La cifra de muertos del ataque ruso contra un edificio de apartamentos en el sureste de Ucrania subió el martes a 41 después de que se sacara el cuerpo de un niño de entre los escombros, según las autoridades, en el ataque más mortal de la guerra contra civiles en un único punto desde la primavera.
Otros 25 habitantes del inmueble en la ciudad de Dnipro siguieron desaparecidos, según Valentyn Reznichenko, gobernador de la región de Dnipropetrovsk, cuya capital es Dnipro.
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Los equipos de emergencia retiraron el 90% de los escombros en 63 horas de funcionamiento desde el ataque del sábado por la tarde, agregó.
Había 79 heridos, dijo, 28 de ellos hospitalizados y 10 en estado crítico. Allí vivían unas 1.700 personas. Algunos quedaron atrapados en pisos altos y hacían señas para pedir ayuda con la luz de sus celulares.
El último ataque mortal de Rusia contra un objetivo civil en casi 11 meses de guerra probablemente indignación. También ocurrió la inesperada renuncia el martes de un asesor presidencial ucraniano que dijo que el misil ruso había sido derribado por el sistema antiaéreo ucraniano y que había explotado al caer, una versión que quitaría parte de la responsabilidad a las fuerzas del Kremlin.
Las declaraciones de Oleksii Arestovich en una entrevista el sábado por la noche causaron un revuelo. Al renunciar, él dijo que sus comentarios habían sido “un error fundamental”.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, prometió llevar a cabo los responsables del ataque ante la justicia y dijo que es “una tarea fundamental” para Ucrania y sus aliados occidentales.
“Este ataque a Dnipro, como otros ataques similares, cae en particular bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional”, dijo en un mensaje en video el lunes por la noche.
“Y aprovecharemos todas las oportunidades disponibles -tanto nacionales como internacionales- para asegurar que todos los asesinos rusos, todo el que dé y ejecute órdenes de terrorismo de misiles contra nuestro pueblo, enfrente sentencias legales. Y asegurarnos de que cumplan su castigo”, dijo.
El Ministerio británico de Defensa dijo el martes que la ofensiva de misiles de largo alcance desatada el fin de semana, la primera de su clase en dos semanas, iba dirigida contra la red eléctrica ucraniana.
Pero el Ministerio identificó el misil que se estrelló contra el edificio de apartamentos de Dnipro como un misil antibarcos que “es especialmente impreciso cuando se emplea contra objetivos en tierra porque su sistema de guiado por radar es malo para diferenciar objetivos en zonas urbanas”.
Se han empleado misiles similares en otros incidentes que causaron importantes bajas civiles, dijo el informe, como un ataque a un centro comercial en la ciudad central ucraniana de Kremenchuk el pasado junio.
Esos incidentes ayudaron a afianzar el apoyo internacional a Ucrania en su lucha por repeler la invasión del Kremlin. El invierno ha ralentizado los combates, pero los analistas militares ven probable que ambas partes emprendan nuevas ofensivas cuando mejore el tiempo.
El ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, dijo el martes que el ejército del país aumentaría sus filas de los actuales 1,15 millones a 1,5 millones de efectivos en los próximos años.
Como parte del refuerzo, el ejército formaría un cuerpo en la región noroccidental de Karelia, cerca de Finlandia, así como tres nuevas divisiones motorizadas de infantería y dos divisiones aerotransportadas. El Ejército también ampliará siete brigadas motorizadas de infantería actuales para convertirlas en divisiones.
El anuncio se hizo al día siguiente de que la vicesecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, y otros funcionarios de Estados Unidos se reunieran en Kiev con Zelensky el lunes, . Reiteraron el “firme y duradero compromiso con Ucrania”, según dijo el vocero del Departamento de Estado Ned Price.
El general del ejército estadounidense Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, visitó el lunes a las tropas ucranianas que entrenaban en una base militar alemana bajo mandos estadounidenses.
Más de 600 tropas ucranianas comenzaron el día anterior el programa de instrucción ampliada en el campamento.
“Esta no es una rotación”, dijo Milley a los comandantes. “Es es uno de esos momentos en los que si quieren marcar una diferencia, es el momento”.
La primera dama de Ucrania ayudó también a consolidar el apoyo occidental y conseguir más armas extranjeras y había previsto una inusual comparecencia internacional en el Foro Económico Mundial celebrado cada año en la ciudad suiza de Davos.
El director de la agencia nuclear de Naciones Unidas, por su parte, visitó la Planta Eléctrica Nuclear de Ucrania Sur y anunció que la organización mantendrá una presencia permanente allí para supervisar las operaciones y garantizar la seguridad.
Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica, tuiteó el lunes por la noche que la bandera de la agencia ondeaba sobre la central eléctrica.
“Estamos aquí para quedarnos para ayudar a garantizar la seguridad nuclear (…) durante el conflicto en marcha”, dijo Grossi, “pronto, el OIEA estará presente permanentemente” en todas las centrales nucleares ucranianas.
Ucrania tiene cuatro centrales nucleares con 16 reactores. Una de ellas, la central de Zaporizhzhia, fue tomada por tropas rusas en los primeros meses de la guerra y sigue bajo su control.
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