Ucrania reconoció este lunes haber perdido a cerca de 9.000 soldados desde el inicio de la invasión rusa hace seis meses, en un conflicto sin visos de terminar.
“Cerca de 9.000 héroes han muerto”, declaró el comandante en jefe del ejército ucraniano, el general Zaluzhny, durante una concentración pública.
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Zaluzhny agregó que había niños ucranianos que requerían atención especial ya que sus padres habían partido al frente y “se encontraban probablemente entre los 9.000 héroes que murieron”.
La declaración del responsable del ejército es la primera que se hace sobre las pérdidas militares de Kiev desde abril.
El miércoles, Ucrania celebrará el día de su independencia, que este año coincide con los seis meses de la invasión rusa.
“Creo que estamos ante una guerra de gran escala”, aseguró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, durante una rueda de prensa en el norte de España en la que anunció que la Unión Europea debatirá crear un gran programa “de entrenamiento y de ayuda a la organización” del ejército ucraniano.
¿Comprando tiempo?
Tras fracasar en su intento de tomar Kiev, Moscú centró su ofensiva en el sur y en el este del país, donde trata de controlar la totalidad del Donbás, parcialmente controlado por separatistas prorrusos desde 2014.
Un asesor presidencial ucraniano dijo a la AFP que Rusia está tratando de persuadir a Kiev para que inicie nuevas conversaciones con el fin de ganar tiempo para reagruparse.
Durante semanas, el Kremlin ha estado “tratando de convencer a Ucrania para que inicie negociaciones”, dijo Mijailo Podoliak a la AFP.
Sugirió que se trataba de una estratagema para “congelar el conflicto mientras se preserva el statu quo en los territorios ucranianos ocupados”.
Podoliak dijo que Kiev cree que Moscú realmente no quiere conversaciones de paz serias, sino “una operación de pausa para su ejército” antes de una nueva ofensiva.
A dos días de que se cumplan seis meses de la invasión, los servicios de seguridad rusos (FSB) acusaron además a Ucrania de haber matado a Daria Duguina, hija de un ideólogo cercano al Kremlin, muerta el sábado en la explosión de su vehículo cerca de Moscú.
El “asesinato” de Daria Duguina, hija de Alexander Duguin, “fue preparado y cometido por los servicios especiales ucranianos”, declaró el FSB, citado por las agencias rusas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó el lunes de “vil crimen” la muerte de Duguina, en un mensaje de condolencias publicado por el Kremlin.
Alexander Duguin es un intelectual y escritor ultranacionalista que apoya firmemente la invasión rusa de Ucrania, como lo hizo su hija.
Según el FSB, la persona que puso el explosivo en el vehículo es una mujer ucraniana que después del atentado huyó a Estonia.
“Ucrania no tiene absolutamente nada que ver con la explosión”, aseguró el domingo la presidencia ucraniana.
Aniversario de la independencia
La acusación amenaza con elevar aún más la tensión entre ambos países.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, advirtió de que Rusia podía estar preparando algo particularmente “cruel” para esta semana.
El domingo, Zelenski precisó que Rusia podía tomar la medida provocadora de enjuiciar a soldados ucranianos capturados durante el asedio de Mariúpol, en el sur del país.
“Si este despreciable juicio se realiza (...) será la línea a partir de la cual no habrá negociación posible”, sostuvo Zelenski en un mensaje nocturno.
Por otro lado, soldados del regimiento Azov capturados por las fuerzas rusas tras la batalla por Mariúpol y liberados como parte de un intercambio de prisioneros, declararon que fueron duramente golpeados cuando estaban bajo custodia rusa. Un ex prisionero dijo haber presenciado casos de “tortura grave”.
El consejero de presidencia ucraniano Mijailo Podoliak había advertido de que Rusia podía intensificar sus bombardeos los días 23 y 24 de agosto.
Ante esta posibilidad, las autoridades ha prohibido manifestaciones públicas del 22 al 25 de agosto en Kiev y en Járkov, segunda ciudad del país.
Mientras, la invasión de Ucrania ha puesto patas arriba el mercado energético mundial y el conflicto sigue teniendo consecuencias en el aumento de los precios de la energía y la escasez de alimentos.
Ante la llegada del frío, los europeos se preparan para un invierno difícil por la escasez de gas proveniente de Rusia.
El lunes, Bulgaria dijo que estaba buscando negociar con el gigante ruso Gazprom. El país depende casi totalmente de Rusia para su consumo anual de 3.000 millones de metros cúbicos de gas natural.
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