Un insólito reencuentro se produjo en México, luego de que una mujer que había sido secuestrada en 1995, cuando tenía apenas 3 años de edad, se reencontrara con su madre poco después de enterarse que las personas con las que había vivido desde entonces no era su verdadera familia.
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“Lo primero que le digo a mi esposo fue ¿dónde está? Y me responde ‘no sé'. Le pedí al policía que cerrara las puertas porque me acababan de robar a mi hija”, de esta manera recordaba para Noticias Telemundo Lorena Ramírez el 1 de octubre de 1995, día en el que su pequeña hija, Juana Bernal Ramírez, desapareció durante un paseo familiar al bosque de Chapultepec, en Ciudad de México.
De inmediato, la mujer reportó la desaparición al Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes, desde donde emprendieron una incansable búsqueda que incluyó volantes con el rostro de la pequeña y sumó a diferentes asociaciones civiles en la búsqueda.
Pese a los esfuerzos, sin embargo, no obtuvieron noticias sobre el paradero de Juana.
“Todas las noches le pedía a Dios poder encontrarla. Me preguntaba ¿dónde estarás, qué será de ti, vivirá en la calle o se drogará? Lo que yo sufrí como madre fue la muerte en vida”, narró Ramírez.
EMOTIVO REENCUENTRO
Tras la desaparición, la pequeña Juana vivió en Toluca con una familia que las autoridades presumen serían los autores del secuestro. Le cambiaron el nombre al de Rocío y, según narró su madre biológica al noticiero Despierta de Televisa, pasó todos estos años sufriendo maltratos y discriminación.
“A ella no la trataban igual y un día se dio cuenta de que no era su hija. Ella le pregunta a la señora y le responde: ‘la verdad yo te encontré en Chapultepec, tus padres ahí te abandonaron y tú no te llamas Rocío, te llamas Juana Bernal”, contó Ramírez al noticiero.
Poco tiempo después de este episodio, Juana comenzó a buscar información al respecto en Internet y terminó encontrándose con una publicación realizada por una organización civil que incluía el volante difundido con el rostro de la niña.
Juana republicó el anuncio, lo que terminó llegando a ojos de una vecina de Lorena Ramírez y permitió que una de sus hijas le escriba por redes sociales. “Mi hija le manda un mensaje y le dice ‘yo soy hermana de Juana Bernal’, a lo que ella responde ‘yo soy Juana Bernal, busco a mis padres biológicos’”, recuerda emocionada la mujer.
A partir de entonces, ambas mujeres acudieron a la Fiscalía General de Justicia (FGJ) para poder corroborar que efectivamente eran madre e hija. Pese a que desde el primer momento en el que se vieron aseguran haberse reconocido como tales, Juana y Lorena tuvieron que esperar a que se realice una prueba genética que garantice su relación.
Finalmente, el pasado miércoles, la fiscal Ernestina Godoy confirmó en una conferencia de prensa que la prueba arrojó “una coincidencia genética del 99.999 por ciento”, por lo que se podía confirmar que Juana es hija de Lorena.
La familia Bernal Ramírez lamenta, sin embargo, que el padre de Juana falleciera tres años atrás sin saber cuál había sido el destino de su hija.
La fiscal Godoy aseguró que ambas mujeres continúan brindando sus testimonios con la esperanza de esclarecer lo que sucedió con Juana durante todo este tiempo y poder procesar a los responsables del secuestro.
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