“Tu desprecio por la vida humana es aterrador”, le dijo la jueza superior Susan Richard Nelson durante la lectura de sentencia contra Aaron R. Broussard, un hombre que provocó la muerte de 11 personas en Estados Unidos luego de venderles fármacos que en realidad contenían una mortal droga.
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Entre el 2014 y el 2016, Broussard, de entonces 25 años, compraba fármacos ilegales que ingresaban a EE.UU. por contrabando desde China para luego venderlos a través de su página web, llamada PlantFoodUSA.net.
Desde un apartamento alquilado en Hopkins, Minnesota, Broussard realizó “cientos de transacciones” de este tipo, según las autoridades.
Como parte de sus operaciones, el 12 de marzo del 2016 realizó un pedido de 100 gramos de 4-FA, similar al Adderall, un fármaco recetado para tratar el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o la narcolepsia.
Sin embargo, los distribuidores de Broussard no le advirtieron que el cargamento que le estaban enviado contenía 100 gramos de fentanilo con una pureza del 99%.
El fentanilo es un opioide sintético 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más peligroso que la heroína, llegando a causar una sobredosis con apenas 2 miligramos.
Es decir, una dosis similar al tamaño de un grano de sal podría causar la muerte de quien lo ingiera.
Pese a ello, se ha convertido en una de las drogas más consumidas en Estados Unidos en los últimos años y, según las autoridades, sería el principal responsable del marcado incremento de muertes a causa de sobredosis en dicho país.
Según la Comisión para Combatir el Tráfico de Opioides Sintéticos, entre junio del 2020 y mayo del 2021, más de 100 mil estadounidenses murieron por sobredosis de drogas y alrededor de dos tercios de esas muertes se debieron a opioides sintéticos.
VÍCTIMAS DE BROUSSARD
Decenas de personas compraron los productos ofrecidos por Broussard pensando que recibirían un fármaco para tratar sus diversas condiciones. En su lugar, recibieron la muerte empaquetada.
Entre abril y mayo del 2016, según determinaron las autoridades estadounidenses durante el juicio en contra de Broussard, distribuyó las pastillas que causaron la muerte a 11 de sus clientes y provocaron secuelas físicas graves en otros cuatro.
Los casos sucedieron en casi todo el país, registrándose muertes en los estados de California, Nueva York, Illinois, Florida, Wisconsin, Texas, Kentucky, entre otros.
Según los fiscales que acusaron a Broussard, este había sido advertido por sus proveedores de que debería probar los fármacos antes de distribuirlos. Sin embargo, siempre en base a la investigación en su contra, el traficante no siempre cumplió con este requerimiento.
Las autoridades señalan que las víctimas no eran consumidores de opioides, por lo que la ingesta de las drogas enviadas por Broussard causó una muerte instantánea en muchos casos.
Pese a que Broussard tuvo conocimiento de que algunos de sus clientes habían sido hospitalizados y otros ya habían fallecido, continuó vendiendo los fármacos del mismo lote hasta que se acabo.
Según los investigadores, el hombre incluso le habría exigido un descuento a sus proveedores para el próximo envío debido a los efectos que había tenido el mortal lote.
Algunas de las víctimas fueron identificadas como Patrick Reinsma, Daniel Flynn, Stephen Fry, Timothy Robertson, Matthew Williams, Devon Masik, Jason Beddow, Scott Beimel, Craig Karp, Vamsi Prasad y Amanda Leach, según se pudo conocer en el proceso contra Broussard.
TESTIMONIOS DESGARRADORES
“Tengo 75 años y no tendré consuelo por saber el resto de mi vida que no volveré a ver a mi hijo. Patrick era mi hijo menor y mi único hijo. Viajaba mucho por su trabajo, así que normalmente, de camino a casa por la noche, me llamaba a mí, a una de sus hermanas o a sus amigos”, escribió la madre de Reinsma en una carta enviada a la corte donde se juzgaba a Broussard y fue recogida por Univision.
“Era inteligente, bueno en todo lo que hacía, se entregaba por completo a todo porque quería hacerlo bien. Era divertido, con un sentido del humor seco, como su padre. Tenía el brillo de los ojos de su padre, cuando te miraba a veces te hacía preguntarte qué estaba pensando. Amable, tranquilo, un poco tímido, generoso, le encantaba leer y dibujar, y sabía manejarse una computadora”, relataron por su parte los padres de Flynn, a través del mismo medio.
“Stephen era extremadamente inteligente, a menudo descrito como brillante por sus maestros. Un profesor de la universidad Georgia Tech habló en su funeral y dijo que, en 45 años de enseñar química, nunca había tenido un estudiante tan comprometido como Stephen”, escribió el padre de Fry, otra de las víctimas.
Theodore Trotman, quien sobrevivió a la ingesta de fentanilo pero quedó con graves secuelas físicas, detalló que había sufrido un paro cardiaco durante 8 minutos que le provocaron una lesión cerebral anóxica, la pérdida de la vista y de la capacidad de hablar, además de generarle parkinsonismo secundario.
BROUSSARD ANTE LA JUSTICIA
En diciembre del 2016, la Fiscalía federal estadounidense acusó a Broussard de 17 cargos que incluían conspiración, importación de fentanilo, posesión con intención de distribuir fentanilo, distribución de fentanilo con resultado de muerte, distribución de fentanilo con resultado de lesiones corporales graves y posesión con intención de distribuir análogos de sustancias controladas (fármacos legales), según el Departamento de Justicia.
En diciembre del 2020, el acusado se declaró culpable. Broussard había sido enviado a prisión de joven por un caso de robo y siendo mayor cumplió otra pena por portar artículos para el consumo de marihuana y conducir sin licencia.
El abogado del ahora hombre de 31 años, Todd Hennen, señaló sin embargo que su cliente “nunca ha sido una persona violenta (...) el señor Broussard esencialmente ha cambiado su vida. Pasó de ser un joven que abandonó la escuela preparatoria a alguien con un diploma que quiere convertirse en ingeniero de sonido o seguir una educación en periodismo… tiene la intención de trabajar e ir a la escuela”.
El 31 de marzo de este año, tras 10 días de audiencia, la jueza Nelson encontró culpable a Broussard por los 17 cargos presentados en su contra. A mediados de septiembre, la magistrada dictó una condena a cadena perpetua por sus crímenes.
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