El martes comenzó en Estados Unidos el histórico juicio por narcotráfico contra el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (JOH), quien purga prisión en Nueva York desde que fuera extraditado en abril del 2022.
Hernández, de 55 años, fue detenido en su casa de Tegucigalpa en febrero del 2022, apenas 19 días después de dejar el poder, a pedido de la justicia Estados Unidos.
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El fiscal federal David Robles describió el miércoles a Hernández, ante el juez ante el juez Kevin Castel, como un político corrupto que permitió que los mayores narcotraficantes del país financiaran su ascenso al poder.
Robles aseguró que Hernández se sirvió de la policía, el ejército y la justicia de su país “para proteger a los narcotraficantes” y para “amasar mucho dinero”.
Esta fue la línea principal que expuso David Robles, el representante de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, en la presentación de argumentos orales ante el juez Castel, mientras Hernández, que gobernó en Honduras entre el 2014 y el 2022, escuchaba pacientemente, reportó la agencia EFE.
El abogado defensor del expresidente, Renato Stabile, lo presentó como un mandatario héroe que combatió el narcotráfico junto con las autoridades estadounidenses.
Estas son las claves de caso:
Juan Orlando Hernández nació el 28 de octubre de 1968 en el seno de una familia rural de clase media baja en el departamento occidental de Lempira.
En la secundaria egresó como subteniente de infantería del Liceo Militar del Norte, en San Pedro Sula, y aún es reservista.
Luego se graduó de abogado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y más tarde cursó en Nueva York una maestría en Administración Pública, de 1994 a 1995.
Está casado con la abogada Ana García, con quien tiene cuatro hijos.
Ingresó a la política en 1990 como asistente de su hermano Marco Augusto en la secretaría del Congreso.
Desde 1998 fue diputado y durante el gobierno de Porfirio Lobo (2010-2014) ocupó la presidencia del Congreso.
Como presidente del Congreso, Hernández promovió la sustitución de cuatro de los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional, que posteriormente dieron luz verde a su reelección presidencial.
Ha sido elegido dos veces presidente de Honduras, cargo que ocupó entre el 2014 y el 2022.
En el 2014, ya como presidente, Hernández impulsó programas de ayuda social como la "bolsa solidaria" de alimentos y programas de vivienda para las familias más pobres, pero sus detractores lo consideraron un mecanismo para comprar conciencias y votos.
Fue aliado de Estados Unidos, que respaldó su reelección en el 2017 pese a cuestionamientos de fraude por parte de sus competidores.
Durante sus dos períodos presidenciales, y antes como congresista, siempre se jactó de su lealtad a Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
Cayó en desgracia cuando su hermano, Juan Antonio 'Tony' Hernández, fue detenido en noviembre del 2018 en el aeropuerto de Miami y condenado en marzo del 2021 a cadena perpetua por narcotráfico a "gran escala".
¿De qué acusan a Juan Orlando Hernández?
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado tres cargos contra Juan Orlando Hernández: conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, conspiración para poseer armas de fuego y dispositivos destructivos para el narcotráfico, y posesión de ese tipo de armamento durante la conspiración de narcotráfico.
Según la tesis de los fiscales estadounidenses, Hernández, junto a otros coacusados, incluidos miembros de su familia y colaboradores cercanos, participó por años en “una conspiración de narcotráfico corrupta y violenta para facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a Estados Unidos”.
El Departamento de Justicia sostiene que Hernández presuntamente recibió millones de dólares en sobornos para “utilizar su cargo público, las fuerzas del orden y el ejército para apoyar a organizaciones de narcotráfico en Honduras, México y otros lugares”.
“Hernández abusó de su posición como presidente de Honduras desde 2014 hasta 2022 para operar el país como un narcoestado”, dijo el secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, cuando se dio a conocer la acusación.
Si es hallado culpable, Hernández podría ser sentenciado a un máximo de cadena perpetua por cada uno de los cargos.
Cabe precisar que Juan Antonio ‘Tony’ Hernández, hermano del exmandatario, fue sentenciado en el 2021 a cadena perpetua en Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico y el manejo de armas.
