Cuando Gabriel Boric ganó en Chile las elecciones en segunda vuelta, su novia, Irina Karamanos, dijo que no tenía intenciones de ser primera dama, un cargo considerado anacrónico y protocolar desde su formación como antropóloga y activista feminista. Pero en enero pasado decidió cambiar de opinión y anunció que asumiría el puesto “con el compromiso de reformularlo”.
“Reformular este cargo implica adaptarlo a los tiempos, implica que hay que darle un giro, despersonalizarlo, y esto va a significar también cambiar la forma en que vemos la relación entre el poder y las mujeres que hacemos política”, dijo ante los medios de comunicación.
Sin embargo, la estrategia de despersonalizar el cargo desembocó en ponerle nombre y apellido a la oficina de la primera dama. Así, el despacho pasó a llamarse “Gabinete Irina Karamanos”. La decisión trajo una avalancha de críticas no solo desde la oposición sino desde sectores que votaron por Boric.
“¿En qué momento nuestra República se convirtió en una Monarquía? ¿Por qué Irina Karamanos tiene un gabinete con nombre y apellido?”, comentó José Antonio Kast, el candidato ultraconservador que fue derrotado por Boric en la segunda vuelta.
Este cambio de nombre dio en la yema del gusto a los rivales políticos del gobierno, pues de inmediato congresistas del partido de derecha Unión Demócrata Independiente (UDI) presentaron una queja formal ante la Contraloría.
La polémica duró varias horas del miércoles, y el gobierno debió dar marcha atrás y señalar que se trató de “un error administrativo no visado”, según señaló la vocera del Gobierno, Camilla Vallejo. El Gabinete Irina Karamanos pasó entonces a llamarse Coordinación Sociocultural de la Presidencia de la República.
Un error no forzado
Aunque públicamente, el Gabinete Irina Karamanos duró unas horas, la prensa chilena informó que el cambio de nombre y las nuevas funciones del cargo ya se habían registrado en marzo, y que la resolución había sido firmada por la directora administrativa de La Moneda, Antonia Rozas.
Congresistas de la oposición ya están pidiendo la renuncia de Rozas, explica “El Mercurio”.
Según señala “La Tercera”, además del cambio de nombre, la resolución “establecía una serie de nuevas funciones (o lineamientos) en áreas como derechos humanos, las que eventualmente podían colisionar con funciones de otras reparticiones del Estado”.
El documento establecía que al “Gabinete Irina Karamanos” le corresponde “identificar, proponer y coordinar lineamientos estratégicos y definiciones programáticas para políticas públicas, con el objeto de aportar a la erradicación de la desigualdad y la discriminación de grupos históricamente excluidos, con enfoque interseccional, de derechos humanos y perspectiva e géneros inicialmente con énfasis en pueblos indígenas, migración, género y diversidad sexo-genérica”. A la vez, “asumirá el rol ceremonial y protocolar de acuerdo a la tradición republicana de Chile en las actividades oficiales nacionales e internacionales”.
De acuerdo a “La Tercera”, incluso la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, alertó de las repercusiones que traería esta decisión.
Ante la polémica, la propia Karamanos señaló en su cuenta de Twitter: “Con la convicción de que no queremos que la denominación en una resolución nos aleje de los cambios profundos que estamos impulsando, es que se ha enmendado la resolución. Nuestro principal interés es avanzar en las transformaciones al rol con las que nos hemos comprometido”.
¿Solo un cargo protocolar?
Desde que Patricio Aylwin llegó al poder en 1990 se formó la Dirección Sociocultural de la Presidencia de la República, que agrupa a las fundaciones que dirige la primera dama. Sin embargo, durante los dos gobiernos de Michelle Bachelet se creó el cargo de “director sociocultural”, el cual fue ocupado en su segundo mandato por su hijo, Sebastián Dávalos.
Con Sebastián Piñera en el poder, el cargo de primera dama lo retomó su esposa, Cecilia Morel.
Desde que fue electo, Gabriel Boric había señalado que a su pareja no le gustaba el título “primera dama” y que solo quería que se la señalara por su nombre.
MIRA: Irina Karamanos, la dirigenta feminista y pareja de Gabriel Boric que promete reformular el rol de la primera dama en Chile
De hecho, en un primer momento Karamanos dijo que no asumiría ese cargo, pero luego decidió que lo haría para poder “adecuarlo a estos tiempos”, algo que fue criticado por algunos sectores feministas que esperaban que el puesto fuese eliminado.
“Esto me disgusta como feminista, pero sobre todo me preocupa el relato con que se presenta: ‘Mantenemos un cargo para subvertir el cargo’. ¿Cuántos anuncios vendrán inscritos en la misma lógica?”, reflexionó en su momento la dirigente Karina Nohales, una de las lideresas de la Coordinadora 8M, que reúne a las agrupaciones feministas chilenas.
Karamanos, de 32 años, estudió Ciencias Políticas, Educación y Antropología en la Universidad de Heidelberg, en Alemania, además de Diversidad Lingüística en la Universidad Autónoma de Barcelona. Se convirtió en activista feminista años antes de tener una relación con el actual presidente.
De hecho, ella fue una de las fundadoras del Movimiento Autonomista, que luego se transformó en Convergencia Social, el partido donde militar Boric y según sus allegados fue Karamanos quien convenció a su novio de lanzarse a la presidencia chilena.
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