Este modismo adverbial parece de uso circunscrito al Perú. El lexicógrafo Miguel Ángel Ugarte lo define así en su Vocabulario de peruanismos (Lima 1997): “Decir algo sin sentirlo”. En La ciudad y los perros de Vargas Llosa dice uno de ellos en referencia a sus condiscípulos mayores: “… todos ellos son amigos. Se insultan y se pelean de la boca para afuera, pero en el fondo se divierten juntos” (Barcelona 1997, p.140).