“Putin tiene muchísimo poder, pero Putin no es Rusia”. Mira Milosevich, investigadora para Rusia, Eurasia y los Balcanes del Instituto Real Elcano de Madrid, ha dedicado buena parte de su vida profesional a desentrañar el misterio que significa para Occidente el país más extenso del mundo.
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En su reciente libro, “El imperio zombi. Rusia y el orden mundial”, la historiadora serbia intenta explicar por qué Rusia es un estado posimperial que ha fracaso en convertirse en un Estado-nación.
- Putin va por una nueva reelección, la cual será solo un formalismo. Según la ley, que él firmó, incluso podría gobernar hasta el 2036. ¿Tendrá la fuerza suficiente para seguir manteniendo la popularidad que aún tiene en Rusia?
Estas elecciones son puro ritual, un simulacro, porque sabemos que Putin va a ganar, pero también son, y esto es muy importante, una especie de referéndum sobre la guerra en Ucrania, y ahí se medirá el apoyo a Putin. Él ha eliminado prácticamente a toda oposición que podría competir con él, pero acá el detalle no es si va a ganar o no, sino si lo hará arrasando. En la elección anterior obtuvo más del 76% de los votos, y ahora el objetivo es como mínimo un 80% para demostrar que la gente apoya su operación militar en Ucrania.
Desde que llegó al poder, Putin ha creado un perfil de sí mismo de “salvador” de Rusia. Desde el año 2000, él salvó a Rusia de la desintegración territorial con las guerras de Chechenia, luego salvó al país de los oligarcas que eran corruptos y querían enriquecerse. Luego, a partir del 2014, empezó a salvar a los rusos de los ucranianos, y ahora su papel es salvar a Rusia de una guerra híbrida desde Occidente. En estas circunstancias, él parece la única figura capaz de hacerlo, pues la oposición que podría hacerle sombra está físicamente eliminada. ¿Si esto durará hasta el 2036? Eso dependerá si gana la guerra en Ucrania y si convence a los rusos de que ha ganado. Él puede estar en el poder hasta que le sirva la salud, pero si pierde la guerra sí podría ser un problema.
- Respecto a la ruptura con Occidente, se señala que no se ha logrado entender del todo la personalidad de Putin. ¿Por qué hay esa falta de comprensión, si es que la hay, respecto a quién es Putin en realidad?
Yo no estoy de acuerdo con que todo lo que ocurre en Rusia se debe a Putin, sino que los problemas de Rusia trascienden a él, son problemas que se han creado tras la desintegración de la URSS, que supuso que 25 millones de rusos se quedaran en otras ex repúblicas soviéticas, y esto ha sido de las cosas más problemáticas. El expresidente Boris Yeltsin intentó solucionar esto y convertir a Rusia en un Estado-nación, pero cuando se dio cuenta que fracasó nombró a Putin. Y él ha dado unas respuestas que no necesariamente han sido mejores para Occidente o para la misma Rusia. Lo que propuso Putin como solución a esto fue la revisión de la identidad nacional rusa, de las fronteras, como se ve en la guerra de Ucrania, y del estatus de Rusia en el orden mundial.
Dicho todo esto, mi opinión es que no es suficiente un cambio de régimen para que Rusia se democratice. Como dije, los problemas de Rusia trascienden a Putin y están en su legado imperial zarista y comunista, y esta es la clave.
Ahora, después del final de la Guerra Fría se pensó que Rusia se iba a integrar a la estructura multilateral internacional de las democracias liberales creada y sostenida por Estados Unidos, pero nada de esto ha ocurrido porque Occidente no se ocupó seriamente de Rusia. Hay un gran folclore en Occidente en torno a Putin, pero él no tiene superpoderes, es un demagogo, un dictador y su régimen es una mezcla de totalitarismo soviético con cierta modernización económica. Es una negligencia de Occidente que no se le entienda.
- ¿Cuál es el legado que quiere dejar Putin a los rusos?
Putin es un ex agente de la KGB que quiere devolver a Rusia el estado de gran potencia en un mundo cada vez más fragmentado, en un mundo posoccidental, como lo llaman los rusos, donde Estados Unidos ya no es la única potencia hegemónica. Para eso, él se inspira en el legado del imperio ruso zarista y el imperio soviético, y estos legados influyen en el hecho de que Rusia haya fracasado en convertirse en un Estado-nación, y determinan mucho más el comportamiento actual de Rusia que la misma persona de Vladimir Putin.
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