En la lengua general, el italianismo carroza tiene los sentidos de “coche grande, ricamente vestido y adornado” y “carroza que se construye para funciones públicas” (DRAE 2001). En el Perú y otros países de América, carroza funeraria o fúnebre —o simplemente carroza— funciona, además, como equivalente de la expresión general coche fúnebre. Escribe Vargas Llosa en El héroe discreto: “Ocurrió un pequeño incidente cuando bajaron el féretro de la carroza funeraria…” (Lima 2013, p. 278).