El nombre, la memoria y hasta los monumentos en honor al filósofo alemán Immanuel Kant han sido objeto de recientes ataques públicos en Kaliningrado, un enclave ruso situado entre Polonia y Lituania.
El motivo fue la postulación del nombre del gran pensador para el aeropuerto de Kaliningrado, la ciudad en que nació y vivió la mayoría de su vida.
No obstante, un vicealmirante ruso lo denunció como “traidor” en un discurso que exhortaba a que su nombre fuera rechazado para el aeropuerto.
La diatriba de Igor Mukhametshin a un grupo de marineros se dio después de que airados manifestantes arrojaran pintura contra la estatua del gran pensador alemán.
El nombre de Kant fue finalmente derrotado con facilidad por el de la emperatriz Isabel (1709-1762) en una votación online.
Pero la figura de Immanuel Kant está estrechamente vinculada a esa ciudad en el Báltico que en su época formaba parte de Prusia Oriental y se llamaba Königsberg.
Fue allí, entre 1724 y 1804, donde creció, estudió, enseñó en la universidad, escribió sus más memorables ensayos y donde está enterrado.
Sin embargo, la ciudad fue rebautizada como Kaliningrado después de que las fuerzas soviéticas expulsaran a los nazis en 1945, terminada la segunda Guerra Mundial.
La ciudad quedó prácticamente en ruinas y la mayoría de la población étnica alemana fue desterrada en 1947. El aeropuerto se llama actualmente Khrabrovo, por una aldea cercana.
La razón pura de Kant
Kant es famoso por su ética deontológica (basada en el deber), que enseña que las acciones humanas están justificadas si intrínsecamente son “lo que es correcto hacer”, sin importar las consecuencias.
Basó sus argumentos en el “imperativo categórico”, un sistema de reglas morales.
Pero, de acuerdo al vicealmirante de la Flota Báltica, los marineros tienen su propio imperativo categórico de rechazar la obra del filósofo. Kant “traicionó a la madre patria”, declaró el vicealmirante Mukhametshin.
Aún así, no hay evidencia histórica de que Kant fuera hostil hacia la Rusia imperial.
El alto oficial naval lanzó su ataque verbal frente a las filas de marineros en cubierta, antes de que la votación se cerrara el 1 de diciembre. También apareció en YouTube denigrando al filósofo.
“Se humilló yendo de rodillas a rogar que lo nombraran a una facultad de la universidad para que pudiera enseñar y escribió unos libros incomprensibles que nadie aquí ha leído ni leerá”, manifestó el vicealmirante.
Exhortó a los marineros a que votaran por el mariscal Alexander Vasilevsky, un oficial del Ejército Rojo que jugo un papel crucial en la campaña soviética contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, que incluyó la toma de Königsberg.
Sin embargo, fue la emperatriz Isabel quien derrotó tanto a Kant como al mariscal Vasilevsky en la votación. El ejército ruso de la emperatriz capturó Köningsberg en 1758, pero abandonó la ciudad cinco años después.
Vandalismo contra Kant
La semana pasada, tres sitios que conmemoran a Kant en Kaliningrado aparecieron cubiertos con pintura: una estatua, su tumba y una placa que conmemora el sitio donde estuvo su casa.
En esos lugares dejaron volantes que decían “el nombre del alemán Kant no manchará nuestro aeropuerto”.
La consulta popular adjudicará nombres de rusos famosos a 47 de los aeropuertos más grandes. Únicamente los rusos que se registraron en el sitio oficial pudieron votar.
La votación fue organizada por varios entes estatales, incluyendo la Cámara Pública Federal y la Sociedad Histórica de Rusia.
Kaliningrado recibió el nombre del líder revolucionario bolchevique Mijaíl Kalinin, que apoyó al dictador soviético José Stalin, sobreviviendo al terror de la purga comunista de los años 30 del siglo pasado.
Durante el período de la Unión Soviética, muchas aldeas y ciudades fueron rebautizadas con los nombres de líderes y héroes comunistas.