Augusto Townsend Klinge, Editor Central de Portafolio Económico: “Hace muchísimos años, cuando no tenía muy claro qué hacer con mi vida mientras estudiaba leyes en la universidad, le escribí un correo a Fritz Du Bois, a quien ya apreciaba como economista, para que me recibiera unos minutos en su oficina del Instituto Peruano de Economía. Nunca se lo dije, pero la conversación que tuvimos fue clave en la dirección que tomó mi carrera en los siguientes años. Solo por eso, le debo muchísimo.
Tiempo después lo tuve como jefe en El Comercio, y desde el primer día sentí un espaldarazo de confianza a mi trabajo, no obstante las coincidencias y discrepancias que pudimos ventilar, con total libertad, en cuanto a la cobertura de los temas económicos y de negocios. Lo que siempre estuvo fuera de cuestión es su entendimiento de cómo la economía afecta la vida de las personas, y de allí su determinación para evitar que se experimente irresponsablemente con ella.
Mi aprecio por Fritz no se agota en lo periodístico. Su liderazgo fue fundamental cuando hubo que sacar a la economía peruana del hoyo a principios de los noventas, con las reformas que él mismo impulsó desde el Ministerio de Economía y Finanzas. El crecimiento que hemos visto en los últimos años no hubiese sido posible si no se hubieran puesto los cimientos en aquella época. Y el rol que tuvo Fritz en ello es, en mi opinión, el mayor aporte que le dio a su país en vida. Descanse en paz, señor director.
Rossana Echeandía, Editora Central de Redacción: “A fines de junio viajo para el nacimiento de mi nieta” fue uno de los asuntos de los que hablamos la semana pasada mientras coordinábamos cuándo tomar algunos descansos pendientes para no cruzarnos. El hombre pragmático que era Fritz ponía todo entre paréntesis cuando se trataba de sus hijos. Esa prioridad era una de sus facetas que más me gustaba porque dejaba escapar lo mejor de sí mismo.
Su segunda etapa en El Comercio, desde octubre pasado, ha sido demasiado corta. Cuesta comprender el sentido de su partida. Este lunes se me hará muy difícil arrancar la jornada sin él, tener nuestras reuniones cotidianas sin Fritz, donde sus comentarios podían ser ácidos y punzantes, así como lúcidos y certeros. Fabricio ya no podrá preguntarme si sé si Fritz está por llegar, ni podremos reírnos cuando inmediatamente después Fritz se asome tras trepar las empinadas escaleras que llevan a la Redacción. Será muy difícil acostumbrarse a tanta ausencia. Aunque su tiempo como nuestro director ha sido breve, su huella ha sido honda. Mañana igual esperaré que llegue, tal vez esto no sea sino un mal sueño.
Eduardo Lavado, Editor Central Revista Somos. Desde el primer día que asumió la dirección del diario, Fritz se puso el uniforme de trabajo y se colocó a la par de cada uno de los equipos de trabajo que conforman El Comercio. Nos explicó cuál era su propuesta para enfrentar el reto de las nuevas plataformas y, lo más importante, nos dejó saber que confiaba en nuestra capacidad, en nuestras decisiones y que por ello el resultado final dependería de todos nosotros. Nos hizo partícipes de un nuevo reto y de ahí el compromiso y el mejor homenaje que podemos rendirle hoy: sacar adelante esta aventura diaria que es El Comercio.
Rocío La Rosa, periodista de Política: Siempre admiré la capacidad y la disposición de Fritz para recordar en qué temas estaba cada periodista de El Comercio, pero no solo para 'estar al tanto' si no para orientar, apoyar, guiar. He aprendido mucho de él. Desde insistir con una fuente hasta conseguir la información, hasta no ponerme límites. Un domingo reciente nos pidió la versión de un ex presidente del Perú y del gobierno de EE.UU. sobre un hecho. Era domingo en la tarde, cuando pocas fuentes contestan una llamada. Ese día obtuvimos la versión del ex presidente y de la portavoz del gobierno de Obama en Lima. Gracias y hasta siempre Fritz.
Carlos Salas, Editor de Deporte Total: Su tiempo de director (estos últimos 8 meses) ha sido el más intenso que yo recuerde en El Comercio. Nadie nos exigió tanto. Y nadie imaginó e impulsó tantos productos bajo la marca que yo edito (DT). Le debo eso: convencerme de que pese a todas las contras que apareciesen, Deportes podía liderar lo que se propusiese. Gracias, Fritz.
