La violencia de lo sucedido el pasado 6 de enero con el asalto al Capitolio, y que ha motivado un nuevo juicio político contra Donald Trump, ha causado un cisma en la derecha de Estados Unidos.
El rostro más visible de la ruptura es Evan McMullin, exmiembro de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes. En una entrevista a MSNBC, él explicó las razones de esta postura:
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“Hemos evaluado la gestión presidencial de Trump y cómo todo eso condujo al 6 de enero [...] Y ver a todos los republicanos trabajar para no reconocer los resultados de la elección y votar para proteger al presidente [...] es enfermizo. Hay algo podrido”.
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En esa línea, un nuevo partido político de centroderecha podría cobrar forma.
Así lo informó Reuters:
“Las conversaciones en su etapa inicial incluyen a exrepublicanos electos, exfuncionarios de los gobiernos de Ronald Reagan, George H.W. Bush, George W. Bush y Trump, exembajadores republicanos y estrategas republicanos, dijeron las personas involucradas.”
Según la agencia, el último viernes se llevó a cabo una llamada de Zoom que reunió a 120 personas que se abrazan la “Constitución y el Estado de derecho, idea que [...] han sido destrozadas por Trump”.
Reuters anota que McMullin señaló que él organizó la reunión y que los asistentes estaban “preocupados por el control de Trump sobre los republicanos y el giro nacionalista del partido”.
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¿QUIÉN ES EVAN MCMULLIN?
Una rápida visita al archivo del “New York Times” sirve para entender que McMullin es antiTrump. De hecho, en una de los artículos, deja claro que él no tendría problemas en votar por algún demócrata si “tuviese que hacerlo”.
En diciembre del año pasado, mientras Trump se negaba a aceptar que Joe Biden había ganado las elecciones, McMullin escribió una columna que publicó el “The Salt Lake Tribune”. Allí, él escribió:
“[...] Su negativa a aceptar la derrota es alarmante, pero no sorprende. [...] Su carácter es de rechazar incluso la realidad misma cuando esta entra en conflicto con su ego. Más alarmante es la larga lista de líderes republicanos estatales nacionales que se alinean cobardemente detrás de sus esfuerzos desesperados por derrocar la democracia”.
Pero su desencanto del partido no empezó con Trump. De hecho, McMullin se postuló a la presidencia de EE.UU. en el 2016, solo que con un partido independiente.
Según el portal Stand Up Republic, McMullin trabajó en la CIA desde 1999, y pasó muchos años fuera del país haciendo trabajo de contrainteligencia para detener al terrorismo.
Más tarde, cambió de rubro y empezó a trabajar en Goldman Sachs, en donde se dedicó a la recaudación de capital, y a “desarrollar estrategias para productos de consumo, tecnología y otras industrias”.
En el 2013, McMullin se convirtió en asesor principal del Comité de Asuntos Exteriores de su país, para luego asumir como director de Políticas de la Conferencia Republicana en la Casa de los Representantes, en donde “dirigió la seguridad nacional, la reforma del gobierno” y otros temas.
En el 2016, se desvinculó por completo del gobierno. Entonces, se lanzó a la presidencia junto a Mindy Finn como su compañera en la carrera presidencial.
“Me postulo para presidente porque creo que conformarse con el menor de dos males, sigue siendo un mal”, escribió McMullin en “The National Interest”.
McMullin, nacido en Provo, Utah, y graduado del Brigham Young University opinaba así de Donald Trump y Hillary Clinton.
“Como todos los demás, estaba esperando que un verdadero líder se levantara y les diera a los estadounidenses una mejor opción. Nadie lo hizo -continuó-. Pero a medida que se acercaba la fecha límite, yo me levanté, aun sin tener una reputación nacional, fortuna o un partido que me respaldara”.
Aun así, no ganó la contienda. Pero sí se granjeó algunos enemigos.
El “New York Times” recuerda que un “destacado nacionalista blanco” proTrump empezó una “campaña de desprestigio” en contra suya, programando llamadas telefónicas que lo acusaban de ser un “homosexual en secreto que apoya las fronteras abiertas y la amnistía”.
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