Los gobiernos de Estados Unidos e Irán realizaron este lunes 18 un intercambio de prisioneros, escribiendo así un nuevo capítulo de la denominada “diplomacia de los rehenes”.
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Con el emirato de Qatar como mediador, Washington y Teherán acordaron liberar a cinco ciudadanos del otro país que mantenían cautivos y, en el caso iraní, descongelar fondos que habían sido bloqueados en Corea del Sur.
De esa forma, los cinco estadounidenses y dos de sus familiares aterrizaron en Doha, la capital qatarí, provenientes de Teherán. Mientras que otros dos iraníes también llegaron a Qatar y los otros tres liberados decidieron no regresar a su país natal.
Fue vital para este acuerdo que Estados Unidos accediera a desbloquear unos 6.000 millones de dólares que Corea del Sur debía pagarle desde el 2019 a Irán por la compra de petróleo pero que habían sido congelados debido a las sanciones impuestas contra la república islámica.
El dinero, que previamente fue cambiado de wones a euros, se depositó en cuentas especiales dentro de Qatar que solo podrán ser utilizados por Irán para adquirir bienes humanitarios como alimentos o medicinas.
Una oficina especial para intercambios
El intercambio de prisioneros es una práctica habitual entre gobiernos del mundo desde hace décadas. En ocasiones como la actual ambos países buscan destrabar relaciones que llevaban largo tiempo congeladas o dar señales de confianza en medio de un acercamiento diplomático.
En otros casos, como en los contextos de guerra, se produce como parte de una tregua temporal entre ambos bandos y en un tercer escenario se puede producir entre dos gobiernos enemigos que tienen bajo custodia a personajes de alto perfil del país rival.
En ese sentido, Estados Unidos es un gran protagonista de esta denominada “diplomacia de los rehenes”, pues el país norteamericano ha participado en más de 100 de estos intercambios desde 1977, cuando creó el Programa de Transferencia Internacional de Prisioneros (ITRP, por sus siglas en inglés).
El mecanismo recae sobre los Departamento de Estado y de Justicia. Y este, además, no se puede considerar como un manual pues cada caso posee criterios específicos. Estas particularidades lo convierten en una herramienta que genera intensos debates entre quienes apoyan la liberación de un ciudadano a toda costa y quienes creen que la libertad de una persona no debería acarrear un riesgo mayor para toda la sociedad.
El caso más reciente de este tipo de prácticas fue la protagonizada por la estrella de básquet femenino estadounidense Brittney Griner y el traficante de armas Viktor Bout. El intercambio de ambos a finales del 2022 fue interpretado por muchos como un chantaje por parte del gobierno ruso a Washington.
Posteriormente, en marzo de este año, el periodista de The Wall Street Journal Evan Gershkovich fue detenido en Rusia y acusado de espionaje. Se supo, posteriormente, que Moscú pedía -y sigue pidiendo- intercambiar al reportero por Sergey Cherkasov, presunto oficial de inteligencia ruso acusado en EE.UU. de intentar infiltrarse en la Corte Penal Internacional.
En aquella ocasión, el analista y director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura, Enrique Banús, señaló a El Comercio que esta práctica se estaba volviendo más frecuente en Rusia luego de iniciada la guerra en Ucrania.
“Este tipo de arrestos ya parecen tradición en Rusia. Se arresta a alguien, se le acusa de espionaje sin mayor sustento y se negocia un intercambio de presos”, aseguraba el experto, quien también hizo hincapié en cómo este tipo de intercambios ha representado una forma de adquirir fondos en contextos de guerra para distintos gobiernos.
“Cuando viví en Alemania, durante la Guerra Fría, había un ministerio que contaba con unos fondos reservados para pagar por presos políticos de la otra Alemania (Oriental) y estaban controlados solo por una comisión del Parlamento. Si había espías se canjeaban a esos presos por espías, sino se usaban esos fondos. Esto tiene una larguísima tradición, solo que los rusos están siendo muy descarados”, afirmaba.
Otros intercambios famosos de la historia reciente
En total, se estima que desde que Rusia lanzó su invasión contra Ucrania, en febrero del 2022, se han realizado al menos 16 intercambios en los que se liberaron a más de 1.000 prisioneros de cada lado en disputa.
