ser atacados deliberadamente, como tampoco la infraestructura que es vital para su supervivencia.
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Ciertas armas están prohibidas debido al sufrimiento indiscriminado o atroz que causan, como las minas terrestres antipersonal y las armas químicas o biológicas.
Los enfermos y heridos deben ser atendidos, incluidos los soldados heridos, que tienen derechos como prisioneros de guerra.
Los delitos graves como el asesinato, la violación o la persecución masiva de un grupo se conocen como “crímenes contra la humanidad”.
El genocidio se define en el derecho internacional como el asesinato deliberado de personas de un determinado grupo nacional, étnico, racial o religioso, con la intención de destruir al grupo, ya sea total o parcialmente.
Como tal, el genocidio es un crimen de guerra específico que es mayor que el asesinato ilegal de civiles. La ley requiere prueba de la intención de destruir el grupo.
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La matanza de unas 800.000 personas en Ruanda en 1994 condujo posteriormente a juicios por genocidio.
Investigadores y periodistas han encontrado lo que parece ser evidencia del asesinato deliberado de civiles en Bucha, un pueblo en las afueras de Kiev, y otras áreas cercanas.
Las fuerzas ucranianas dicen que han hallado fosas comunes y que hay evidencia de civiles muertos a tiros después de que les ataron los pies y las manos.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, dijo que los ataques son “una prueba más” de crímenes de guerra.
La semana pasada, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, señaló que Rusia había “destruido edificios de apartamentos, escuelas, hospitales, infraestructura crítica, vehículos civiles, centros comerciales y ambulancias”, acciones que, según EE.UU., equivalían a crímenes de guerra.
En marzo, un ataque ruso en un teatro en Mariúpol parecía ser el primer lugar confirmado de un asesinato en masa. La palabra “niños” estaba escrita en letras gigantes afuera del edificio.
Ucrania había calificadp previamente el ataque aéreo de Rusia contra el hospital de Mariúpol como un crimen de guerra.
También hay cada vez más pruebas de que bombas de racimo, que son municiones que se separan en montones de minibombas, han alcanzado zonas civiles de Járkiv.
Reino Unido afirma que Rusia ha utilizado explosivos termobáricos, que crean un vacío masivo al absorber oxígeno.
Estos no están prohibidos, pero su uso deliberado cerca de civiles violaría casi con certeza las reglas de la guerra.
Muchos expertos argumentan que la invasión en sí misma es un crimen bajo el concepto de “guerra agresiva”.
Ha habido una serie de tribunales especiales desde la Segunda Guerra Mundial, incluido el tribunal que investigó los crímenes de guerra durante la desintegración de Yugoslavia.
También se creó un organismo para enjuiciar a los responsables del genocidio de Ruanda de 1994.
Hoy en día, la Corte Penal Internacional (CPI) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) tienen funciones que defienden las reglas de la guerra.
La CIJ dictamina sobre disputas entre estados, pero no puede enjuiciar a individuos. Ucrania ha iniciado un caso contra Rusia.
Si la CIJ fallara en contra de Rusia, el Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) sería responsable de hacer cumplir eso.
Pero Rusia, uno de los cinco miembros permanentes del consejo, podría vetar cualquier propuesta para sancionarlo.
La CPI investiga y enjuicia a criminales de guerra individuales que no están ante los tribunales de estados individuales.
La CPI es el sucesor moderno permanente de los juicios de Nuremberg, que procesaron a líderes nazis clave en 1945.
Nuremberg consolidó el principio de que las naciones podían establecer un tribunal especial para defender el derecho internacional.
El fiscal jefe de la CPI, el abogado británico Karim Khan, dice que hay una base razonable para creer que se han cometido crímenes de guerra en Ucrania.
Los investigadores analizarán las denuncias pasadas y presentes, que se remontan a 2013, antes de la anexión de Crimea por parte de Rusia.
Si hay pruebas, el fiscal pedirá a los jueces de la CPI que emitan órdenes de arresto para llevar a las personas a juicio en La Haya.
Pero hay limitaciones prácticas a su poder. El tribunal no tiene su propia fuerza policial, por lo que depende de los estados individuales para arrestar a los sospechosos.
Rusia no es miembro de la corte: se retiró en 2016. El presidente Putin no extraditará a ningún sospechoso.
Si un sospechoso fuera a otro país, podría ser arrestado, pero eso es un gran si.
Es mucho más fácil culpar de un crimen de guerra al soldado que lo comete que al líder que lo ordenó.
Hugh Williamson de Human Rights Watch, organización experta en reunir evidencia de crímenes de guerra en conflictos, dice que hay evidencia de ejecuciones sumarias y otros abusos graves por parte de las fuerzas rusas.
Afirma que establecer la “cadena de mando” es muy importante para cualquier juicio futuro, incluso cuando un líder ha autorizado una atrocidad o se ha hecho de la vista gorda.
“Hay un episodio interesante en nuestro informe sobre Ucrania en el que un comandante instruye a los soldados para que eliminen a dos civiles y los maten a tiros”, le dijo Williamson a la BBC.
“Dos de los soldados se oponen y esa orden no se lleva a cabo. Por lo tanto, hay evidencia clara de algunos incidentes en el ejército ruso, pero también un elemento de mando y control”.
La CPI también puede procesar el delito de “librar una guerra de agresión”. Este es el delito de invasión o conflicto injustificado, más allá de la acción militar justificable en legítima defensa.
Éste se originó en Nuremberg, luego de que el juez enviado por Moscú convenciera a los Aliados de que los líderes nazis debían enfrentar la justicia por “crímenes contra la paz”.
Sin embargo, el abogado y profesor Philippe Sands, experto en derecho internacional del University College de Londres, afirma que la CPI no pudo procesar a los líderes de Rusia por este crimen porque el país no es signatario de la corte.
En teoría, el Consejo de Seguridad de la ONU podría pedir a la CPI que investigue este delito. Pero, de nuevo, Rusia podría vetarlo.
Entonces, ¿hay alguna otra forma de enjuiciar a las personas?
La eficacia de la CPI, y la forma en que se desarrolla el derecho internacional en la práctica, dependen no solo de los tratados, sino también de la política y la diplomacia.
El profesor Sands y muchos otros expertos argumentan que, al igual que Nuremberg, la solución se encuentra una vez más en la diplomacia y los acuerdos internacionales.
El experto está pidiendo a los líderes mundiales que establezcan un tribunal único para procesar el crimen de agresión en Ucrania.
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