Este curioso y obsolescente adjetivo perteneciente a nuestra habla familiar —y al parecer exclusivo de ella— expresa terquedad positiva en cuanto a no someterse a una imposición. Véase este claro ejemplo delsiglo XIX en unos versos de Federico Blume: “—No tenga usted miedo ¡trejo! / ¿Por qué no da usted defrente? / ¡Qué fácil es ser valiente / cuando a otro le va el pellejo!” (Sal y pimienta, Lima 1948, p. 36). Trejo, -a no se documenta en el DRAE 2001.