La ola de arrestos contra dirigentes políticos opositores en Nicaragua alcanzó al periodista deportivo Miguel Mendoza, crítico del presidente Daniel Ortega, y quien este martes cumple un día de estar en prisión tras 25 años dando cobertura a algunos de los eventos deportivos más grandes del mundo.
En un país donde los periodistas deportivos no acostumbran referirse a temas políticos, Mendoza, de 51 años, utilizó las redes sociales para criticar al presidente Ortega, cuyo Gobierno ha enviado a la cárcel a casi una veintena de personas, entre ellos cinco aspirantes a la Presidencia por la oposición, cuando faltan menos de cinco meses para las elecciones en las que el mandatario busca una nueva reelección.
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El periodista fue arrestado por “realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos”, así como otros delitos que son considerados “traición a la patria”, gracias a una ley aprobada a fines del año pasado, según la Policía Nacional.
Hasta ahora no se conocen acciones de Mendoza más allá de sus críticas por las redes sociales Twitter y Facebook, donde tiene 27.030 y 117.343 seguidores, respectivamente, pocas a nivel global, pero más que otras figuras citadas como “influencers” en Nicaragua.
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En sus críticas contra Ortega, Mendoza abordaba los más diversos temas, desde comparaciones con el dictador Anastasio Somoza Debayle, derrocado en 1979, hasta las contradicciones entre el discurso oficial y sus acciones, sátiras hacia la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo, o denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.
AVISOS PREVIOS
Dos días antes de su arresto, el periodista divulgó amenazas de cárcel supuestamente anunciadas por simpatizantes sandinistas, tal como lo denunció en su cuenta en Facebook.
“Algunos amigos y seguidores de mi página en Facebook me están enviando desde hace semanas publicaciones de amenazas de cárcel que me hacen simpatizantes y bots sandinistas (...)”, afirmó Mendoza.
No fue la primera vez que sufrió ataques en el contexto de violencia desatada desde el estallido social contra Ortega en abril de 2018.
En agosto de ese año su vivienda fue asaltada en una residencial donde esos casos no suelen ocurrir, y más tarde, el 4 de diciembre, unos hombres encapuchados lo apuntaron con sus armas para despojarlo de sus documentos, teléfonos móviles, computadora y su camioneta.
Ninguno de los casos ha sido investigado por la Policía Nacional.
Hasta esta mañana a Mendoza se le consideraba arrestado con base en una publicación de la Policía Nacional, pero sus familiares no sabían el lugar ni la hora donde fue capturado, así como tampoco la prisión donde está encerrado.
Hasta antes de la pandemia de la covid-19, Mendoza era parte de un selecto grupo de periodistas de Nicaragua con experiencia en cubrir los más importantes eventos deportivos mundiales de las últimas tres décadas, con transmisiones desde los estadios o arenas más lujosas del planeta, pero todo cambió anoche, cuando sus tuits dejaron de ser emitidos, mientras su casa era allanada con su esposa y su pequeña hija dentro.
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