La justicia de Estados Unidos
acusa a Juan Orlando Hernández de participar en una trama que duró más de 20 años y que introdujo miles de kilogramos de cocaína en Estados Unidos.
¿Qué pruebas tiene Estados Unidos contra Juan Orlando Hernández?
La única prueba física contra Hernández, y una de las más llamativas, son las denominadas ‘narcolibretas’ de contabilidad que fueron recuperadas por la policía militar hondureña en el 2018, junto con armas de fuego, granadas y dinero en efectivo, en un automóvil donde viajaba como pasajero un narcotraficante identificado como Nery Orlando López Sanabria, conocido como Magdaleno Meza.
Miguel Reynoso, uno de los detectives de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico de Honduras que participó en el operativo, confirmó el viernes en el juicio que las ‘narcolibretas’ aparecieron en un compartimento oculto de un vehículo.
En las ‘narcolibretas’, Magdaleno Meza apuntaba cada pago que hacía a políticos.
Entre los receptores de dinero estaban los nombres de Tony Hernández y JOH, el acrónimo por el que es conocido el expresidente de Honduras.
“Me llamó la atención el nombre y lo que se encontró”, dijo el exdetective, cuya pericia para el manejo y la seguridad de los documentos fue cuestionada por la defensa de Hernández, cuya estrategia es poner en duda la fiabilidad de colaboradores con la justicia estadounidense, reportó la agencia AFP.
“Revisamos las libretas e hicimos fotocopias”, dijo Reynoso.
Al ser consultado sobre el proceso para proteger esas presuntas evidencias, Reynoso dijo que empacaron las libretas en bolsas plásticas y que volvió a verlas en el 2019, al ser entregadas a la Fiscalía del Distrito Sur de Manhattan, donde se realiza el juicio. Según respondió, no tenían señales de haber sido adulteradas.
En el contrainterrogatorio, la defensa de Hernández cuestionó la formación del exdetective en el análisis de libretas presuntamente vinculadas al narcotráfico.
En este punto, es preciso remarcar que estas mismas ‘narcolibretas’ ya fueron usadas como prueba para condenar a Tony Hernández y a su colaborador Geovanny Fuentes. Ambos fueron sentenciados a cadena perpetua por el juez Kevin Castel, el mismo que ahora conduce el proceso contra Juan Orlando Hernández.
Los fiscales también están usando a testigos que apuntan directamente al exmandatario de Honduras.
Los primeros testimonios
El jueves, el narcotraficante hondureño Alexander Ardón, condenado en Estados Unidos a cadena perpetua más 30 años de prisión, testificó en el juicio contra Hernández y habló en detalle sobre los vínculos del exmandatario con el narcotráfico y el esquema de sobornos que ayudaron a este último a crecer en su carrera política.
Ardón manifestó que Hernández tenía vínculos con los líderes del mexicano Cártel de Sinaloa. Agregó que esta relación le daba confianza a la mafia para traficar toneladas de droga entre Honduras y Guatemala, reseñó la agencia EFE.
Este testigo de la fiscalía era el hombre de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán en Honduras. Ardón asegura que le daba “eguridad” y que también le compraba la droga al hermano de Juan Orlando Hernández, ‘Tony’ Hernández.
Alexander Ardón sostuvo que ‘El Chapo’ Guzmán presuntamente pagó a ‘Tony’ Hernández un millón de dólares para la campaña presidencial de su hermano a cambio de protección para una ruta usada para enviar cocaína.
En el contrainterrogatorio, los abogados de Hernández consiguieron que Ardón admitiera que no podía confirmar si el dinero que supuestamente recibió ‘Tony’ Hernández de parte de Guzmán, en nombre de su hermano, finalmente llegó a manos de Juan Orlando Hernández y su campaña electoral.
Ardón, que era alcalde de El Paraíso, en el Departamento de Copán, dijo que en una reunión que sostuvo con Juan Orlando Hernández en casa de éste en el 2013, previo a las elecciones de noviembre ese año, JHO le pidió que no buscara la reelección “porque los medios hablaban de que era narcotraficante (Ardón), y que financiaba parte de su campaña”.
