Tal como ocurrió cuando llegaron al poder por primera vez en Afganistán en 1996, desde hace más de tres años, tras la retirada de Estados Unidos del país, los talibanes han pulverizado los derechos de las mujeres afganas. Estas han vuelto a ser obligadas a usar la burka que las cubre de pies a cabeza, no pueden salir de su casa sin permiso de un hombre, no pueden hacer deporte y ahora no podrán trabajar en las ONG nacionales o extranjeras.
A fines de diciembre, los talibanes comunicaron a las ONG que serán cerradas si emplean a mujeres afganas. Hace dos años, ya habían pedido a estas instituciones que dejen de contratarlas porque “no usaban correctamente el pañuelo islámico”.
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La agencia AP informó que el domingo 29 de diciembre, el Ministerio de Economía publicó un comunicado donde advirtió que el incumplimiento de la orden provocará que las ONG pierdan su licencia para operar en Afganistán.
Hace dos años, cuando se habló por primera vez de la prohibición, los responsables de doce agencias de la ONU y de ocho ONG internacionales publicaron una declaración conjunta en la que advirtieron que la medida era un gran golpe para las comunidades vulnerables, para las mujeres, para los niños y para todo el país.
Los organismos firmantes manifestaron que el personal femenino es clave en todos los aspectos de la respuesta humanitaria en Afganistán, y recordaron que las mujeres son maestras, expertas en nutrición, líderes de equipo, trabajadoras de salud, vacunadoras, enfermeras, doctoras y líderes de organizaciones.
Además, destacaron que las mujeres tienen acceso a poblaciones a las que sus colegas masculinos no pueden llegar, lo que las hace fundamentales para salvar vidas. “Su experiencia profesional es indispensable. Su participación en la entrega de ayuda no es negociable y debe continuar”, apuntaron.
No ha sido lo único que ocurrió con las mujeres en estos últimos días. El sábado, el jefe supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, prohibió construir ventanas en viviendas desde donde se pueda verlas, y recomendó obstruir las que ya existen, para prevenir la “obscenidad”.
Zabihullah Mujahid, portavoz del gobierno talibán, indicó en un comunicado que los nuevos edificios que se construyan no podrán tener ventanas por las que se pueda ver “el patio, la cocina, los pozos comunes y otros lugares que suelen utilizar las mujeres”.
“El ver a mujeres trabajando en las cocinas, patios o sacando agua de un pozo puede generar actos obscenos”, sostiene el comunicado.
Agrega que los ayuntamientos y otras autoridades deberán vigilar las obras para asegurarse de que no sea posible ver el hogar de sus vecinos.
En caso de que ya existan ventanas, los talibanes ordenan a los propietarios construir un muro o cubrirlas de alguna otra forma para “evitar causar molestias a los vecinos”.
La agencia AFP informó que otra ley reciente prohibió a las mujeres cantar o recitar poesía. Además, varias estaciones de radio y televisión dejaron de emitir voces femeninas.
El primer gobierno talibán iniciado en 1996 se basaba en una interpretación radical de la ley islámica o Sharia. Impusieron un estricto código social conocido como pastunwali, mediante el cual se prohibió la asistencia de las mujeres a las escuelas y las recluyeron en el hogar.
Los talibanes fueron derrocados en noviembre del 2001, tras una incursión militar liderada por Estados Unidos, que en ese entonces buscaba al líder de la red Al Qaeda, Osama Bin Laden. Se creía que el jefe terrorista se escondía en las montañas del país asiático y era aliado de los gobernantes.
Pero los talibanes nunca desaparecieron. Casi 20 años después, el 15 de agosto de 2021, entraron en Kabul. Faltaban solo dos semanas para la retirada completa de las tropas Estados Unidos, que finalmente se cumplió, dejando el terreno libre para los radicales.
Amnistía Internacional elaboró una lista de 10 restricciones impuestas a las mujeres en este segundo régimen de los talibanes:
1.- La educación ha sido vetada
Poco después de que los talibanes tomaran el poder, se prohibió a las niñas mayores de 12 años ir a la escuela.
Además, a finales del 2022, un decreto emitido por el Ministerio de Educación prohibió que las mujeres reciban educación superior.
2.- No pueden trabajar
Los talibanes prohibieron el empleo fuera del hogar. Solo un número limitado de doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en ciertos hospitales de Kabul para atender a mujeres y niñas, siempre y cuando no puedan ser reemplazadas por hombres. Además, tienen prohibido interactuar con sus colegas varones.
3.- Un estricto código de vestimenta
Las mujeres deben estar cubiertas desde la cabeza hasta los pies por la burka. El uso de zapatos de tacón ha sido prohibido, bajo la premisa de que podrían producir un sonido al caminar que sería escuchado por los hombres. No pueden usar pantalones acampanados incluso si estos quedan ocultos bajo el burka.
Quienes se atreven a desafiar las reglas impuestas por los talibanes se enfrentan a castigos como azotes, palizas y abusos verbales. Incluso actos aparentemente inofensivos, como mostrar los tobillos, pueden ser castigados.
4.- Salir de casa sin un mahram
Las mujeres afganas no pueden salir de sus hogares a menos que estén acompañadas por un mahram, un pariente cercano como padre, hermano o marido. Esta regulación se extiende incluso al acto de desplazarse, ya sea en autobús o en taxi.
Amnistía Internacional recalca que estas restricciones limitan su autonomía, su movilidad y su acceso a servicios básicos, oportunidades laborales y espacios de socialización.
5.- Practicar deporte.
Las mujeres no pueden hacer deporte, tampoco tienen permitido el acceso a espacios deportivos.
6.- Subir a un autobús con hombres
Los talibanes han prohibido que las mujeres viajen en autobuses donde haya hombres. Solo pueden hacerlo con la compañía de un mahram, un pariente masculino, como padre, esposo o hermano.
7.- No son libre de elegir con quién se casan
Amnistía Internacional denuncia que el número de matrimonios precoces y forzados ha aumentado enormemente debido a la grave crisis económica y humanitaria y a la falta de perspectivas educativas y profesionales para las mujeres y las niñas. Ante esta realidad, muchas familias obligan a las mujeres y niñas a casarse con talibanes. No solo eso, los talibanes obligan a las mujeres y niñas a casarse con un talibán.
8.- No pueden ser vistas desde la calle
Las mujeres también están sometidas a las estrictas normas de los talibanes incluso si están dentro de sus casas. Para que no ser vistas desde la calle, deben evitar asomarse a los balcones o ventanas de sus domicilios. Y para evitar que cualquier extraño pueda verlas, es obligatorio que las ventanas sean opacas.
Nadie puede fotografiar o grabar en video a las mujeres ni publicar imágenes de ellas impresas en revistas y libros.
9.- Sin libertad de expresión
Las mujeres que se han atrevido a protestar por sus derechos básicos como la libertad de expresión, de asociación y de reunión han sido víctimas de palizas y descargas eléctricas con pistolas paralizantes por parte de los cuerpos de seguridad talibanes.
10.- No pueden ir al salón de belleza
Los talibanes han ordenado el cierre definitivo de miles de salones de belleza en Afganistán. Amnistía Internacional explica que estos lugares no solo eran una fuente esencial de ingresos para las economías familiares, sino que también desempeñaban un papel fundamental como espacios seguros de encuentro y unión para las mujeres.
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