Una mujer del Reino Unido padeció “menstruaciones abundantes y prolongadas” y “mucho dolor” tras dar a luz por segunda vez en 2016. Por aquel entonces fue al médico, pero le dijeron que sus síntomas se debían a que su cuerpo aún se estaba adaptando luego de haber sido madre.
Los especialistas le recomendaron a Kelly Pendry utilizar pastillas anticonceptivas o un DIU para intentar controlar su periodo e incluso le recetaron antidepresivos, pero nada la ayudaba.
Mira: No paraba de bostezar, fue al médico y el diagnóstico la devastó: “Empecé a llorar inmediatamente”
“Algunos días estaba doblada de dolor. Los días que no estaba sangrando eran menos que los que sí lo estaba. Aumentaba de peso sin explicación. Tenía el abdomen muy, muy hinchado”, dijo la británica en conversación con la BBC.
Varios años después, en 2020, un médico al que Kelly describe como un “héroe” supo que su situación era preocupante al sentir unos bultos en su abdomen.
“Por primera vez alguien validó algo”, recordó. “El médico dijo: ‘¿cómo puedes soportarlo?’, le dije: ‘no lo estoy soportando’”. Así, le diagnosticaron fibromas benignos.
La pandemia empeoró aún más su situación
Aunque le dijeron que una histerectomía era el mejor procedimiento, no pudo seguir ningún tratamiento por culpa de la pandemia. La cirugía nunca se llevó a cabo.
Lamentablemente, el cáncer avanzó y en junio del 2021 Kelly sangraba todos los días, mientras la inflamación de su abdomen la hacía “parecer una mujer embarazada de nueve meses”.
Algunos meses más tarde, luego de una biopsia de pulmón, la madre de dos niños recién fue diagnosticada con leiomiosarcoma. No obstante, ya era muy tarde pues la patología se encontraba en etapa cuatro y terminal. “Una enfermera me dijo que no hiciera planes para Navidad”, señaló.
Tras recibir la terrible noticia, decidió atenderse con un oncólogo que haría todo lo posible para tratar su cáncer a pesar de que su estado avanzado.
“Nos preguntó qué queríamos y le dijimos tiempo. El mayor tiempo humanamente posible”, indicó. “Dije: ‘No puedo soportar la idea de no estar presente para los hitos [de los niños]’, cosas tontas como primeros novios, novias, graduaciones”.
Espera que su caso ayude a otras personas
Casi un año después de que el tratamiento culminó, Kelly asegura sufrir algunos efectos secundarios como cansancio, sofocos, dolores y molestias, pero dice que no se comparan al dolor que tenía antes.
Por su parte, Michael, esposo de la paciente, pronto iniciará una corrida de 290 kilómetros para recaudar recursos y así costear la histerectomía que ella necesita.
“Solo queremos que los niños sepan que intentamos todo lo que pudimos. Creo que eso les proporcionaría un gran consuelo”, concluye la madre, a la espera de que su experiencia sirva para ayudar a otros.
Ella espera que su historia “llegue a alguien en las primeras etapas de la enfermedad y les haga decir: ‘Quiero que me hagan más pruebas o me gustaría que me remitan al especialista’”.
“Estamos comenzando a hablar sobre la salud de la mujer, la menopausia, los períodos”, agrega. “Mi esperanza es que esto mejore”.
Cabe agregar que el leiomiosarcoma, según el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU, es un tipo de tumor canceroso maligno que se desarrolla en los músculos lisos del cuerpo, por ejemplo, en el abdomen, pelvis o útero, tal como le ocurrió a Kelly Pendry.
Lo que debes saber sobre el leiomiosarcoma
Según el portal Mayo Clinic, el leiomiosarcoma es un tipo de cáncer poco frecuente que comienza en el tejido de los músculos lisos. El tejido de los músculos lisos se encuentra en muchas partes del cuerpo, como en el sistema digestivo, sistema urinario, vasos sanguíneos y útero.
El leiomiosarcoma a menudo comienza en el abdomen o útero. Comienza como la proliferación de celulares anómalas, y a menudo avanza rápidamente hasta invadir y destruir el tejido corporal normal.
Los signos y síntomas del leiomiosarcoma varían según el lugar donde comience el cáncer. Estos podrían comprender el dolor, pérdida de peso y un nódulo o hinchazón que va aumentando y que se puede sentir a través de la piel.
Diagnóstico
Las pruebas y los procedimientos utilizados para diagnosticar el leiomiosarcoma dependen del lugar donde aparece el cáncer, pero pueden incluir:
- Examen físico. Tu médico puede examinarte para reunir más indicios sobre las causas de los signos y síntomas que puedas tener.
- Pruebas por imágenes. Las pruebas por imágenes podrían incluir resonancias magnéticas (RM), tomografías computarizadas (TAC) y tomografías por emisión de positrones (PET).
- Extracción de una muestra de tejido para analizarla (biopsia). Un procedimiento de biopsia incluye extirpar una muestra de tejido sospechoso para análisis. La muestra se envía a un laboratorio donde se analiza para examinar si hay leiomiosarcoma.
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