Silvia Miró Quesada, Editora Servicios Periodísticos: Fritz partió y se llevó consigo la ILUSION. Ilusión que trajo desde que asumió la Dirección. Trabajador y exigente, buscaba siempre la excelencia. Era, además, vehemente, rompedor de paradigmas. Todo esto hacía que tuviera un estilo de liderazgo peculiar. Sus pasos, SU sentido de humor inglés y SU sonrisa permanecerán en la Redacción. Dejó los pilares; ahora nos toca a nosotros.
Adolfo Bazán, Editor en Mesa del Impreso: Cuando hacía la portada, Fritz tenía dos frases que asomaban siempre cuando veía las propuestas de titulares. Si planteaba cambiar, ajustar, modificar algo siempre lo sucedía con un “¿qué te parece?”, lo que daba pie a más comentarios, argumentaciones... Al final, llegaba el “perfecto!”, que era como un ok con más congratulaciones.
Sebastián Ortiz, periodista de Política: Cada noche de domingo, Fritz du Bois llegaba al diario y lo primero que hacía era preguntarnos (a quienes vemos el cierre de política en web e impreso) con qué nota íbamos a abrir la sección. Fue un director presente, uno que compartía y aconsejaba a sus periodistas. Siempre caminaba por la nueva redacción y se acercaba a consultarnos cómo iba tal cobertura en vivo, como cuando se dictó el fallo de la Corte de La Haya, o por el avance de nuestras notas. Él más que nadie aplicó su propia filosofía sobre el periodismo: “Es un producto que tiene 24 horas. Es interesante. Es intenso”. Descanse en paz, señor director.
Pedro Ortiz Bisso, Editor en Mesa del Impreso: Incansable y práctico. Ese fue el Fritz du Bois que conocí en la redacción de El Comercio, primero cuando junto con Juan Paredes Castro escribíamos una columna de análisis para la edición dominical, y luego en los avatares propios del día a día periodístico. Tenía las ideas claras y las decía sin ambages, así tuviera que pisar callos. Cuando me tocó cubrir el turno de la mañana y solo encontraba al personal de seguridad y a algún redactor madrugador, ya lo veía en su oficina, siempre con las puertas abiertas para cualquier consulta o comentario. Era un director todoterreno, preocupado, meticuloso, con el que podías hablar de política, economía, cine o de la campaña de la ‘U’, el equipo de sus amores. Poco faltó para que pusiera una cama en su oficina. Ya lo estamos extrañando
Fabricio Torres del Águila, Editor Central Contenido Web: Ha sido muy grato conocer a Fritz, pero ha sido un enorme placer poder trabajar con él, a su lado. Un tipo derechísimo, muy claro y directo, y con quien nunca dejarías un cabo suelto; en esta profesión, personajes como él son altamente necesarios. Destaco por sobre sus múltiples virtudes, aquel concluyente poder de decisión: con él la moneda nunca caía parada, siempre era cara o sello, nunca una ambigüedad.
Era genial trabajar con Fritz. En poco tiempo hizo que todos fuéramos mejores periodistas; estaba sacando lo mejor de cada uno y potenciando el diario, la edición impresa y la renovada web. Me encantaba cuando conversaba con los más jóvenes –a quienes llamaba por su nombre, porque se sabía el de todos– y cuando te daba el OK en cinco minutos.
Se fue un gran capitán. Deber nuestro es continuar su marcha. No solo por respetar su memoria y sí porque estamos convencidos de que ese rumbo, el que nos trazó Fritz Du Bois, es el correcto.
Pedro Canelo, periodista de Deporte Total: Fritz fue el director que culminó la integración digital-papel en El Comercio. Siempre estuvo pendiente de ambas plataformas. En las reuniones de ediciones fue muy autocrítico y traía con él una lluvia de preguntas que exigían el mayor rigor y preparación de los encargados de las áreas. Hombre con ideas, con planes e ironías inesperadas para soltar alguna risa. Personaje inolvidable.
Diana Seminario, Editora de Política: Fritz no era de retórica ni de frases hechas, por lo que espero que estas líneas sean lo más cercano a lo que él le hubiera gustado leer, aunque sospecho que hubiera fruncido el ceño si sabía lo que estábamos preparando. Lo que más aprecio en Fritz es su aguda inteligencia y su rapidez para definir el objetivo al que queríamos llegar. Así como fue un ácido crítico de la burocracia estatal, fue enemigo de la “burocracia periodística”, es decir, los periodistas siempre teníamos que estar buscando algo, descubriendo historias, rechazaba el palabreo, iba al grano, hablaba de frente y era una presencia permanente en nuestra redacción. ¿Y, qué novedades?, era su frase favorita, y no importaba si te lo hubiera preguntado hace media hora, para Fritz siempre habían novedades. Su desconcertante partida, nos ha dejado lívidos, no podemos creer que ya no va a estar con nosotros definiendo un titular, un ángulo de la historia, o delante del televisor asombrándonos ante alguna inaudita declaración. Nunca se lo dije, pero siempre le estuve agradecidísima por sus exigencias. “Es una gran pérdida para todos”, le dije a Cayetana. Ella solo respondió. “ustedes tiene que seguir”. Y nosotros sabemos todo lo que encierran esas palabras, Sí Fritz, vamos a seguir. HECHO.
