La guerra entre la gente de El Mayo y Los Chapitos se ha desatado en Culiacán, la capital del estado mexicano de Sinaloa. Casi dos meses después del sorpresivo arresto en Estados Unidos de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, histórico fundador del Cártel de Sinaloa que asegura haber sido traicionado y entregado por un hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, la venganza está en plena ejecución. Hasta el jueves, al menos 43 personas habían muerto producto de los enfrentamientos iniciados el lunes 9 de setiembre.
Este es el contexto. Hasta el pasado jueves 25 de julio, ‘El Mayo’ Zambada, de 76 años, era uno de los hombres más buscados del mundo; nunca había pisado una cárcel. Ese día, la noticia de su captura causó asombro debido a las circunstancias y al lugar donde se produjo. El temido narco mexicano había sido detenido por autoridades de Estados Unidos en El Paso, Texas, tras bajar de una avioneta.
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Junto a ‘El Mayo’ cayó Joaquín Guzmán López, hijo de ‘El Chapo’ Guzmán, quien cumple cadena perpetua en una cárcel de Estados Unidos.
Posteriormente, ‘El Mayo’ publicó una carta donde aseguró que llegó a Estados Unidos secuestrado por Joaquín Guzmán López. Dijo que fue traicionado cuando iba a participar en una reunión con el gobernador del estado de Sinaloa Rubén Rocha Moya y el rival político de este, Héctor Melesio Cuén.
La carta de ‘El Mayo’ fue divulgada por su abogado Frank Pérez. “El 25 de julio acudí al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, en las afueras de Culiacán, donde se llevaría a cabo la reunión. La reunión estaba programada para las 11:00 a.m. y llegué un poco antes. Vi a un gran número de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos. Me acompañaban cuatro miembros del personal de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo eran José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo”.
“Mientras caminaba hacia la zona de reuniones, vi a Héctor Cuén y a uno de sus ayudantes. Los saludé brevemente antes de entrar a una sala que tenía una mesa llena de fruta. Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que le siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas implicadas, le seguí sin vacilar. Me condujeron a otra habitación oscura”.
“En cuanto puse un pie dentro, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me asaltó, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta. Durante todo este calvario, me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”.
“Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo. El vuelo duró entre 2 ½ y 3 horas, sin escalas, hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde los agentes federales estadounidenses me detuvieron. La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”.
“Estoy consciente de que la versión oficial de las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuén fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que ocurrió. Fue asesinado a la misma hora, y en el mismo lugar, donde yo fui secuestrado”, escribió El Mayo.
Estados Unidos ha negado haber planificado la entrega de Zambada. México ha dicho que hubo conversaciones previas entre el hijo de ‘El Chapo’ Guzmán y funcionarios estadounidenses. El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha reiterado que su Gobierno no fue informado de esas negociaciones.
¿Cómo se tramó la venganza de la gente de El Mayo?
Desde hace unos años el Cártel de Sinaloa está dividido en cuatro facciones: la liderada por ‘El Mayo’ Zambada, también conocida como La Mayiza; Los Chapitos, comandada por los hijos de ‘El Chapo’ Guzmán; la tercera es encabezada por Aureliano Guzmán, alias ‘El Guano’; y la cuarta por Rafael Caro Quintero, que fue detenido en el 2022 en el norte de México y es manejada actualmente por sus familiares.
De acuerdo con el periodista Ioan Grillo, autor del libro “El Narco, en el corazón de la insurgencia criminal mexicana”, el pasado 2 de setiembre varios jefes del narcotráfico llegaron a un rancho en un lugar conocido como Los Sitios, en Sinaloa, para ultimar los planes de guerra contra Los Chapitos. Al frente de la reunión estaba Ismael Zambada Sicairos, o ‘Mayito Flaco’, el hijo de 42 años de El Mayo.
A la reunión, de acuerdo con Grillo, también asistió Fausto Isidro Meza Flores, también conocido como Chapo Isidro, un importante narcotraficante asentado en la ciudad de Guasave, en el norte de Sinaloa.
Otro de los asistentes fue José Gil Caro Quintero, conocido como ‘Pelo Chino’ o ‘Curly’, primo de Rafael Caro Quintero.
En esa reunión sellaron una alianza contra Los Chapitos y ultimaron detalles para la venganza, sostiene Grillo. El Chapo Isidro y Caro Quintero se comprometieron a enviar sicarios, dinero y armas para apoyar a Mayito Flaco.
