Desde hace más de 20 años, Sally Solon Fontanilla se levantaba todos los días para trabajar por la salud de sus pacientes. Esta enfermera de California (Estados Unidos) pasó dos meses con un ventilador en la unidad de cuidados intensivos, se había contagiado de COVID-19 mientras trabajaba. Ella estaba en primera fila, en un país que encabeza la lista de contagiados y fallecidos por el nuevo coronavirus.
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A sus 51 años de edad, Sally entregaba todo por sus pacientes en Centro Médico St. Mary en Apple Valley, California. Trabajaba en la unidad COVID-19 de este lugar hasta que el riesgo de su trabajo la llevó a enfermarse de coronavirus.
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Su esposo Ben, quien también trabaja en el mismo hospital, dijo a CBS Los Ángeles que la familia estaba preocupada por Fontanilla al comienzo del brote de COVID-19 debido a sus condiciones médicas preexistentes que incluían asma y diabetes.
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El esposo de Fontanilla contó que ella regresó a trabajar en el hospital durante el verano, ya que había pensado que su riesgo de contraer el nuevo coronavirus sería menor.
Como era de esperarse, tanto ella como sus colegas han seguido un protocolo riguroso para evitar el contagio del COVID-19. “Tomamos todas nuestras precauciones. Usamos nuestras mascarillas, nuestros escudos, nuestras batas, nuestros guantes, pero nunca se sabe”, detalló un compañero de trabajo de la enfermera al medio.
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“Ella siempre tuvo una personalidad contagiosa. Dispuesta a ayudar, allí con una sonrisa”, dijo el amigo de Fontanilla a CBS Los Ángeles. “Queríamos que todos supieran lo increíble que era ella”, añadió.
Sin embargo, no fue suficiente. La enfermera de telemetría fue diagnosticada con COVID-19 en julio y su “condición empeoró y terminó en la UCI”, según narra su página de GoFundMe. Fue en esa misma página donde la familia anunció el deceso de la enfermera este lunes, a dos semanas de cumplir 52 años de edad. La entrada fue creada para juntar fondos por su recuperación, tenía como meta llegar a los US$15.000 y ya ha superado la meta logrando más de 17 mil dólares.
Hasta esta semana, se han registrado más de 7 millones y medio de casos de COVID-19 y más de 200.000 muertes por enfermedades relacionadas con el coronavirus en Estados Unidos, según una base de datos del New York Times. Solo en el condado de San Bernardino, donde Fontanilla trabajaba, ha habido al menos 57.203 casos confirmados de COVID-19 y 974 muertes, según una base de datos de Los Angeles Times.
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