Hace 30 años, el 19 de abril de 1993, después de un asedio de 51 días por parte de agentes federales de Estados Unidos, el complejo Branch Davidian ubicado en Waco, Texas, estalló en llamas provocando la muerte de más de 80 personas. David Koresh era el gurú de los Davidianos y es el protagonista de esta trágica historia que acaparó la atención mundial y que incluso fue transmitida en vivo por la televisión estadounidense.
Meses antes del desenlace, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), adscrita al Departamento de Justicia, investigaba a la Asociación General de la Rama Davidiana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día por sospechas de compraventa y modificación de armas ilegales. Mucho de este arsenal estaba compuesto por armas largas.
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El 28 de febrero de 1993, en el primer intento por incautar las armas y detener a David Koresh en el rancho de Monte Carmelo, se desató una balacera en la que murieron cuatro agentes de la ATF y seis davidianos.
Los agentes federales habían preparado un asalto sorpresa, pero hubo una filtración que arruinó el plan.
Un periodista fue contactado por los agentes para que cubriera el asalto, pues la ATF quería que su accionar en el combate al crimen quedara registrado por las cámaras para que sea divulgado a todo el país, narra el portal Infobae.
Pero el periodista que iba a cubrir el asalto se perdió y no llegó a Monte Carmelo. Así que buscó orientación en un cartero, sin saber que esa persona era integrante de la secta de los Davidianos.
Le dijo que necesitaba llegar al lugar porque la ATF está preparando algo grande ahí.
Entonces, el cartero abandonó lo que estaba haciendo y fue en busca de David Koresh para alertarlo.
A las 9 de la mañana de aquel domingo 28 de febrero, un convoy de 76 agentes con entrenamiento militar se dirigió al rancho. Cuando llegaron, los miembros de la secta ya los estaban esperando con armas largas. Se habían parapetado en todas las ventanas de la casa y en otros lugares estratégicos.
El tiroteo que desataron duró 90 minutos y obligó a los agentes a retroceder. Cuatro federales y seis davidianos murieron. Varios más resultaron heridos, entre ellos el propio Koresh, aunque no quedó incapacitado.
Tras ello, el Buró de Federal de Investigaciones (FBI) se puso al frente de la operación, que incluyó su equipo de rescate de rehenes (HRT) y refuerzos tácticos para establecer un cerco, detalla BBC Mundo.
“El FBI ha establecido la que es probablemente la mayor fuerza militar jamás reunida contra civiles sospechosos en la historia de Estados Unidos: 10 tanques Bradley, dos tanques Abrams, cuatro vehículos de ingeniería de combate, 668 agentes más seis de Aduanas, 15 personal del ejército, 13 miembros de la Guardia Nacional de Texas, 31 Texas Rangers, 131 agentes del Departamento de Seguridad Pública del estado, 17 de la Oficina del Alguacil del Condado de McLennan y 18 policías de Waco. En total, 899 personas”, escribió el periodista Malcolm Gladwell en la revista The New Yorker.
Durante el asedio, los negociadores del FBI intentaron convencer a David Koresh para que abandone el complejo con sus seguidores, entre los que se encontraban muchas mujeres y niños.
Koresh se negó a irse incluso cuando los agentes usaron música pop a alto volúmen y luces brillantes día y noche para atormentarlos y tratar de sacar a los miembros de la secta del edificio. También cortaron la electricidad del complejo. Además, emitieron sonidos estridentes como el de aviones despegando o conejos sacrificados.
En una entrevista con CNN, Koresh advirtió que mucha gente “saldría lastimada” si continuaba el asedio.
En respuesta a las acusaciones de posesión de armas de fuego ilegales, Koresh dijo a CNN que “no es ilegal comprar un arma de fuego, no es ilegal comprar nada en una exhibición de armas”.
También reaccionó al uso de tanques y otras armas por parte de las autoridades: “Soy el tipo de persona que se parará frente al tanque. Puedes atropellarme y estaré peleando, nadie le hará daño a mi familia […] me podrías haber arrestado cualquier día […] Nunca aceptaré que alguien venga aquí con dos helicópteros”.
El asedio, transmitido en vivo por los canales de televisión, duró 51 días.
Durante las negociaciones, Koresh se comprometió a dejar libres a los niños, de dos en dos, si emitían a diario un mensaje suyo en la radio.
Un total de 35 personas abandonaron el rancho, incluidos 21 niños. Después del 23 de marzo ya nadie salió.
BBC Mundo recuerda que a las 6 de la mañana del 19 de abril de 1993, el negociador jefe Byron Sage llamó a los davidianos para informarles que en breve se dispondrían a introducir gas lacrimógeno en el edificio, pero que no sería asaltado. El mensaje fue repetido por a gravés de los altavoces. El llamado era a abandonar el rancho de manera voluntaria.
“Casi de inmediato los davidianos empezaron a disparar a los vehículos del FBI”, según el informe de 1996 de una comisión del Congreso.
