El 2 de agosto de 1939, el científico Albert Einstein envió una carta al presidente de Estados Unidos Franklin Roosevelt que impulsó la idea de una bomba atómica a nivel gubernamental. “Cometí un gran error en mi vida”, lamentó el físico pocos meses antes de morir en 1955.
MIRA: ¿Cómo Adolf Hitler llegó a ser presidente del Tercer Reich un día como hoy en 1934?
La pena a la que se refiere Einstein es por sentirse responsable de las bombas atómicas que Estados Unidos dirigió hacia Hiroshima y Nagasaki, en Japón. Este evento representa, hasta la fecha, una masacre que aún no tiene comparación: aproximadamente 110.000 personas murieron en ambas ciudades.
Se asocia al alemán con la creación de la bomba atómica porque su famosa fórmulac² es uno de los principios para el funcionamiento. Además, debido a que en 1939 escribió una carta al entontes presidente norteamericano, Roosevelt.
Seis años antes de los bombardeos, escribió la carta junto con su colega húngaro Leo Szilard, pero solo firmó Einstein.
En esencia, fue un mensaje de alerta al mandatario sobre noticias de que los nazis estaban avanzando en investigaciones sobre reacciones en cadena y, a su parecer, estaban cerca de desarrollar bombas atómicas “en el futuro inmediato”.
“Una sola bomba de este tipo, transportada por barco y explotada en un puerto, podría destruir todo el puerto junto con parte del territorio circundante”, aseguró el físico en la carta.
“Hay muy buenas vetas en Canadá y en la ex-Checoslovaquia, mientras que la fuente más importante de uranio está en el Congo Belga. Tengo entendido que Alemania actualmente ha detenido la venta de uranio de las minas de Checoslovaquia, las cuales han sido tomadas. Puede pensarse que Alemania ha hecho tan claras acciones, porque el hijo del subsecretario de Estado Alemán, von Weizacker, está asignado al Instituto Kaiser Wilheln de Berlín, donde algunos de los trabajos americanos están siendo duplicados”, continuó.
También recomendaba mantener un contacto permanente entre el Gobierno y los físicos que investigaban la energía nuclear en Estados Unidos, vigilar los suministros de uranio y buscar fondos para este tipo de experimentos científicos.
Aunque la misiva no sugiere la creación y ejecución de la bomba atómica, su papel es clave en la violenta respuesta de Estados Unidos a las fuerzas japonesas en 1945.
Según Atomic Heritage Foundation, organización dedicada a preservar la memoria de asuntos nucleares, asegura que la carta cambió el curso de la historia al impulsar a EE.UU. en la investigación nuclear. Incluso, indica que impulsó Proyecto Manhattan, misión secreta que se creó en 1941 para el desarrollo de la primera bomba atómica del país
Einstein tuvo contactos con investigadores del Proyecto Manhattan, según dijo Michael Gordin, historiador especialista en ciencias físicas en la Universidad de Princeton, a BBC Mundo.
Sin embargo, cabe recalcar que el físico alemán no estuvo involucrado directamente con este proyecto.
El mandatario, claramente alertado, le respondió al físico de inmediato: “Esta información me pareció tan relevante que formé una comisión formada por el Jefe de la Oficina de Normas y representantes de la Marina y el Ejército para investigar bien a fondo todas las posibilidades de sus sugerencias en relación al uranio”.
En 1940, le envió otras dos cartas al presidente sobre el mismo tema: en estas oportunidades pedía más acción por parte del Gobierno. Después, envió una última misiva en marzo de 1945, poco antes de que Hitler sea derrotado. También pidió una reunión con Roosevelt sobre la conveniencia del uso de armas atómicas; el mandatario falleció dos semanas después.
“Toda posible ventaja militar que Estados Unidos pudiese conseguir con las armas nucleares quedará totalmente oscurecida por las pérdidas psicológicas y políticas, así como por los daños causados al prestigio del país. Podría incluso provocar una carrera armamentística mundial”, menciona Einstein en este último mensaje.
Después de los eventos de 1945, el pacifismo de Einstein se incrementó. Criticó a las grandes potencias durante la Guerra Fría y pidió el desarme nuclear.