El último de ellos tuvo lugar el 20 de julio del 2023, cuando cada bando liberó a 144 soldados del país contrario. Como en casi todos los casos de este tipo, el apoyo a la medida contrastó con quienes criticaban que los militares rusos debieron ser juzgados por crímenes de guerra cometidos durante el conflicto.
Tal como mencionamos líneas atrás la basquetbolista estadounidense Brittney Griner y el traficante de armas Viktor Bout protagonizaron uno de los intercambios de prisioneros más sonados de los últimos tiempos.
La deportista había sido detenida el 17 de febrero del 2022 en el aeropuerto de Moscú por poseer aceite de cannabis y fue acusada posteriormente de tráfico de drogas. Bout, el llamado 'Mercader de la Muerte', había sido detenido en el 2008 en Tailandia, extraditado dos años después a Estados Unidos y condenado a 25 años de prisión por conspirar para vender armar a organizaciones terroristas.
Su intercambio, materializado el 8 de diciembre del 2022, levantó una ola de críticas al gobierno de Joe Biden por considerar que los perfiles entre ambos personajes eran bastante dispares.
"Si bien los dos prisioneros pueden no ser del mismo calibre en lo que respecta a la criminalidad, el propósito de un intercambio es asegurar la libertad de un ciudadano. Si Bout es el único activo en el que los rusos están interesados, no deja muchas opciones para los negociadores estadounidenses. Sopesar el valor de las vidas humanas es una tarea difícil", explicaba en su momento a El Comercio la analista legal estadounidense Adrienne Lawrence.
En el marco de los históricos acercamientos entre los gobiernos de Estados Unidos y Corea del Norte se produjeron dos importantes liberaciones de prisioneros por parte del régimen asiático. Primero, el 12 de junio del 2017 se anunció la liberación de Otto Warmbier, un estudiante que había sido arrestado el 2 de enero del 2016 por robar un cartel de propaganda de su hotel. Warmbier había recibido una condena de 15 años de trabajos forzados por dicho delito. Pocos meses después de su captura, sin embargo, cayó en coma y a los siete días de regresar a su país falleció.
El 9 de mayo del 2018, por otro lado, Pyongyang liberó a los ciudadanos Kim Hak-song, Tony Kim y Kim Dong-chu como parte de los preparativos para la cumbre que protagonizaron Donald Trump y Kim Jong-un.
Después de Estados Unidos, Israel es el segundo país que más intercambios de prisioneros ha realizado, con más de 50 desde 1970. Este mecanismo ha sido empleado, principalmente, para liberar a soldados capturados por grupos palestinos.
En octubre del 2011, el gobierno de Israel y el movimiento palestino que controla la franja de Gaza, Hamás, acordaron un intercambio de prisioneros. En total, 1.027 prisioneros palestinos fueron liberados de prisiones hebreas -incluidos 260 condenados por asesinato, 450 condenados por terrorismo y 317 condenados por otros delitos-, a cambio de la libertad del soldado Guilad Shalit, quien había sido capturado por las fuerzas palestinas en el 2006.
El tercer lugar, mientras tanto, es ocupado por Rusia. El gigante euroasiático ha realizado más de 20 intercambios de prisioneros desde la década de 1990.
El 9 de julio del 2010 se produjo uno de los intercambios de prisioneros más mediáticos de los últimos años. En el aeropuerto de Viena, en Austria, naves estadounidenses y rusas trasladaron a dos grupos de espías que regresarían a su país correspondiente, hecho que no encontraba precedentes desde el fin de la Guerra Fría.
Dentro del grupo de espías que había sido trasladado desde Nueva York, además, se encontraban dos personas con pasaporte peruano: la experiodista Vicky Peláez y su esposo, conocido como Juan José Lázaro Fuentes, pero cuyo verdadero nombre era Mikhail Anatolyevich Vasenkov, exagente de la KGB.
Como si fuese poco, en el grupo liberado y enviado desde Moscú se encontraba Serguéi Skripal, aquel famoso doble agente que en el 2018 volvería a acaparar las portadas internacionales al ser envenenado junto a su hija con el agente neurotóxico novichok y quedar al borde de la muerte. Dicho crimen, además, levantó una serie de señalamientos en contra del presidente Vladimir Putin, acusándolo de haberlo ordenado.
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