El hondureño indicó que aceptó el pedido de Hernández, quien le dijo además que esos vínculos con el narcotráfico no eran buenos para su campaña.
Ardón aseguró que a cambio Hernández le prometió que no sería extraditado a Estados Unidos bajo su presidencia.
“Juan Orlando me dijo que no me preocupara por la fiscalía, que me darían protección para lo que me dedicaba yo, para el narcotráfico”, precisó.
El testigo también señaló que él mismo entregó dinero procedente del narcotráfico a los alcaldes del departamento de Copán para que compraran votos que ayudaran a la campaña presidencial de Hernández.
De acuerdo con Ardón , luego de que Hernández ganara la presidencia en el 2013, los narcotraficantes hermanos Valle fueron deportados a EE.UU. pese a supuestas garantías de que no entrarían presos.
El encarcelamiento de los Valle fue cuestionado por los líderes del Cártel de Sinaloa. A estos, Ardón les aseguró que hablaría con Juan Orlando Hernández, lo que posteriormente hizo, pero éste le dijo que “los habían extraditado porque trataron de matarlo”.
Ardón también dijo en el juicio que entregó 2 millones de dólares al expresidente hondureño Porfirio Lobo a cambio de protección.
Otro testigo identificado como José Sánchez, un contador de la empresa Graneros Nacionales, sitio de reunión de narcotraficantes, vinculó a Hernández con el narcotraficante hondureño Geovanny Fuentes Ramírez, sentenciado en el 2022 a cadena perpetua en Estados Unidos.
Sánchez dijo que estuvo presente en dos reuniones entre Fuentes y Hernández, y sostuvo que escuchó a Juan Orlando Hernández decir que “vamos a meterles la droga en las narices a los gringos y no se van a dar cuenta”.
También dijo que estuvo presente cuando Geovanny Fuentes Ramírez supuestamente le entregó dinero a Hernández, quien entonces era candidato a la presidencia, y agregó que aun cuando existe una grabación del momento él no cuenta con las pruebas del presunto hecho.
La defensa de Hernández
Durante su intervención, el abogado defensor Renato Stabile insistió el miércoles en que la Fiscalía no dispone “ni de videos, ni de grabaciones, ni de correos o mensajes de texto” que prueben sus señalamientos contra Hernández.
También descalificó el valor de las fotografías de Hernández con narcotraficantes con el argumento de que era un presidente muy popular y que todo el mundo se fotografiaba con él allá donde iba.
Stabile aseguró que su cliente hizo que el narcotráfico se redujera en un 18 % en Honduras, y que colaboró con numerosos departamentos del Gobierno de Estados Unidos, como la DEA y el Departamento de Justicia, en su labor antidrogas.
Fruto de esa cooperación, Stabile dijo que debían considerarse los casos de los 21 narcotraficantes capturados y extraditados a Estados Unidos durante el Gobierno de Hernández.
El abogado argumento ante los miembros del jurado que su cliente era víctima de complots de venganza por parte de “gente depravada” que traficaba con drogas, asesinaba en masa y quería clemencia por parte de Estados Unidos. “Son auténticos psicópatas”, añadió.
El propio Juan Orlando Hernández ha rechazado los dichos de los testigos de la Fiscalía, pues asegura que se trata de narcos que quieren vengarse de él por haberlos perseguido, y que solo buscan reducir sus propias condenas en Estados Unidos.
Rafael Callejas, quien fue presidente de Honduras de 1990 a 1994, se declaró culpable en el 2016 en Brooklyn de aceptar sobornos mientras encabezaba la federación hondureña de fútbol.
Alfonso Portillo, expresidente de Guatemala, se declaró culpable en el 2014 en Manhattan de aceptar sobornos a cambio del reconocimiento diplomático de Taiwán.
El general Manuel Antonio Noriega, exdirigente de Panamá, fue declarado culpable en 1992 en un tribunal federal de Miami de permitir que el Cártel de Medellín enviara enormes cantidades de cocaína a través de su país a Estados Unidos a cambio de millones de dólares en sobornos.
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