La detención de una embarcación, la citación de una embajadora, amenazas de restricciones y acusaciones de violar los pactos conseguidos tras la entrada en vigencia del Brexit. Estos son algunos de los hechos que han elevado la tensión entre los gobiernos de Francia y Reino Unido en la última semana.
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Este jueves 28, desde París confirmaron que la noche anterior se había detenido a dos barcos pesqueros británicos cuando se disponían a pescar en sus costas. Una de las embarcaciones fue multada por obstrucción de la ley al negarse inicialmente al control de los gendarmes galos, mientras que la segunda fue desviada al puerto de Le Havre por no contar con el permiso necesario para pescar en dicha zona.
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Un comunicado emitido por las autoridades francesas precisa que el barco británico podría ser llevado a un proceso judicial en el que se le podría confiscar la pesca realizada, la misma embarcación hasta el pago de una fianza y que “el capitán se arriesga a sanciones penales”.
En Londres la medida fue considerada como “desproporcionada” y “decepcionante” y aseguraron estar investigando el incidente “urgentemente”.
El hecho, que ha elevado intempestivamente las tensiones entre ambos gobiernos, podría ser apenas el inicio de una disputa pesquera entre París y Londres, que no alcanzan una solución al problema de las licencias de pesca en sus aguas tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
DISPUTA POR LAS LICENCIAS
A fines del 2020, el Reino Unido y la UE alcanzaron un acuerdo económico y político para definir sus relaciones a partir del 1 de enero de este año, cuando el Brexit entró oficialmente en vigencia.
En ese marco se acordó que los pescadores del bloque europeo podrían seguir trabajando en aguas británicas si demostraban que lo hacían desde antes del proceso de separación.
El problema se presentó al momento de poner en práctica dicho acuerdo. Principalmente porque los gobiernos, sobre todo los de Francia y Reino Unido, no consiguen ponerse de acuerdo en cuántas licencias se deben emitir.
Mientras que los británicos aseguran que hasta la fecha se ha concedido el 98% de las licencias solicitadas por embarcaciones europeas, los franceses dicen que la cifra es inexacta y que casi todos los pedidos restantes corresponden a naves con su bandera.
“Es falso; los europeos han pedido 2.217 licencias y los británicos han dado 1.913. Es el 90%. Y todos los que no tienen aún licencia son franceses, aparte de uno o dos belgas”, dijo el jueves la ministra francesa de Asuntos Marítimos, Annick Girardin, según el diario español “El País”.
FRANCIA ENDURECE RESTRICCIONES
En respuesta a ello, el Gobierno Francés anunció que desde el 2 de noviembre entrarán en vigencia una serie de restricciones para todas las naves pesqueras británicas.
Apenas 3 o 4 puertos franceses podrán recibir barcos británicos, los controles aduaneros y sanitarios se verán reforzados, aumentarán los controles de seguridad y también serán más estrictos con los camiones que vayan desde y hacia el Reino Unido, según un comunicado de Francia citado por CNN.
Clement Beaune, ministro francés de Europa, aseguró que “salvo algunas excepciones, todos los puertos franceses dejarán de ser accesibles para los barcos británicos (...) tolerancia cero, indulgencia cero”.
“Ningún otro tema de cooperación europea con el Reino Unido podrá progresar sin que se restablezca la confianza y se apliquen plenamente los acuerdos firmados”, advirtió antes de asegurar que el actual Gobierno Británico solo entiende “el lenguaje de la fuerza”.
La ministra Girardin, por su parte, defendió la postura de su país asegurando que responde a los intereses de sus ciudadanos. “No es la guerra, pero es un combate. Los pescadores franceses tienen derechos. Hay un acuerdo firmado y debemos aplicar ese acuerdo. Tenemos derechos de pesca, tenemos que defenderlos y los defenderemos”, señaló.
Mientras tanto, en Londres el ministro de Medio Ambiente, George Eustice, se presentaba ante la Cámara de los Comunes para hablar del tema. “Las medidas con que amenaza [Francia] no parecen compatibles con el Acuerdo de Comercio y Cooperación (del pos-Brexit) o con el derecho internacional más amplio y, de ser implementadas, se toparán con una respuesta apropiada y calibrada”, señaló según la agencia Reuters.
Francia, además, no ha descartado que las restricciones se podrían ampliar en caso de que no alcancen una solución.
En medio de la escalada, otra ministra que se pronunció fue la jefa de la diplomacia británica, la secretaria de Estado de Relaciones Exteriores Liz Truss, quien encargó convocar a la embajadora francesa en su país, Catherine Colonna, para abordar el tema.
La diplomática se reunió con la secretaria de Estado para Europa, Wendy Morton, quien le expresó la “decepción” de su país por la actitud “confrontacional” adoptada por Francia; la misma que “no hace más fácil solucionar la situación”, describe un comunicado emitido por el Gobierno Británico.
Toda esta situación se desarrolla, además, antes de que inicie la cumbre del G-20, a realizarse este 30 y 31 de octubre en Roma. A la reunión asistirán tanto el presidente francés Emmanuel Macron, como el primer ministro británico Boris Johnson.
Este último se declaró “sorprendido” este viernes 29 y recalcó que hará lo necesario “para defender los intereses del Reino Unido”.
“Los pescadores británicos deben continuar su actividades tal como marca la ley, con confianza, y deberían continuar pescando de acuerdo con el tratado (con la Unión Europea). Responderemos ante cualquier infracción”, dijo Johnson a la prensa.
Por el momento no se ha confirmado una reunión privada entre Johnson y Macron durante la cumbre del G-20.
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