Se esperaba que las elecciones españolas del domingo resultaran en un cambio de gobierno a favor del Partido Popular (PP), de centroderecha. Para sorpresa de todos, no ocurrió así y ahora el país enfrenta una incertidumbre política prolongada.
El PP sí obtuvo más votos que cualquier otro partido y aumentó notablemente su representación parlamentaria –de 89 a 136 escaños–, pero no fue suficiente para obtener la mayoría (176) ni en coalición con el partido de la derecha dura, Vox, cuya votación decreció. Al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que gobierna, mientras tanto, no le fue tan mal como se esperaba.
Es muy improbable que el PP pueda obtener el apoyo de otros partidos y así gobernar a pesar de su victoria electoral. El PSOE tampoco tiene una mayoría en coalición con su aliado de extrema izquierda, Sumar, cuya votación decreció. Pero con el apoyo de varios partidos regionales y secesionistas, el PSOE sí podría formar gobierno, aunque no sería fácil lograrlo.
Ha quedado claro que los españoles se han cansado de los extremos políticos. Los escaños de Vox cayeron de 52 a 33, convirtiéndolo en el gran perdedor de las elecciones, mientras que Sumar, con 31 escaños, perdió peso en menor medida.
Es más, según la consultora española Freemarket Corporate Intelligence, “si se observa el voto izquierda-derecha solo en términos de ideario […], el segundo supera por un estrecho margen al primero tanto en votos como en escaños”.
Por eso, si el PSOE logra formar gobierno, será irónico, porque España pasaría de tener un gobierno bastante de izquierda a uno todavía más radical. Necesitaría el apoyo de partidos independentistas, entre ellos, Junts per Catalunya, cuyo líder está exiliado y perseguido por la justicia. El nuevo gobierno sería el más izquierdista del mundo desarrollado, compuesto de comunistas, exterroristas e independentistas.
También sería un gobierno frágil. La consultora Freemarket resalta que el PP tiene mayoría absoluta en el Senado y, por lo tanto, puede bloquear ciertas iniciativas del gobierno. Además, con una oposición parlamentaria de 171 escaños, será todo un reto manejar las diferencias importantes que existen entre los socios de la coalición de gobierno.
Por otro lado, si el PSOE no logra formar gobierno, se tendrían que organizar nuevas elecciones, cosa que solo aumentaría la incertidumbre y cuyos resultados, a estas alturas, serían impredecibles.
¿Cómo llegó España a tal punto? El mal manejo de la economía aumentó el apoyo a la centroderecha. Durante la gestión del PSOE, el crecimiento económico anual ha promediado 0,4%, el más bajo de la Unión Europea (UE); el desempleo español (12,7%) es el peor de la UE; el 26% de la población está en riesgo de pobreza y exclusión social, peor que casi todos los países de la UE; el gasto público, la deuda pública y la presión fiscal se encuentran entre los que más han crecido en Europa.
A pesar de esas condiciones, el PP no fue capaz de restarle votos al PSOE y la desilusión electoral con Vox solo le favoreció parcialmente, pues muchos se abstuvieron de votar. Para el analista Lorenzo Bernaldo de Quirós, no articular una alternativa más clara a la del PSOE fortaleció el mensaje de Vox de que el PP y el PSOE eran equivalentes y dificultó ganar más votos de izquierda o derecha.
Una lección que ojalá aprenda el PP es que en el espectro político español hace falta una propuesta con una agenda liberal. En todo caso, ya no hay manera de evitar la incertidumbre que vive el país.