Herbert Holguín, Jefe de Mesa Digital. Fritz no respetaba al que pensaba como él, sino a aquellas personas que fundamentaban con argumentos las ideas que llevaban como bandera. En ese sentido, buscaba la pluralidad y profesaba la tolerancia. Su exigencia con el equipo periodístico tenía una base: se exigía a sí mismo. Práctico, con buen humor y una memoria de lujo, escuchaba, enseñaba y defendía lo que creía. Incluso si ello implicaba ir a contracorriente. El vacío se siente en esta redacción, la que fue testigo de su placer por informar.
Martín León, redactor de Política: Recuerdo a Fritz un domingo por la noche. Como parte de mis labores, estaba viendo si en los programas dominicales salían denuncias contra políticos. Mientras veía la televisión, de pronto escuché la voz de Fritz detrás de mí. Sin que me dé cuenta, se había sentado cerca de mi sitio para ver los programas. No sé cuánto rato estuvo ahí antes de que me dé cuenta, pero se quedó varios minutos ahí. Conversamos un rato de los informes de los dominicales. Le comenté lo que consideraba noticioso. Como siempre, escuchó y me dio su punto de vista. No me acuerdo si publicamos alguna nota con información de los programas. Sí recuerdo que se despidió y se fue a conversar con periodistas de otras secciones del diario, como era su costumbre.
Mario Mejía, periodista de Política: Ciertamente era polémico y de un estilo frontal y directo en lo que creía, pero si algo no se le podrá reprochar era su pasión y entrega a su trabajo. Estaba metido todo el día en El Comercio monitoreando y afinando la edición. En cualquier momento se podía aparecer detrás de uno para ver cómo estábamos titulando y sugerir el ajustón necesario. Era demasiado exigente, pero lo hacía porque sabía que su equipo podía responder. Definitivamente impuso un estilo y se hará extrañar.
Rodrigo Cruz, periodista de Política: El primer recuerdo que tengo de Fritz Du Bois -o Fritz, como lo llamaban todos- fue cuando jaló una silla y se sentó a mi lado. Un peruano había ingresado a la temida lista Kingpin, tras ser acusado por EE.UU de integrar una red de lavado de dinero internacional. Yo era el redactor encargado de escribir esa historia. “Hola, ¿cómo vas? Cuéntame lo que ha pasado”. El jefe de mis jefes estaba interesado en la noticia que iba a contar. Ese día me pidió que escarbara más sobre ese personaje, que no me conformara con lo que ya tenía. Al día siguiente publicamos en primera página todo lo que sabíamos de ese peruano, quien terminó siendo una caja de pandora. Así era el estilo de trabajo del director. Siempre cercano a todos. Horizontal y pragmático. Se le echará bastante de menos.
David Hidalgo, periodista de Deporte Total: Fritz era tan hincha del Tottenham como de la ‘U’. Nunca me lo dijo. Lo supe porque se lo pregunté a gente que en este corto tiempo lo llegó a conocer más que yo. Y lo pregunté porque era usual verlo en la nueva redacción cerca de los grandes televisores que están junto a Deporte Total, chequeando con entusiasmo de niño los partidos de la Premier, Champions o el torneo local. Está claro que su largo paso por Londres le había pegado el fútbol en la sangre, y que sus clásicos “¿Cómo van?” no los volveremos a escuchar. La pasión por este deporte se notaba, nos transmitía su afán competitivo y, según pude notar, lo hacía fijarse de manera especial en nuestra sección. Admito que la lamentable noticia de la abrupta partida de nuestro director me ha dejado en shock. Hoy puedo decir que hemos perdido al principal conductor de este equipo, pero los logros venideros llevarán el sello de su espíritu ganador.
Juan Paredes Castro, Editor Central de Política: Fritz Du Bois nos ha dejado, en su experiencia de dirección de El Comercio. el mejor libro ejecutivo de estilo para ejercer el periodismo de este tiempo. El (Fritz Du Bois) era en persona ese libro ejecutivo de estilo, al que nos toca honrar las 24 horas del día.
