La cantidad de migrantes venezolanos que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México se ha desplomado debido a que una nueva política bilateral ha empujado a miles de regreso a México, según funcionarios estadounidenses, mexicanos y un refugio local.
El comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Chris Magnus, dijo el jueves a Bloomberg News que los agentes fronterizos estadounidenses se habían encontrado con sólo 155 venezolanos el miércoles, por debajo del promedio diario de 1.200 a principios de este mes.
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El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la semana pasada que comenzaría a expulsar a los migrantes venezolanos enviándolos México bajo una orden surgida durante la pandemia del coronavirus, conocida como Título 42, negándoles la oportunidad de buscar asilo.
Al mismo tiempo, la administración demócrata de Biden lanzó un nuevo programa para permitir que hasta 24.000 venezolanos, con patrocinadores estadounidenses y que cumplan con otros requisitos, soliciten la entrada humanitaria por vía aérea.
Más de 4.500 venezolanos han sido devueltos a México desde que comenzó la nueva política, el 12 de octubre, dijo el gobierno mexicano, que tiene copados sus refugios.
El nuevo esfuerzo se produce cuando los republicanos han criticado el manejo de la frontera por parte de Biden y buscan obtener el control del Congreso en las elecciones de mitad de período del 8 de noviembre.
En un refugio en la ciudad fronteriza estadounidense de Deming, Nuevo México, los venezolanos pasaron de ser la nacionalidad más común a estar ausentes, según Ariana Saludares, directora ejecutiva de Colores Unidos, que administra el centro.
El jueves, un autobús del gobierno de Estados Unidos, que transportaba a migrantes de El Paso al albergue para aliviar el hacinamiento, trasladaba a unos 50 colombianos, ecuatorianos, peruanos, dominicanos y nicaragüenses, dijo.
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Los gobernadores republicanos de Texas y Arizona han enviado en autobús este año a miles de inmigrantes a ciudades gobernadas por demócratas, parte de una campaña de alto perfil para llamar la atención sobre lo que dicen es el fracaso de Biden para asegurar la frontera.
Un portavoz del gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que los autobuses podrían continuar hasta que Biden “haga su trabajo”.
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