Ioan Grillo sostuvo en su portal CrashOut que su fuente fue un operador cercano a la facción de Caro Quintero en Sonora.
“Quieren fumigar los Chapitos”, dijo la fuente. “Va a haber mucha violencia”.
Se desató la guerra
El lunes 9 de setiembre, una semana después de la reunión, estalló la violencia en Culiacán. Ese día, un convoy de hombres fuertemente armados atacó objetivos relacionados con Los Chapitos, como el barrio Campiña. Estallaron tiroteos en el corazón de Culiacán.
A lo largo de los días posteriores, los sicarios también han quemado casas y vehículos, bloqueado autopistas y secuestrado a personas.
La Fiscalía de Sinaloa informó el miércoles 19 de setiembre que desde el inicio de las confrontaciones han muerto 43 personas, de las cuales 33 eran civiles y dos militares. Sin embargo, la cifra podría ser mayor, pues los grupos criminales suelen llevarse a sus caídos.
El ejército mexicano ha enviado tropas y fuerzas especiales a Culiacán, pero no han podido contener la violencia. En la urbe donde viven un millón de personas se han cerrado escuelas y comercios y los residentes se refugian en sus casas en sus casas, informó CrashOut.
“Es como si hubiéramos regresado a la pandemia, a partir de las siete de la noche es cuando más vacías encuentras las calles principales, se ha convertido en un toque de queda informal”, le dijo al diario El País una mujer de Culiacán llamada María. “Hay una psicosis colectiva, crisis de ansiedad, insomnio, estrés, un miedo bastante fuerte... No estábamos preparados para esto”, agregó.
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ha pedido calma, pero admitió que probablemente habrá más violencia. También instó a los comerciantes a que abran sus negocios.
“La narrativa de las autoridades estatales decreta la ‘tranquilidad’ y minimiza los hechos violentos. No entienden que tras la captura de El Mayo todo el contexto de Sinaloa cambió: la gente lleva desde entonces esperando la ‘guerra”, señaló en redes sociales Adrián López, el director del periódico Noroeste.
En una de las imágenes más macabras de esta guerra, los sicarios abandonaron el domingo cinco cadáveres ensangrentados apoyados contra una pared y con grandes sombreros en sus cabezas y pequeños sombreros en sus pechos. Los dejaron frente a un conocido parque acuático de Culiacán, informó CrashOut.
¿Por qué lo hicieron? “Sombreros” es un apodo para La Mayiza o Los Mayos. CrashOut dijo que no está claro si los asesinos son Los Mayos que dejaron los sombreros como una tarjeta de presentación, o las víctimas eran ellos y los sombreros formaron para de una burla hacia la facción de El Mayo.
Unos días antes, los sicarios dejaron una cabeza cortada en una calle de Culiacán dentro de una caja de pizza a medio comer. “Pizzas” es un apodo para Los Chapitos.
CrashOut también reportó el ataque a una casa donde los sicarios dispararon 320 balas y lanzaron una granada antes de secuestrar a tres personas. En el interior del domicilio mataron a tiros a una mujer de 19 años y dejaron el cadáver en la ducha.
¿Qué ha dicho el presidente AMLO? El jueves, el mandatario, quien dejará el poder el 1 de octubre, manifestó que Estados Unidos “es corresponsable” por la violencia en Sinaloa.
“Sí, claro que sí (es corresponsable Estados Unidos), por haber llevado a cabo ese operativo (contra Zambada). No (afecta la relación bilateral), nada más que ellos vayan internalizando que no se puede actuar así, sin tomar en cuenta al Gobierno de México”, respondió a una pregunta en su conferencia matutina diaria.
AMLO agregó que el operativo de Estados Unidos para capturar a El Mayo Zambada “no puede ser correcto porque asesinaron personas, fue totalmente ilegal y estaban esperando al señor ‘Mayo’ agentes del Departamento de Justicia”.
Denunció que “hubo un arreglo, y debido a ese arreglo” con Washington, se “produjo” en “Sinaloa la confrontación que se está dando”.
“Eso requiere de una explicación, porque si ahora estamos enfrentando en Sinaloa una situación de inestabilidad, de confrontación, se debe a que (en Estados Unidos) tomaron esa decisión, y nosotros no estamos de acuerdo en que se ignore a México porque aquí tenemos el problema”, declaró.
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