A la congresista estadounidense Elise Stefanik le dicen “la equilibrista” por su capacidad de lograr sus objetivos sin que sus motivos o pasado sean detectados.
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“The Washington Post” recordaba el año pasado que, en el 2016, ella declaró que Donald Trump jamás podría convertirse en el candidato republicano, pero su discurso cambió cuando este empezó a cobrar poder.
“[A partir de la nominación de Trump], ella mantuvo una distancia cuidadosa, reconociendo, cuando la presionaron, que ella lo apoyaba, mientras que generalmente evitaba cualquier mención de su nombre”, explica el medio.
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En el colmo de la contradicción, durante el ‘impeachment’ del 2019 a Trump, Stefanik se convirtió en su defensora acérrima, “con toda la sutileza de una bala de cañón humana”.
Su objetivo era claro: mostrarse como la congresista que defendía al presidente y, con ello, a la democracia de Estados Unidos que sufría golpes de los demócratas.
Las críticas, entonces, empezaron: ¿en qué momento cambió la política moderada y con historia de haber apoyado leyes sobreponiéndose a los tintes partidistas?
Pero ya no importaba: Trump había visto en ella la renovación del partido republicano, una suerte de mano que no temblaba cuando había que cerrar filas y apoyarlo.
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CONSTRUIR EL CAMINO
Tras el despido de Liz Cheney -por sus “insistentes críticas a Trump y su negativa a apoyar las infundadas denuncias de fraude en los comicios”-, Elise Stefanik se ha erigido como la líder del partido republicano en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
La política de 36 años declaró que su “foco estará en la unidad”, en tanto que Donald Trump, por supuesto, la felicitó y la llamó a seguir con su legado “Make America Great Again”.
Sus esfuerzos habían dado frutos.
Según “Times Union”, Stefanik siempre se mostró como una chica que gustaba de la política. En 1998, por ejemplo, dicho medio publicó un artículo en el que ella todavía era estudiante de la escuela privada Academia Para Niñas de Albany y se jactaba de ser fan del exsenador Alfonse D’Amato.
Nacida y criada en Upstate New York, trabajó por muchos años en el pequeño negocio de su familia. Año más tarde se convertiría en la primera de su familia en graduarse de la universidad.
“Se gradúo con honores de Harvard”, dice su perfil del Estado.
En enero del 2014, y tal como figura en el archivo del “Times Union”, Stefanik reveló por primera vez sus ambiciones políticas. Entonces, el demócrata Bill Owens anunció que no buscaría una reelección para el 21st Congressional District.
Su carrera en la política ya estaba encaminada. Del 2006 al 2009, ella trabajo en el “ala oeste de la Casa Blanca” como miembro del “Consejo de Política Nacional del presidente George W. Bush”, así como “en la Oficina del Gabinete”.
Más adelante, se desempeñaría como directora de Preparación de Debate Vicepresidencial de Paul Ryan, y directora de Comunicaciones de la Iniciativa de Política Exterior.
Con esos pergaminos, Stefanik anunció que iría por un puesto en el Congreso.
“Estamos en una gran posición para recuperar el sitio y traer nuevas ideas y un nuevo liderazgo al Distrito 21 del Congreso”, declaró Stefanik.
Así, en noviembre del 2014, ella se convirtió en “la mujer más joven en ser elegida para el Congreso”.
Hoy por hoy, va por su cuarto término al frente del Distrito 21 del Congreso, y es miembro del comité de Educación, Trabajo, entre otros.
Vive con su esposo Matt en Schuylerville, New York.
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