Raúl Castro, Editor de Sociedad: A su reconocida trayectoria como economista y planificador de políticas públicas, Fritz añadió, desde mediados de la década pasada, otro rasgo destacado: el de innovador en la prensa peruana. Entendió, por ejemplo, que las ediciones de fin de semana tenían que ser especiales, cuantitativa y cualitativamente diferentes de las ediciones de lunes a viernes. Por eso tuvo a su cargo el modelamiento de un renovado Decano en sus ediciones de sábados, domingos y lunes. Así empezamos a trabajar diez años atrás. Coordinábamos reportajes especiales en profundidad que notoriamente escaseaban en nuestro medio. El estilo exigente y metódico que marcó entonces ha sido su sello hasta hoy.
Siendo director de Perú 21, Fritz dio cuenta que el lector requería nuevos contenidos, de índole más bien utilitarios y a la medida de nuevos públicos como los jóvenes o los empresarios independientes. Con él hicimos entonces distintos productos, desde coleccionables para padres hasta páginas especiales de modas, salud o ciencia, que le dieron a dicho diario un moderno impulso.
En estos meses El Comercio, bajo su dirección, se ha venido consolidando como el mayor referente informativo de nuestro medio, capaz de satisfacer plenamente a los lectores de hoy, más sofisticados e informados que nunca. “El concepto es 4 diarios en uno”, solía decir, cuando hacía notar que tenemos un exigente producto de actualidad, economía y negocios, cultura y espectáculos, y deportes.
Es en esa coherencia profesional que Fritz nos lega un sistema de trabajo impecable y honesto, en el que la primordial regla es ser fiel y meticuloso con la verdad de los hechos. Con ello nos lega también el recuerdo de una amistad sincera, llena de energía y siempre alegre, que será difícil suplir, y olvidar. Gracias por todo esto que nos dejaste, apreciado Fritz.
Jorge Saldaña Ramírez, periodista de Política: Lo primero que me impactó del estilo de trabajo de Fritz fue que dialogaba directamente con el periodista que traía la “pepa” de su cobertura. Uno llegaba a la redacción y ni bien te acomodabas en la silla, llegaba Fritz. También tomaba asiento y sin protocolo alguno te preguntaba y sobre todo te escuchaba atentamente a los detalles de los temas calientes que conseguías de tu reporterismo diario. De pronto lo refutabas en sus afirmaciones pero eso sí, tenías que hacerlo con argumentos de hecho. ¡Está en todas! Ese era mi comentario mental cada vez que terminábamos un intercambio de ideas. Eso sí, tan rápido como llegaba a tu lado, se iba a conversar con otro colega de la redacción. Personalmente me dejó un excelente estilo de trabajo: directo y sin protocolo de ninguna índole. Pero sobretodo sabía escuchar que es una particular que siempre distingue a un líder. Don Fritz como lo llamaba, descanse en paz.
Miguel Villegas, periodista de Deporte Total: Domingo a las 9 de la mañana. Y ese mismo domingo a las 10 de la noche. De todas las formas de recordar a Fritz, esa es la más aleccionadora que tengo: fue un Director absolutamente presente, que entendía que el periodismo no tiene horarios. Su cercanía con DT El Comercio -para ver la Premier o preguntar cómo iba la U- hizo que entienda su rigor porque tengamos cada vez más y mejores productos. Las revistas del Mundial -las que ya editamos y las que vienen- son su legado para nosotros. Digo bien, para ustedes. Gracias, Fritz.
Juan Aurelio Arévalo, Editor de Mundo: Caminaba rápido y ese paso acelerado parece ser una metáfora de su vida. Fritz siempre estuvo adelante en todo sentido. Hace apenas unas semanas cuando coordinábamos la edición del aniversario me entregó una columna con un titular que hoy duele en el alma: “A la mitad del camino”. Así nos sentimos quienes lo acompañamos a diario en esta redacción. Así nos sentimos quienes gozábamos todos los días con sus consejos, sus sugerencias y también sus críticas. Fritz se la jugó por mí y me dio la mayor responsabilidad de mi carrera. Y duele escribir estas líneas sin haber tenido la oportunidad de despedirme y decirle gracias. Queda en mí el recuerdo de un hombre frontal, honesto, noble y transparente. Alguien que nos planteaba retos cada día. Un director en toda la amplitud de la palabra. Su ausencia la sentiré siempre.
Maricella Arias, Jefe de Radar Digital: Así era Fritz: un director presente, cercano, directo y pragmático. Con objetivos claros. Exigente y decidido. En una redacción tan diversa y profesional como la de El Comercio, logró calar profundo en cada periodista en apenas ocho meses. “Cifras redondas”, era lo que siempre pedía. El último día de abril, faltando 15 minutos para la medianoche (cierre del mes), llegamos al récord de los once millones de usuarios únicos en la web. Fritz fue el primero en celebrar el logro en equipo. La meta de tráfico está fijada, señor Director, y los goles que vienen serán en su nombre...