Un tanque M-728 avanzó avanzó hasta el rancho y perforó una de las paredes mientras se arrojaban granadas de gas lacrimógeno adentro.
El rancho fue gaseado durante seis horas, pero nadie salió. Al mediodía se desató el incendio en tres puntos de la casa. El fuego fue provocado por Koresh y sus seguidores, según una posterior investigación del Congreso.
El incendio no pudo ser combatido de inmediato porque el FBI había cortado el agua. Los bomberos pudieron actuar recién después de 45 minutos.
“Una vez sofocadas las llamas, el grupo de asalto encontró los cadáveres –muchos de ellos carbonizados– de los miembros de la secta que habían resistido el ataque. Minutos después se toparon con otro horror: en un bunker subterráneo vieron los cuerpos de 18 niños y nueve mujeres. No habían muerto bajo las balas de los atacantes sino que habían sido ejecutados por los propios Davidianos. En total se encontraron 82 cuerpos: 59 adultos y los de 23 niños. Los restos de Koresh fueron identificados sin lugar a dudas por los forenses”, cuenta Infobae.
¿Quién era David Koresh?
Vernon Howell, que en 1990 cambió su nombre a David Koresh, nació en 1959. Cuando tenía 18 años ya había memorizado tanto el Nuevo como el Antiguo Testamento de la Biblia, sebún ABC News.
“Afirmó que cuando era niño, Dios le había hablado y le había dicho: ‘Tú eres el elegido. Eres mi mesías’”, dijo a ABC News la periodista Mary Garafolo, quien cubrió la tragedia de Waco.
Mientras que el ex davidiano David Bunds contó que cuando conoció a Koresh en el verano de 1981, parecía “perdido”.
“Era una especie de vagabundo”, dijo Bunds a ABC News.
“Tenía un auto y dijo que el señor se lo dio”.
“Era un tipo muy desaliñado”, continuó. “Él era pobre. No tenía trabajo, o al menos un trabajo regular”.
En 1983 Koresh ya formaba parte de una secta religiosa que se autodenominaba Branch Davidian, un grupo disidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
“Una de las cosas de ser un Branch-Davidian... era que se suponía que debías separarte del mundo”, dijo Bunds. “El mundo son los pecados, la carne, los deseos del mundo, y se supone que eres espiritual”.
Después de la tragedia, seguidores de Koresh contaron que el rancho no tenía agua corriente, calefacción ni electricidad y que había estudios bíblicos tres veces al día.
David Koresh se había hecho cargo del grupo en 1992. Alentaba el uso de armas y predicaba una profecía apocalíptica. Creía que el grupo algún día sería atacado por el gobierno de Estados Unidos y comenzó a almacenar armas y municiones, según ABC News.
Sus antiguos seguidores dijeron que las mujeres tenían que usar blusas largas y que no se podían poner maquillaje ni llevar joyas. Koresh les decía dónde dormir y qué alimentos podían comer: el azúcar, la harina procesada y los productos lácteos estaban prohibidos.
Joann Vaega, que tenía 6 años cuando salió del rancho, dijo que la golpeaban con regularidad y que “cuando era niña, ser disciplinada era algo que se hacía las 24 horas del día, los 7 días de la semana”.
También recuerda que Koresh les decía constantemente que se acercaba el fin del mundo, que eran “el pueblo elegido para sobrevivir porque David era el hijo de Dios”. Les enseñó a prepararse “para la guerra” e insistía en que los “últimos tiempos”, como se predice en el Libro de Apocalipsis, estaban cerca.
Koresh también tuvo hijos. Dana Okimoto, madre de uno de ellos, le dijo a ABC News en una entrevista en el 2003 que los niños se enfrentaban a fuertes palizas por infracciones menores como derramar un vaso de leche. Ella dijo recordó que cuando estaba bajo el control de Koresh golpeó a su hijo Sky hasta hacerlo sangrar.
“Me sentí como la persona más malvada del mundo por golpear a mi bebé de esta manera. Pero esto era lo que Dios quería y necesitaba de mí”, dijo.
El ex davidiano David Bunds también contó que Koresh les dijo que todos los matrimonios del grupo se disolvieron y que todas las mujeres serían sus “esposas” si él las quería.
ABC News consigna que hubo denuncias de algunos de los antiguos seguidores de Koresh en el sentido de que no solo buscaba a las mujeres adultas, sino que también perseguía a varias de sus hijas, algunas de las cuales eran adolescentes o incluso niñas.
Kiri Jewell contó a ABC News en una entrevista del 2003 que su madre Sherri era una de las esposas de Koresh, pero que ella también se convirtió en la “novia” más joven del líder de la secta cuando solo tenía 10 años. La mujer testificó ante el Congreso que Koresh abusó de ella en un motel. Agregó que Koresh tenía hasta 20 esposas antes de morir.
“Era enfermizo y pervertido... David Koresh era un pedófilo… [y] desearía haber hecho algo. No sé qué habría hecho, pero desearía haber hecho algo”, dijo Bunds.
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